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México D.F. Sábado 6 de septiembre de 2003
Susata según San Wyman
La revolución cultural que se incubó con la posguerra floreció en los años 60 entre las melenas y los vellos púbicos de una generación que sí fue feliz y libre al menos durante un tiempo. La producción actual de entre la nueva música clásica, como fue certeramente bautizada por el maese José Agustín, se caracteriza -si obviamos la incontable cauda electrónica- por un eclecticismo retro en cuanto a estilos, pero en cuanto a intención humana, expresión de contenidos, denota un claro desencanto social y un dejo de nostalgia del paraíso que rebasa la noción de temporada en el infierno tipo Rimbaud para ubicarse inclusive más allá de Baudelaire y sus encantos darkies. La tristísima poesía actual del rock, si lo representamos por dos de sus exponentes mejores de la vanguardia: Radiohead y Coldplay, equilibran un ethos y un pathos de belleza formal, corrección estilística, que contrasta a su vez con la explosión que desataron Susata (apócope de Sus Satanísimas Majestades) desde sus mismísimos inicios.
La publicación en español, y a la manera de una buena enciclopedia, de Rolling with the Stones, hipersuntuoso libro del bajista Bill Wyman, ese raro ejemplar del roquero que sobrevivió al stardome, que dejó de ser Rolling Stone sin necesidad de morirse, constituye una herramienta formidable para la reflexión de lo que somos como cultura musical planetaria. Habrá quienes estacionen este libro formidable entre sus coffe table books por su parte apetitosa en sus muchas buenas fotos y sus muchas fichas chichas y su muy sabroso chismorreo, pero habrá una mayoría que se ponga flores en el pelo y a los pies jazmines, sin morirse como en el poema de Cavafis, para disfrutar de la nada triste historia de unos monos contada desde que -como diría Gabo- eran felices e indocumentados hasta hoy día que alcanzan la estatura diminuta de los semidioses. Señoras y señores, con ustedes Susata según San Wyman. PABLO ESPINOSA
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