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México D.F. Sábado 6 de septiembre de 2003
HACIA LA CUMBRE DE CANCUN
Nos hicieron creer que la siembra tradicional era
mala, afirman activistas
Campesinos mayas serán la voz de los pequeños
agricultores en Cancún
Integrantes de UNORCA participarán en una marcha
contra la reunión de la OMC
MATILDE PEREZ U. ENVIADA
Felipe Carrillo Puerto, QR.
Sabedores de que durante cinco días se convertirán en la
voz de protesta de miles de pequeños productores del mundo contra
las decisiones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), los
cerca de 8 mil campesinos mayas de Quintana Roo y Yucatán de la
Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas
(UNORCA) harán a un lado su silencio para gritar que tienen derecho
a seguir siendo agricultores y luchar hasta "lo que el cuerpo aguante"
para detener la privatización de las semillas y de los recursos
naturales, y evitar que las trasnacionales "controlen la vida".
Ocupados por los preparativos para asegurar la participación
de los campesinos de 94 ejidos de Quintana Roo y los habitantes de zonas
rurales y semiurbanas de 36 municipios de los 106 que tiene Yucatán,
los coordinadores estatales y locales de la organización en ambos
estados sostienen las últimas reuniones para insistirles a hombres
y mujeres del campo que su asistencia en Cancún al foro campesino
los días 8 y 9, y su participación en la marcha del 10 de
septiembre, será una demostración de resistencia pacífica
contra una muerte "a plazos".
Y aunque para cerca de la mitad de los campesinos será
la primera vez que estén en Cancún, éste no será
un paseo y eso lo saben, dicen los coordinadores estatales y regionales
de UNORCA. Con esa consigna, un primer grupo saldrá la madrugada
del lunes 8 de septiembre de Felipe Carrillo Puerto, José Othón
P. Blanco, José María Morelos y Lázaro Cárdenas,
en Quintana Roo, y de la zona rural cercana a la ciudad de Mérida,
Yucatán. El contingente más numeroso partirá la madrugada
del miércoles 10, quienes aborden ese día los autobuses saben
que van a una protesta mundial y a defender su derecho campesino.
Olvido de pequeños agricultores
Con evidente preocupación, María Eloísa
Hau Osalde, del ejido Tihosuco, de Quintana Roo, asienta: "el campo se
está acabando porque a nosotros, a los que no somos agricultores
de alto rendimiento ni de cultivos de exportación, no nos toman
en cuenta. Ya estamos cansados de ser expulsados de nuestras tierras, de
ser los explotados".
Con apenas tres años de haberse decidido a romper
su silencio como ejidataria y con avidez por comprender los tecnicismos
del libre comercio y la biotecnología, María Eloísa
es una de las impulsoras de la recuperación de los cultivos de traspatio,
del proyecto Moda maya -la comercialización de los tejidos y bordados
que elaboran las mujeres de 25 ejidos- y que en las semanas recientes ha
recorrido casi todos los ejidos de Felipe Carrillo Puerto invitando a sus
integrantes, particularmente a las mujeres, a que "valoren su ser campesino,
a no sentirse inferiores por no consumir productos enlatados, empaquetados
y de dudosa calidad, como es el caso de los productos de maíz elaborados
en Estados Unidos.
"Aunque no tenemos dinero hay que tener valor para defender
nuestra tierra, nuestro idioma, nuestras tradiciones, nuestras artesanías,
nuestra libertad de poder ir al monte por leña, por plantas medicinales,
para poder vender nuestra miel y animales en otros estados. ¡No es
posible que los alimentos de Estados Unidos entren sin ningún obstáculo
hasta nuestras casas y nuestras verduras, maíz y animales no puedan
pasar a Yucatán!", dice en maya a los ejidatarios de Filomeno Mata,
Campo Colchén, Azoyolá, Melchor Ocampo y Yaxyén.
A las mujeres las anima a "tener valor para salir y abrir
los ojos para saber qué es lo que pasa en su alrededor, para no
sentirse humilladas porque les prohiben entrar a lo que antes fue suyo:
las playas. Ahora comprendemos más, ya no nos engañan con
una despensa y un machete". A todos les pide que inviten a los sacerdotes
mayas de Tixcal Guardia, Chumpón, Pichil, Felipe Carrillo Puerto,
San Francisco, Xmabén y Tihosuco a participar en la marcha del 10
de septiembre para que a través de la ceremonia Janci Kol (agradecimiento
de cada tres años por el crecimiento de la milpa) muestren el amor
y respeto que los campesinos le tienen a la madre tierra.
También les advierte que hay quienes tratan de
desalentar su participación corriendo la versión de que "no
tiene caso asistir a Cancún porque los campesinos no van a ser tomados
en cuenta", por eso les pide que acudan y muestren que "los campesinos
de Quintana Roo tenemos voz y sabemos defender lo que es de nosotros".
Insertos también en la vorágine de los últimos
detalles previos al foro campesino, Victoria Santos, directora técnica
de la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya,
y Nicolás Tamayo, coordinador de UNORCA en Quintana Roo, comentan
que ha sido difícil explicar a la gente la trascendencia que tiene
la reunión de la OMC y los efectos de sus decisiones, "ha sido una
labor que empezamos desde el año pasado". Los campesinos, abunda
Victoria Santos, "en su realidad sienten que las cosas no van bien, que
no pueden competir mientras haya tanta desigualdad en el país y
en el extranjero, que les están arrebatando sus mejores tierras,
los recursos naturales y su cultura, que los hacen sentir inferiores por
ser campesinos".
Con sus 20 años de trabajo en la organización
y fundadora de la Red de Mujeres de UNORCA, Victoria Santos explica lo
que es no tener una parcela. "Me siento frustrada porque no tengo donde
sembrar y por eso les digo a los ejidatarios que son muy afortunados porque
pueden cultivar sus alimentos, que ellos no tienen por qué gastar
en refrescos pues tienen sus frutales, que las galletas pueden sustituirlas
con la yuca y el camote, que no por comer verduras frescas son menos ricos
que quienes abren su refrigerador para sacar un trozo de carne congelada".
En cada reunión les digo que la moda en Estados
Unidos y Europa es consumir verduras y frutas frescas que no tengan químicos;
allá están tratando de usar menos fertilizantes mientras
que nosotros tenemos una agricultura tradicional milenaria que nos han
hecho creer que es mala porque "no es de alto rendimiento".
"Sí, hay crisis, los campesinos están desmoralizados",
pero eso lo ha provocado el control de las trasnacionales de la producción
y consumo de alimentos, y aunque hablan de un libre comercio tratan de
imponer lo que "es bueno" y descalifican lo que a ellos no les sirve, como
es la agricultura del pequeño campesino. A pesar del panorama, a
los ejidatarios les afirma que "la buena noticia es que sí se puede
cambiar ese modelo, pero hay que participar y hacerse escuchar".
Esas y otras experiencias son las que enarbolarán
en Cancún los campesinos, quienes saben que estarán en un
campamento donde la comida será precaria, que cada una de las organizaciones
aglutinadas en UNORCA empezó a recabar los recursos desde el año
pasado y que sus desvelos, caminatas, esfuerzos económicos y de
tiempo no serán vanos porque -acota Victoria Santos-, "¡vamos
a defender la agricultura campesina, mejores condiciones de vida y a fortalecer
un movimiento social mundial!"
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