México D.F. Jueves 4 de septiembre de 2003
El supuesto tráfico de influencias, ajeno a su puesto de comisionado, aseguran
Descartan en la Ssa que se responsabilice a Guido Belsasso de ilícitos en el Conadic
Sumario
ANGELES CRUZ
El Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic) ya había sido objeto de una auditoría interna en marzo sin que se detectaran anomalías graves, por lo que es poco probable que la nueva investigación, iniciada a partir del supuesto tráfico de influencias cometido por el ex comisionado Guido Belsasso, arroje resultados diferentes.
Funcionarios de la Secretaría de Salud (Ssa) comentaron que luego del trabajo periodístico publicado por Jaime Avilés en La Jornada (18 de agosto), en el que se dio cuenta del ofrecimiento hecho por Belsasso a un supuesto inversionista italiano para ayudarle a emprender un negocio en México, el ex funcionario no tuvo más remedio que admitir ante sus subalternos el error cometido.
Lamentó que por esa causa el programa de salud mental resultara perjudicado. De acuerdo con esas versiones, Belsasso estaba "muy afectado", porque supuestamente su único interés había sido apoyar a su hijo Bruno en el negocio que había emprendido, de asesorar a empresarios interesados en invertir en el país.
El problema fue que Belsasso no sólo asesoraba a su hijo mayor, sino que también se presentaba personalmente ante los potenciales inversionistas como funcionario de gobierno, cercano al presidente Vicente Fox y con amplias relaciones con los gobernadores de los estados para "abrirles las puertas" y facilitar los trámites para la instalación de una nueva empresa.
Además, en el portal de Internet de la empresa Ipglaw también se presentaba el nombre del entonces funcionario Guido Belsasso y se ofrecía desde ''Normas Oficiales Mexicanas (NOM), programas de exportación (Secofi) y permisos de salud (Ssa), hasta programas de apoyo promocional por Bancomext''.
Los funcionarios consultados por La Jornada comentaron que el nombre de Guido Belsasso es reconocido en el ámbito de la salud mental, incluso en el ámbito internacional.
También señalaron que debido a que el supuesto tráfico de influencias de Belsasso era ajeno a su responsabilidad al frente del Conadic, resulta improbable que en la investigación de la contraloría interna de la Ssa se hallen irregularidades.
La auditoría que la misma dependencia efectuó en marzo tuvo una duración de dos semanas, por lo que se calcula que en esta ocasión no debiera haber diferencia de tiempo, sobre todo debido a que la revisión estaría concentrada de enero a agosto de 2003.
Desde el 22 de agosto los auditores ocupan la que era la oficina del ex comisionado. Mientras tanto, las actividades del Conadic continúan con normalidad.
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