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México D.F. Martes 2 de septiembre de 2003
"Lo que da universalidad a escritores como Rulfo,
Fuentes y Paz es su localismo"
En Lotería del deseo, Eugenio Aguirre
mantiene su apuesta por lo nacional
Nos faltan cientos de temas por abordar, actitudes y
conductas que nadie trata, opina
CESAR GÜEMES
El prosista Eugenio Aguirre mantiene su apuesta por los
temas locales en su trabajo y dice al respecto: "La historia del país,
lamentablemente, ya no es una materia recurrente en nuestra literatura".
Autor de libros que le han merecido reconocimientos nacionales e internacionales,
como Gonzalo Guerrero y Pasos de sangre, Aguirre da a conocer
este miércoles a las 19 horas su nueva obra, Lotería del
deseo, publicada por Alfaguara, en el Centro Cultural Isidro Fabela
(Plaza de San Jacinto 15, San Angel), con los comentarios de Mayte Noriega
y Rafael Ramírez Heredia.
En
contrapunto al argumento de su más reciente novela, Aguirre entiende
que no se escribe por azar, "sino porque todos los que nos dedicamos a
esto primero fuimos lectores y por admiración a lo leído
decidimos en algún momento acompañar en la experiencia a
los autores que nos interesan". Además de este interés, apunta,
"escribir es una terapia: si no contáramos con ella quizá
presentaríamos desagradables variantes de conducta. La literatura
nos permite sacar nuestros demonios y es por eso que escribir se vuelve
una forma de mantener el equilibrio".
La técnica de Lotería del deseo es
singular: un apartado por cada naipe de la lotería mexicana: "Busqué
hacer capítulos breves, con un ritmo eficaz y desde luego retomé
la forma de las novelas de folletín. No ordené las cartas
de antemano: cada inicio de capítulo saqué al azar un naipe
y a partir de ese sistema hice la novela. Por supuesto, cada naipe me forzaba
a ejercer la destreza narrativa, un ejercicio que me resultó muy
saludable".
Lotería del deseo, como varios de los escritos
de Eugenio Aguirre, da cuenta de los usos y las costumbres de México.
Este apego nacional, dice el escritor, está dentro de la mejor tradición
literaria del país: "Lo que da universalidad a un escritor es su
localismo. Rulfo, Paz, Fuentes o Reyes son universales por mexicanos. Todos
aquellos que abordaron temas nacionales con pulcritud y riqueza de imaginación
continúan vigentes en el ánimo del lector. La mexicanidad
es la única forma de comunicar nuestra idiosincrasia a las demás
naciones".
-Una idiosincrasia que por su parte no está agotada
en ninguna de las artes.
-Desde luego que nos faltan cientos de temas por abordar.
Contamos con una gran cantidad de actitudes y conductas que nadie trata.
Y no sólo en términos de novela histórica o costumbrista,
sino en obras de vanguardia. Hoy, por ejemplo, se ha empezado a hacer novela
sobre la migración, y ya no desde el punto de vista chicano, sino
de quienes permanecemos aquí. Esa parte de nuestra cotidianeidad
es casi virgen, literariamente hablando. Y aunque se haya escrito sobre
la identidad que tenemos como mexicanos, no hay claridad al respecto. Si
solventáramos ese tema, todos estaríamos más satisfechos
de haber nacido aquí. Pero la historia del país, lamentablemente,
no es una materia recurrente en nuestra literatura. Es un olvido que padecemos
y así nos va. Desde hace un año trabajo en una investigación
sobre Guadalupe Victoria, y es muy impresionante cómo se asemeja
el comportamiento de los partidos políticos de entonces al que hoy
observamos. Las pugnas entre yorkinos y escoceses, que evolucionaron a
conservadores y liberales, son muy parecidas a las del PAN con el PRI y
el PRD. Desde entonces, 1828, los intereses partidistas estuvieron sobre
los de la patria. Y como no hemos aprendido, nos va como en feria.
El desempeño de Eugenio Aguirre como maestro en
la Escuela de Escritores de la Sogem le permite el contacto con las jóvenes
generaciones de creadores, de quienes dice, por último: "La calidad
técnica de la actual literatura mexicana es magnífica. Hay
un gran avance en ese sentido. Para eso han servido los talleres literarios
y las casas de cultura. Hoy el escritor mexicano ya no es un tipo marginal,
sino un ciudadano con un trabajo respetable. Pero eso se ha dado sólo
en los más recientes diez años, no antes. Esta profesionalización
de la literatura nacional es lo que nos impulsa a seguir".
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