México D.F. Martes 2 de septiembre de 2003
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Algunos pillos con influencias
MUCHAS PERSONAS QUE en este país aún
creen en la justicia se sienten verdaderamente decepcionadas porque el
ex legislador petrolero, Carlos Romero Deschamps, como todo parece indicar,
quedará impune frente a los supuestos actos ilícitos que
cometió en favor de la campaña del PRI para la Presidencia
de la República en 2000. Aún no saben que Fernando Espino,
el saboteador del Metro, como le llaman algunos de los trabajadores
de ese organismo, ha gozado, para envidia de algunos, hasta de doble fuero.
EN LA HISTORIA de esta doble impunidad o aberración
jurídica nadie parece interesado, pero lo cierto es que Espino no
tendrá que enfrentar la ley, que lo reclama, cuando menos en los
tres años siguientes.
EL 20 DE AGOSTO pasado, la Asamblea Legislativa
del Distrito Federal, cueva en la que el mencionado líder
se refugió durante el primer trienio del siglo, aprobó la
solicitud de licencia presentada por Espino dos días antes para
que tuviera efecto a partir del primero de septiembre, es decir, ayer.
ESTO PORQUE ESPINO irá a la Cámara
de Diputados, ahora como representante de los verdes, únicos
que al parecer no sintieron asco de este personaje y, mediante algunas
componendas, lo aceptaron como uno de sus plurinominales, previo acuerdo
con su partido original, el PRI, en el que por estatutos ya no podría
cubrirse, otra vez, de la impunidad que le da el Poder Legislativo.
RESULTA QUE EL 29 de agosto pasado, los diputados
electos para la legislatura que se inició ayer, tomaron protesta,
entre ellos desde luego el tal Espino, que en ese momento contaba aún
con la impunidad que le dio el fuero de la diputación local.
ASI LAS COSAS, el hombre que todavía mangonea
a una parte de los burócratas del Metro contó, durante el
sábado 30 y el domingo 31, con doble fuero, dado que el permiso
de la Asamblea Legislativa, de la que aún era miembro, empezó
ayer.
EL TEMOR DE Espino a quedar sin la protección
del fuero aunque fuera un minuto, y a que en ese lapso las autoridades
de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal lo presentaran
ante un juez para aclarar las acusaciones que pesan en su contra, habla
muy claro de su posible culpabilidad.
FERNANDO ESPINO TEME enfrentarse a la ley y hace
saber, públicamente, que el Poder Legislativo le sirve única
y exclusivamente para no poner un pie en la cárcel, y para ello,
como ya hemos dicho, se sirvió del Partido Verde.
DE ESA MANERA nos hemos dado cuenta que la Cámara
de Diputados bien podrá servir, en adelante, para que cualquier
pillo con influencias, como los hay por montones, utilice ese órgano
para sustraerse de la justicia.
PERO TAMPOCO ES cosa nada más de la impunidad
que confiere la Cámara de Diputados o cualquier otra instancia legislativa.
Tendrá que demostrarse que en las autoridades existe, también,
la voluntad de ejercer la ley.
UN CASO QUE no deberá quedar a la deriva
y que mostraría que en la procuraduría existe cuando menos
la intención de hacer justicia, es el del diputado Barajas, quien
según la misma instancia judicial tiene un costal bien repleto de
ilegalidades.
ARTURO BARAJAS, QUIEN no alcanzó un pedazo
de la cobija verde, anda asustado y en busca (a lo mejor ya lo obtuvo)
de un amparo para burlar la ley. Pero por el momento no se sabe cuáles
han sido las acciones de la procuraduría para que Barajas se siente
en el banquillo de los acusados y responda a las acusaciones en su contra.
EN FIN, COMO se ve, no nada más se trata
de las vueltas legales que utilizan quienes se niegan a dar cuenta de sus
posibles fechorías; tampoco se ve claro en las autoridades la voluntad
de aplicar la justicia en pleno. Y así no se puede.
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