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México D.F. Martes 2 de septiembre de 2003
Casi todas las compañías utilizarán
el video, informa el director técnico del Cervantino
Operar con eficiencia tecnología de escaso uso
en México, reto en el FIC
Diez producciones será auspiciadas en su totalidad
por el festival: Angel Ancona
CARLOS PAUL
La utilización del video en la mayoría de
las producciones de las artes escénicas, así como la colocación
y el funcionamiento de un sonido e iluminación de la más
alta tecnología, será lo que implique mayor dificultad en
el ámbito del trabajo técnico del 31 Festival Internacional
Cervantino (FIC).
Para esta versión se estima que participen unas
300 personas en el área técnica, entre coordinadores y personal
operativo: costureras, tramoyistas, operadores de audio, de iluminación,
de pirotecnia, de montacargas y de generadores, así como choferes
y cargadores, mejor conocidos como lobos, entre otros.
Su
trabajo -anónimo e imprescindible, pues proporciona las condiciones
para que el actor, el bailarín o el músico se pueda expresar
de manera plena- tendrá este año en particular que ajustarse
a la utilización y sofisticación de la tecnología,
"pues casi todas las compañías que participarán -excepto
Sara Baras, Deutscher Theater, de Alemania, y Vania Producciones, de España-
hacen uso del video en su propuesta artística", explica en entrevista
con este diario Angel Ancona, director técnico del FIC.
"Lo que viene también muy fuerte y complicado es
la utilización del audio, ya que la mayoría, igual, tendrán
sonido octafónico, sound surround, en el que lo que importa
no es el volumen, sino la calidad de los sonidos y cómo éstos
giran dentro del teatro." El reto será que eso pueda ser apreciado
por el espectador.
Respecto a la iluminación, Ancona señala:
"tiene su complicación natural, pero no hay nada extraordinario,
excepto por el trabajo de la Deutscher Theater, que ha traído todo
desde Alemania, pues no encontraron en nuestro país nada que les
sirviera para su propuesta escénica".
Respecto a que en México no se cuente con equipo
tecnológico avanzado, Ancona explica que "se podría decir
que aquí existen dos escuelas: la estadunidense y la europea. Y
los equipos que se utilizan principalmente en Alemania o Francia no se
usan en México, porque aquí se ha desarrollado más
la escuela estadunidense. Ellos necesitan grandes cantidades y calidades
de luz, equipo que no se tiene, por lo que ahora será necesario
alquilarlo a algunas compañías de cine".
Aun cuando las artes escénicas en México
tienen un excelente nivel tecnológico y se cuenta con los mejores
técnicos, añade, "lo que nos falta es estudiar más
otras tecnologías y poder adquirirlas. Cabe mencionar que no tenemos
las mismas condiciones económicas que ellos". Por tanto, "falta
mucho por hacer".
En estos días, la dirección técnica
del FIC -que cuenta este año con un presupuesto de unos 4 millones
de pesos- se encuentra en proceso de licitación para contratar a
las empresas privadas que ofrecen servicio de iluminación, sonido,
video, generadores, grúas, pirotecnia e instrumentación musical.
"El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes está
convocando a los concursantes. Calculamos que serán seis empresas
privadas", el mismo número que en años anteriores.
Respecto a las producciones auspiciadas en su totalidad
por el FIC, que implica desde la escenografía hasta la utilería,
Ancona refiere que "en 2001 se hizo la producción completa de 16
espectáculos. El año pasado fueron 12, y para esta versión
serán 10", entre las que se encuentran La conquista de México,
de Wolfgang Rihm Opera; Emilia Galotti, de la Deutsches Theater;
Diatriba de amor contra un hombre sentado, dirigida por el cubano
Pastor Vega, y Carta de la maga a Bebé Rocamadour, de España.
Hace dos años, en la versión 29 del Festival
Internacional Cervantino, se implementó un programa piloto, cuyo
propósito era involucrar a los jóvenes creadores con las
distintas áreas técnicas y crear una escuela de producción
(La Jornada, 27 de octubre de 2001), pues, se afirmó, "cada
vez hay menos técnicos. Deseamos profesionalizar este oficio, que
se ha venido burocratizando".
Todavía, manifiesta Angel Ancona, "seguimos ajustando
la instrumentación de una escuela para técnicos, pues es
un proceso lento y difícil, que implica recursos económicos
y el convencimiento de las instituciones".
Sin embargo, "de alguna manera se está generando
una nueva familia de técnicos, pues aunque siguen trabajando los
viejos maestros, algunos jóvenes ya laboran no sólo en el
Cervantino, sino también en el Centro Nacional de las Artes o el
Centro Cultural del Bosque. Aunque -concluye Ancona- todavía se
requiere de más especialistas".
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