A PLENO ZOCALO

José Agustín Ortiz Pinchetti

La 59 Legislatura: destino incierto

SE HA CRITICADO a la 58 Legislatura por improductiva. Sus integrantes se defienden enumerando más de un centenar de leyes aprobadas en los tres años. Tienen razón. Los críticos alegan que no se aprobó ninguna reforma estratégica. Y tienen razón. El balance de la segunda legislatura libre del control del Presidente es mediano. La nueva legislatura se enfrenta a una disyuntiva más difícil.

VA A TENER tiempos angustiosamente breves. Sólo tres periodos efectivos: el que se ha iniciado en el otoño de 2003 y dos periodos de 2004. La lucha por la Presidencia, desde el final de 2004, hará muy difíciles los consensos importantes.

ADEMAS, EXISTE UN peligro: las fracciones de PRI y PAN tienen enfrente la gran tentación de unirse y marginar al PRD. La composición tripartita es disfuncional y la única forma de lograr avances, que no sean vulnerables, es que las tres fuerzas principales vayan unidas. Pero existe una tradición presidencialista de imponerse brutalmente a los opositores. La alianza PAN-PRI debilitaría al Presidente y prepararía la restauración priísta. Y corroboraría la existencia de una alianza para imponer leyes regresivas, en contra de las corrientes progresistas del PRI. Con el agandalle, PAN y PRI tendrían pérdidas costosas.

EL INTENTO PODRIA significar una provocación al PRD. Al sentirse marginado, se volvería guerrillero, usaría una retórica incendiaria, descalificaría e impediría el sano funcionamiento del Congreso. El PRD tiene la gran oportunidad de demostrar madurez política; concentrar sus energías en el impulso de reformas trascendentales y viables. Unos cuantos temas. Debe dar el estirón, invertir en una renuncia al extremismo y lograr eficiencia. No es fácil.

EL PRIMER SIGNO de las intenciones de PRI y PAN no es alentador. En violación al espíritu y la letra de la ley, se negaron a garantizar la alternancia en el gobierno de la Cámara de Diputados. Aceptaron una fórmula mañosa que prometía vagamente "pluralidad", pero sin comprometerse. Pablo Gómez y la fracción del PRD tuvieron la sensatez de no marginarse. Fue buen punto. Pronto habrá nuevas señales y podremos entrever si esta legislatura tendrá un destino mejor que el de su gris antecesora.

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