.. |
México D.F. Domingo 31 de agosto de 2003
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
Libanización de Irak y desamparo saudita:
suelto, el precio del crudo
La decapitación de los liderazgos sunnita y chiíta,
¿a quién le conviene?
Barruntos de guerra civil
SE VA DESPEJANDO en forma diáfana el verdadero
objetivo del destino de Irak y el Medio Oriente, con su petróleo
(y gas): la libanización de Irak por medio de la qaedización.
En un notorio artículo en The Washington Post (24 de agosto),
Robert Baer, anterior funcionario de la CIA en el Medio Oriente durante
una generación, clasificó a Irak como el "nuevo Líbano",
seis días antes de la carnicería de Najaf. ¡Qué
previsor!
SE VAN HILANDO los múltiples atentados con
carros bomba de las últimas semanas en Irak, que arreciaron después
de la visita a la antigua Mesopotamia del straussiano subsecretario del
Pentágono, Paul Dundes Wolfowitz. La carnicería chiíta
en la ciudad sagrada de Najaf sucedió durante las "vacaciones" del
procónsul de la biocupación anglosajona, quien se encuentra
otra vez "de consulta" en Washington: Paul Bremer III, ex director de la
empresa de "consulta" Kissinger Asociados, que avala, con otras entidades
de coyotaje local y trasnacional, la expropiación por la
vía de la privatización desregulada y regalada del petróleo
mexicano en el documento infame Nuevos horizontes (siete días
después a los atentados del 11 de septiembre) del Centro Internacional
de Estudios Estratégicos (CSIS, por sus siglas en inglés),
de Washington.
DESPUES DE LOS atentados por el mismo método
a la embajada jordana en Bagdad y el onucidio y asesinato del pacifista
brasileño Sergio Vieira de Mello viene la carnicería chiíta
en la ciudad sagrada de Najaf, que cobró la vida del ayatola Mohammad
Baqr al Hakim, muy aficionado a las piruetas geopolíticas y a las
jugadas de mil bandas: la bisagra transracial entre los chiítas
persas de Irán y los chiítas árabes del sur de Irak,
así como la bisagra entre Irán, los chiítas del sur
de Irak y Estados Unidos/Gran Bretaña. Al Hakim era el líder
de la "milicia Badr", armada por la teocracia de los ayatolas de Irán,
y su hermano menor, Abdel Aziz al Hakim, forma parte del títere
"consejo gubernamental de coalición" impuesto por Estados Unidos.
EL
PERIODICO LIBANES An-Nahar (30 de agosto) clama que la carnicería
de Najaf "certifica la libanización de Irak". Más que la
persona del ayatola iraquí Al Hakim, de notoria afiliación
con el ayatola persa Jamenei -líder supremo espiritual de la teocracia
iraní, que decretó tres días de luto nacional-, se
trató de la desacralización de la mezquita donde se encuentra
la tumba de Ali bin Abi Taleb: el yerno (además de primo) del profeta
Mahoma, quien contrajo nupcias con Fátima, la única hija
del fundador del Islam que a su muerte se escindió entre sus ramas
sunnita -la mayoría, con alrededor de 80 por ciento- y chiíta
-el 15 por ciento; el otro 5 por ciento lo representan entidades esotéricas
como los alawitas, los drusos, etcétera-. An-Nahar, un periódico
pro francés de Líbano, enfatiza que Al Hakim, el líder
del Consejo Supremo de la Revolución Islámica (miembro del
Congreso Nacional Iraquí en el exilio, que preside el chiíta
posmoderno Ahmed Chalabi, el consentido de la dupla Wolfowitz-Perle), fue
asesinado después de haber concluido su sermón del día
viernes, en el que urgía la "unidad nacional y el apoyo panárabe
para la reconstrucción de Irak". Pues tal parece que a los perpetradores
de los últimos atentados con carros bomba les mortifica la "reconstrucción
de Irak". En su precaria acrobacia de bisagra entre Irán y las fuerzas
ocupantes, Al Hakim también había denunciado los ataques
de la guerrilla contra las fuerzas de ocupación de Estados Unidos
y Gran Bretaña. Otro periódico de Líbano (la caja
de resonancia mediática del mundo árabe), As-Safir,
muy cercano a los intereses sunnitas, proclamó que la carnicería
de Najaf equivalía al "Karbala del siglo XXI", en recuerdo de la
batalla en la que la dinastía omeya de los sunnitas de Damasco le
tendió una trampa a Husein ibn Ali (nieto del profeta Mahoma e hijo
de Ali), quien fue asesinado en el siglo VII. Los chiítas de todas
las etnias conmemoran la "Ashura", fecha del asesinato, por medio de hemorrágicos
rituales de flagelación colectiva, el duelo de la muerte de Husein
ibn Ali. Es evidente que los perpetradores de la carnicería de Najaf
intentan provocar otra batalla entre sunnitas y chiítas (¿divide
y vencerás?). Sin masticar sus asertos, An-Nahar describe
que la explosión de Najaf recordó el atentado contra el ayatola
Muhamed Fadlalá, entonces guía espiritual del Hezbolá
("El Partido de Dios") chiíta en el sur de Beirut que desencadenó
una ola de terror. Fadlalá "salió ileso de un atentado que
fue ampliamente atribuido a la CIA". De allí la relevancia de los
recuerdos nostálgicos del saudífobo Robert Baer, quien ahora
sostiene la "libanización de Irak". Baer es autor del libelo Durmiendo
con el diablo: cómo Washington vendió nuestra alma por el
crudo saudí, que se complementa con el panfleto anti wahabita
de Dore Gold, anterior embajador israelí en la ONU: El odio del
reino: cómo Arabia Saudita apoya el nuevo terrorismo global.
EL BRITANICO JONATHAN Steele (The Guardian,
30 de agosto) asevera que el asesinato del ayatola quita del camino a una
figura que representaba "un importante canal de comunicación" con
la teocracia chiíta de Irán "como contrabalanza potencial
a la influencia de Estados Unidos en el post Irak". ¿El atentado
iba con dedicatoria a la teocracia de los ayatolas de Irán, que
durante la semana sufrió brutales presiones desde Buenos Aires,
por su presunta autoría del atentado a la mutualista hebrea, hasta
el descubrimiento de huellas de "uranio enriquecido" en una de sus plantas
nucleares por los inspectores de la ONU?
LOS LIDERAZGOS SUNNITA (el asesinato público
de Uday y Qusay, los dos hijos de Saddam) y chiíta (el ayatola Al
Hakim) están siendo alegremente decapitados. ¿Para que quede
solo en la palestra Ahmed Chalabi, el títere de la dupla Wolfowitz-Perle?
¿A quién le conviene la orfandad iraquí? No es la
primera vez que se atenta contra la vida de un prelado en Najaf, donde
se juega el destino de la cosmogonía chiíta. En abril, Sheikh
Abd al-Majid al-Khoei, a los pocos días de su retorno de Londres,
fue literalmente descuartizado por una turba debido a su apoyo irrestricto
a la invasión anglosajona. El occiso ayatola Al Hakim había
tenido un aviso una semana antes en la persona de su tío, otro ayatola,
quien salió ileso de un atentado con carro bomba. Pese a las advertencias
ominosas, llama la atención que la "seguridad" en Irak a cargo de
las fuerzas de biocupación anglosajonas sea exageradamente laxa,
al menos que se trate de un ingenioso operativo de laissez paser, laissez
faire a la usanza capitalista, para cosechar suculentos dividendos
en el futuro en el mercado del petróleo (y el gas). Steele señala
que en los últimos días el ejército estadunidense
había hostigado a los partidarios del ayatola asesinado en las oficinas
de la "milicia Badr" y concluye con una frase que presagia una guerra civil
intrachiíta en el sur de Irak: "El asesinato inyecta un elemento
de incertidumbre a un clima de por sí caótico en Irak. Irán
se preocupará ahora del vacío de poder entre la comunidad
chiíta, que puede producir una lucha intestina". ¿Habrán
sido los enemigos de la teocracia de Irán quienes movieron los hilos
triangulados de la carnicería y desacralización de Najaf?
DEFINITIVAMENTE, LA VISION en el Medio Oriente
no es la misma que la de los medios de las fuerzas ocupantes; Anthony Shadid,
de The Washington Post (30 de agosto), asevera que "la extinción
del ayatola, considerado una figura clave para la transición, profundiza
los infortunios de Estados Unidos". Como que no se ve tan acongojados que
se diga a Dick Cheney ni Baby Bush.
SE DESTAPO POR completo la caja de Pandora de Irak.
Como aduce Robert Berd, quien conoce bastante de estos asuntos: "una bomba
es un ultraje; dos bombas es una campaña". La semana pasada se escenificaron
los prolegómenos de lo que pudiera constituir una guerra civil en
el norte de Irak, en la ciudad petrolera de Kirkuk, entre dos etnias sunnitas:
los kurdos y la minoría de los turcomanos. Guerras étnicas
y teológicas en medio de balcanizaciones en el corredor de la muerte
que va desde Cachemira, pasando por Irak, hasta Cisjordania/Israel, donde
la medida del gobierno Sharon de abrir a los no mahometanos la explanada
del Monte del Templo/Haram Al-Sharif en Jerusalén, el tercer sitio
sagrado del Islam, puede crear un superfuego religioso como corolario del
"choque de civilizaciones" del racista Huntington.
LLAMA LA ATENCION que en medio del caos deliberado
propiciado por el equipo Bush o, para suavizar, del "caos preanunciado"
(The Washington Monthly, junio de 2003), prosiga la privatización
de Irak. Mientras la petrolera texana Halliburton se despacha con la cuchara
grande, HSBC, el célebre banco británico del blanqueo
durante la guerra del opio contra China del siglo XIX, no se diga en la
etapa de la globalización financiera, está por descolgar
"un contrato lucrativo del gobierno de Estados Unidos para reconstruir
el sistema financiero de Irak" (The Daily Telegraph, 20 de agosto).
Existen de facto dos carriles bien establecidos en Irak después
de la "apoteosis" de Baby Bush, quien sigue el guión de los
straussianos al pie de la letra: la inseguridad para el conjunto de los
iraquíes, y la seguridad de la captura de sus riquezas, en particular
del petróleo, en medio de las turbulencias.
ENTRE EL ASESINATO del brasileño Sergio
Vieira de Mello y la carnicería de Najaf, el ejército de
Estados Unidos abandonó sin mucho ruido su última base militar,
Príncipe Ibn Sultan, que deja sin protección militar a Arabia
Saudita, en pleno desamparo, y deja suelto el precio del petróleo
al libre albedrío de Al Qaeda. El sueño imposible de los
invasores anglosajones y sus mentiras radiactivas se está volviendo
realidad: el montaje de la colusión entre el yemenita-saudita Osama
Bin Laden, líder supremo de Al Qaeda, y el depuesto iraquí
Saddam Hussein, en Najaf. No importa que nadie lo crea en el resto del
mundo; basta con que los televidentes estadunidenses adictos a la superbélica
cadena Fox News lo crean para que en noviembre de 2004 los agradecidos
votantes se lo reconozcan a su "supremo comandante", quien sigue de vacaciones
en su rancho texano de Crawford, mientras el mundo se incendia en espiral.
El atentado ha sido atribuido en forma equitativa a dos jihadistas sauditas
de Osama Bin Laden y a dos baazistas tránsfugas de Saddam (The
Jerusalem Post, 30 de agosto). La suma de la ecuación terrorista
de Osama y Saddam iguala los agregados de las dos principales reservas
de petróleo mundial, Arabia Saudita e Irak: la inmutable metáfora
energética, que había asentado el straussiano Paul Dundes
Wolfowitz en su indeleble entrevista a The Vanity Fair, que muchos
cándidos y neófitos recelan de aceptar por ser exageradamente
perversa. That is the name of the game. En realidad, desde los atentados
del 11 de septiembre ese había sido el "nombre del juego" del montaje
26 para capturar el petróleo de Irak y Arabia Saudita, con el fin
de trastocar la nueva geopolítica de los energéticos del
siglo XXI, que pretende salvar a Estados Unidos entre los escombros de
su ruina económica y financiera.
|