Señala anomalías en la gestión del depuesto comisionado

Virginia González pide que se audite la gestión de Belsasso

Gastó $10 millones en pagos de honorarios a personal externo a la dependencia para elaborar un "plan maestro"

CAROLINA GOMEZ MENA

Pese a que ya no está, "la línea de Guido Belsasso en salud mental sigue vigente", lamentó Virginia González Torres, directora general de Rehabilitación Psicosocial, Participación Ciudadana y Derechos Humanos de la Secretaría de Salud (Ssa), quien exhortó a que "se revise y audite toda la gestión Belsasso", pues no sólo "gastó alrededor de 10 millones de pesos en pagos de honorarios a personal contratado por él para elaborar su plan maestro de infraestructura física en salud mental", sino que también "quitó todo el presupuesto a la dirección a mi cargo".

La funcionaria reveló que el ex comisionado del Consejo Nacional contra las Adicciones preveía en su plan "la venta a terceros de terrenos de algunas instalaciones siquiátricas como el hospital Samuel Ramírez Moreno, del Distrito Federal, y de los hospitales José Sáyago y La Salud, ambos del estado de México. La finalidad de esto, según se establece en el texto del proyecto del plan maestro de infraestructura física en salud mental era obtener recursos que garantizaran la operación del proyecto.

Tras el cese de Belsasso "quedó en su lugar como interino el doctor Agustín Vélez, quien era su mano derecha, así que se quitó a Belsasso, pero se dejó a Belsasso 2". También denunció que los aproximadamente 5 millones de pesos con que contaba su dirección le fueron quitados por órdenes del ex comisionado sin que hasta ahora se haya revertido esta medida.

En conferencia de prensa comentó: "la secuela de Belsasso sigue patente en el hospital siquiátrico Ramírez Moreno, el cual, por instrucciones del citado ex funcionario, desde el 5 de agosto pasado canceló el programa de rehabilitación operado por el comité ciudadano".

Ante este panorama, exhortó al secretario de Salud, Julio Frenk, a replantear la atención en salud mental y a reconocer que hasta ahora el llamado "modelo Hidalgo" es el que ha mostrado mayores beneficios.

Antes de que se conociera que Belsasso incurría en tráfico de influencias, situación que fue sacada a la luz por este periódico, González exigió su renuncia, por considerarlo un "funcionario incapaz de resolver la problemática de los enfermos mentales".