Historia de una pasión por los libros y el conocimiento

La Biblioteca Palafoxiana, designada monumento histórico de México en julio de 1981, debe su nombre y fundación a Juan de Palafox y Mendoza (Navarra, 1600-Soria, 1659). Hombre instruido y hábil para moverse en los círculos del poder político y religioso español, desempeñó múltiples cargos en una y otra esferas, pero en el centro de sus actividades e intereses siempre estuvo su pasión por los libros y el conocimiento.

En una breve biografía reciente, editada por la Bibioteca Palafoxiana, se dice que para Palafox los libros "fueron su alhaja". Y cita: "el que se halle en un beneficio sin libros se halla en una soledad sin consuelo, en un monte sin compañía, en un camino sin báculo, en unas tinieblas sin guía".

Palafox tenía 40 años cuando, designado por el rey Felipe IV y el papa Urbano VIII, llegó para desempeñarse como noveno obispo de la Puebla de Los Angeles. Arribó "enmedio de hambruna y con efervescencia política en Nueva España, mostrando de inmediato que era un hábil y práctico político, funcional, ordenador nato, de imperiosa y hasta nerviosa actividad, que no le temblaba la mano para ejercer su autoridad, todo ello desplegado a lo largo de nueve calendarios en forma dinámica y enérgica, reformadora y constructiva, que lo convirtieron en la figura central del siglo XVII y parteaguas de la vida poblana, vigente hasta hoy".

Durante su estancia en Puebla -registra su biografía-, Palafox mandó construir templos (36), colegios, hospitales, curatos, casas episcopales, levantó 150 retablos, instituyó la cátedra de náhuatl y totonaco, y redactó las Constituciones de la Real y Pontificia Universidad de México. También "recorrió la anchurosa diócesis poblana entre 1643 y 1646 con tres visitas, testimonio documental que transcribió y anotó excelentemente el Dr. Bernardo García Martínez". Destaca entre sus empresas la catedral poblana, concluida y consagrada en 1649, año de su regreso a España.

La biblioteca se fundó en 1646 con una donación inicial que hizo Palafox de 5 mil volúmenes. "Reservamos -escribió Palafox- a honra y gloria de Dios nuestro señor, muy útil y conveniente hubiese en esta ciudad y Reino una Biblioteca Pública, en donde todo género de personas puedan estudiar como les convenga".

En congruencia con dicha convicción, en un carta fechada el 6 de septiembre de 1646 informó a Felipe IV: "Me he puesto en deseo de dejar la librería que he juntado desde que sirvo a Vuestra Majestad, que ya es una de las mayores que yo he visto en España, accesoria a estas episcopales y empieza en forma pública y tal que pueda ser útil a todo género de profesiones y personas".

Más de un siglo después Francisco de Fabián y Fuero retomó y continuó con la empresa bibliográfica iniciada por Palafox, de cuya obra era estudioso y admirador. Fue él quien ordenó, en 1773, la construcción del local que hasta la fecha ocupa la Bibioteca Palafoxiana. Donó su propio acervo, al que gradualmente se fueron sumando los de los obispos Manuel Fernández de Santa Cruz y Francisco Pablo Vázquez, del deán de la catedral Francisco Irigoyen, de colegios religiosos poblanos y de particulares.

El libro más antiguo que atesora la Palafoxiana es la Crónica de Nürenberg, que data de 1493, y el más reciente es La libertad sindical en México, de Vicente Lombardo Toledano, fechado en 1926.

ARTURO GARCIA HERNANDEZ