México D.F. Viernes 15 de agosto de 2003
"Patraña infame", que se acuse a víctimas
y no a victimarios, dice abogado defensor
Sorpresiva orden de detención de juez argentino
contra tres líderes montoneros
"Habrían facilitado" a militares el secuestro
de un grupo de esa guerrilla: Claudio Bonadío
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 14 de agosto. En una sorpresiva ac-ción
bajo sospecha, el juez Claudio Bonadío dispuso la detención
de tres ex dirigentes de Montoneros, Mario Firmenich, Fernando Vaca Narvaja
y Roberto Cirilo Perdía, por considerar que "habrían facilitado"
que un grupo de integrantes de esa guerrilla peronista, ya desaparecida,
fuera secuestrado y desaparecido a manos de los militares de la dictadura
que se impuso en el país entre 1976 y 1983.
Vaca Narvaja y Perdía quedaron detenidos en la
Delegación de Unidad de Investigaciones Antiterroristas de la Policía
Federal, en esta capital, mientras que en el caso de Firmenich, quien reside
en España, el magistrado libró a Interpol una orden de captura
internacional.
Guillermo
Agustín Agüero, abogado de Firmenich, calificó como
una "patraña infame" que se ordene detener al ex dirigente montonero
en una causa que investiga el secuestro, tortura, muerte y desaparición
en 1980 de militantes de su propio grupo, entre ellos Ricardo Zucker, Martha
Libenson, Lo-rezo Viñas (hijo del escritor David Viñas),
el sacerdote Jorge Adur, Horacio Campiglia y Mónica Pimus de Binstock,
estos últimos secuestrados y desaparecidos en Brasil en la Operación
Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras del Cono
Sur.
Según el juez, la detención surgiría
del "estado de sospecha" de que los dirigentes habrían "entregado"
a sus compañeros, lo que en todo caso requiere una investigación
antes de dictar la orden de arresto.
Para Bonadío, "la conducción (de Montoneros)
era consciente del riesgo que se corría" al hacer regresar a militantes
desde el exilio para la llamada contraofensiva.
Inclusive, de acuerdo con algunas fuentes judiciales,
la resolución del juez sostiene que la dirección de Montoneros
debió "haber tomado recaudos para que sus decisiones no fueran funcionales
con la estructura ilegal de represión organizada por el gobierno
de las fuerzas armadas".
Patricia Vaca Narvaja, secretaria de De-fensa del Consumidor
y hermana de Fernando, advirtió que estas detenciones son de "orden
político, y lo que el juez quiere es reflotar la figura de los dos
demonios, equiparando el terrorismo de Estado de los años 70 con
la guerrilla".
Agregó que "no hubo dos demonios", sino que "hubo
uno solo", en relación a esa figura argumentada por los defensores
de la dictadura, que pretenden equiparar la responsabilidad de los militares,
que dejaron 30 mil desaparecidos (en su mayoría dirigentes y militantes
sociales, políticos, sindicales y estudiantiles que nada tenían
que ver con la guerrilla), en una sistemática campaña de
exterminio, con la acción de los grupos guerrilleros.
Coincidencias preocupantes
Para muchos analistas no escapa que esta acción
del juez Bonadío, hombre ligado a Carlos Corach, ministro del Interior
del go-bierno de Carlos Menem, ocurre precisamente cuando se acelera el
juicio político a uno de los hombres clave del menemismo en la desprestigiada
Corte Suprema, el juez Eduardo Moliné O'Connor.
Precisamente Moliné O'Connor -señalado responsable
de la mayoría autómatica que apoyó a Menem,
quien amplió la Corte Suprema de cinco a nueve miembros para nombrar
a allegados-, había advertido hoy que no está "vencido ni
voy a renunciar".
A esto se añade la anulación de las leyes
de Punto Final y Obediencia Debida por la Cámara de Diputados, fuerte
gesto político que intentaría que finalmente la Corte Su-prema
se pronuncie sobre la constitucionalidad de esas normas que evitaron que
los represores fueran juzgados y castigados, ya rechazadas por tribunales
inferiores.
Finalmente, está también la ofensiva de
los ex militares de la dictadura detenidos por solicitud de extradición
de la justicia española -uno de ellos, el ex coronel Eugenio Antonio
Barrozo, murió el miércoles a los 80 años- y de los
responsables del genocidio que quieren evitar cualquier posibilidad de
ser juzgados en el futuro.
El ministro de Defensa, Jorge Pampuro, dijo que existía
"preocupación" en las fuerzas armadas por la decisión del
Congreso.
Las amenazas de los sectores ultraderechistas sobre posibles
golpes contra el gobierno de Néstor Kirchner, habían llevado
a la cautela a muchos militantes del pasado, ya que los amigos de los militares
comenzaron a hablar de "venganzas".
Es en este contexto que las detenciones de los ex dirigentes
guerrilleros, que se realizaron como "emboscadas" en plena calle, dan cuenta
de una "movida" muy especial, y que genera sospecha.
Perdía trabajaba en la Subsecretaría de
Derechos Humanos, que dirige la socialista Alicia Oliveira.
Llama la atención que en estos momentos en que
los jueces que deben juzgar a los militares por terrorismo de Estado, en
delitos que no pudieron quedar como parte de las leyes exculpatorias, abran
otro frente para investigar lo que podía suceder al interior de
la guerrilla, sin causa o querella abierta para tal efecto.
Además, cabe recordar que Menem ha acusado a Kirchner
de "montonero", en alusión a su militancia estudiantil en el pe-ronismo
de izquierda en los años 70.
Y, como broche a esta situación en la que se intenta
contratacar una política oficial para la recuperación de
la justicia, se ad-vierten fricciones en el gobierno debido a declaraciones
del vicepresidente Daniel Scioli -corredor de lanchas devenido político
durante el menemismo-, que en las horas recientes se mostró inconforme
con la anulación de las leyes de impunidad y luego contradijo al
propio jefe del Ejecutivo al asegurar que en octubre habrá aumento
de tarifas de los servicios públicos.
Mientras, esta madrugada estalló una bomba frente
al domicilio de Cecilia Barrera, candidata para la alcaldía de una
localidad de la provincia de Buenos Aires por la centroizquierdista Alternativa
para una Re-pública de Iguales, lo que se suma a actos de intimidación
en los meses anteriores contra dirigentes políticos y sociales.
Este ambiente de conspiración se da mientras el
presidente viajó esta tarde a Paraguay para asistir a la asunción
del nuevo gobierno del vecino país. El Ejecutivo, por lo pronto,
evitó comentar la detención de los Montoneros y dijo que
se trata de un asunto que co-rresponde al Poder Judicial.
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