Testimonios sobre el tema, en volumen presentado en Casa Lamm

La disidencia cubana, legítima; traición, si se vende a los enemigos: Horacio Labastida

MATILDE PEREZ U.

La disidencia es legítima, pero se llama traición cuando es vendida a los enemigos de Cuba, apuntó el investigador de la UNAM Horacio Labastida, durante la presentación del libro Los disidentes. Agentes de la seguridad cubana revelan la historia real. Los disidentes cubanos a los que se refiere el libro, agregó, "no son tales, sino traidores, porque aceptaron dinero para asumir una posición falsa".

La charla de Labastida se centró en la batalla del pueblo cubano para conservar su libertad y extenderla a otras naciones, y para ilustrar ello mencionó que Cuba ha demostrado que nunca fue satélite de la Unión Soviética y, con más habilidad que China, ha mostrado que un país socialista puede sobrevivir al sostener relaciones con los países capitalistas.

El capitalismo ha encontrado que invirtiendo en Cuba puede lograr ganancias y los socialistas pueden obtener ventajas de una facilidad económica y a la vez frenar su excesiva ambición; de esa manera -abundó el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM- "el hombre libre puede vivir entre los no libres (...); en Cuba, los hombres no libres han inventado la disidencia que ha manejado el capitalismo para echar abajo a un país que pretende su libertad".

Antes, Labastida se refirió a los escritos de Jean Paul Sartre en torno a la batalla de Argel contra Francia, en los que resaltó que aquélla fue cruenta y dura porque los argelinos buscaban su libertad y ésta define al hombre, quien siempre emprenderá todo lo que esté a su alcance para lograrla. Años después, luego de visitar Cuba, también escribió que el pueblo cubano "está en estado revolucionario porque decidió conservar su soberanía, la cual es parte de la libertad humana".

En la presentación de dicho libro en Casa Lamm, que organizó la embajada de Cuba, el presidente en turno de la Cocopa e integrante de la dirección nacional del PT, José Narro Céspedes, comentó que la postura de su partido ante la decisión del gobierno cubano de fusilar (el 11 de abril de este año) a los "disidentes" que secuestraron la lancha Baraguá fue de apoyo al gobierno de Fidel Castro. Esas personas que se decían disidentes "no eran hombres preocupados por los derechos humanos sino mercenarios; recibían financiamiento para desestabilizar su país, generar el caos y tratar de generar condiciones para justificar que la derecha globalizadora actuara en contra de Cuba".

El libro Los disidentes presenta, como lo apuntan sus autores, "el entramado de las historias y las voces de los hombres y mujeres (agentes de seguridad del gobierno de Cuba) infiltrados en las filas de la llamada disidencia interna".

Narro Céspedes recordó la postura que adoptó el gobierno de México, expresada por el entonces canciller, Jorge Castañeda, y de la recientemente destituida subsecretaria de Derechos Humanos y Democracia en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Mariclaire Acosta, "quienes se dedicaron a violentar los principios de soberanía de Cuba".

En ese foro, el delegado en Tlalpan, Gilberto López y Rivas, comentó que esos disidentes que presentan los autores del libro recibían dádivas de la Oficina de Intereses (de Washington en la Habana) para subvertir el orden en Cuba. Consideró legítima la acción de los agentes cubanos infiltrados en los grupos de disidentes para mantener la seguridad interna del país.

José Steinsleger también se sumó a la postura de quienes lo antecedieron en la presentación del libro.