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México D.F. Martes 12 de agosto de 2003
JUAREZ: LAS MUERTES INTOLERABLES
La
secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Irene Khan, presentó
ayer en esta capital un exhaustivo informe elaborado por ese organismo
humanitario sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y en
el estado de Chihuahua perpetrados desde hace una década sin que
ninguna institución, ningún programa, ninguna de las innumerables
promesas oficiales de seguridad y justicia hayan sido capaces de resolver,
detener o disminuir esa masacre.
El documento de AI no aporta, en esencia, información
nueva o revelaciones espectaculares, pero ofrece la sistematización
más consistente lograda hasta ahora de los homicidios en la ciudad
fronteriza y consolida los informes que sobre el tema han realizado la
relatora especial sobre los Derechos de la Mujer de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Marta Altolaguirre, y la relatora
especial de la ONU sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias,
Asma Jahangir.
La extensión y profundidad de su investigación
permite a AI formular un juicio contundente, exacto y exasperante sobre
la apatía de todas las instancias de poder público que de
una u otra forma tendrían que haberse involucrado en la solución
de los crímenes y que por intereses partidistas, por ineptitud,
por apatía, por corrupción o por complicidad no han sido
capaces de hacer justicia a las mujeres asesinadas ni de ofrecer seguridad
a las que siguen vivas.
El documento señala que las atrocidades de Ciudad
Juárez reafirman y promueven la impunidad; invalidan los propósitos
del actual gobierno de hacer respetar los de- rechos humanos en el país,
y evidencian las deficiencias, miserias y horrores de los sistemas nacionales,
estatales y municipales de seguridad pública, prevención
del delito, investigación penal, procuración e impartición
de justicia.
Lo más descorazonador del informe del organismo
humanitario internacional es constatar el tiempo perdido por tres gobiernos
federales y otros tantos estatales en la tarea de realizar las reformas
jurídicas, reglamentarias y operativas que se requieren no sólo
para esclarecer la barbarie cotidiana que ocurre en Ciudad Juárez
contra mujeres de condición social baja o media, sino para evitar
que más jóvenes sean víctimas de la combinación
monstruosa de rezagos culturales, misoginia, inseguridad, discriminación,
delincuencia organizada y corrupción que ha costado la vida, según
la cuenta de AI, a 370 mujeres, 137 de ellas víctimas de agresión
sexual.
Los asesinatos, las desapariciones y las agresiones de
que son víctimas las mujeres de Ciudad Juárez, y que parecen
empezar a generar patrones similares en la capital chihuahuense y en otras
localidades, deben ser una de las preocupaciones centrales, máximas
y perentorias de los tres poderes de la Unión, de los poderes estatales
y de la sociedad civil. El doloroso e indignante informe presentado ayer
por la secretaria general de AI tendría que servir para colocar
esos crímenes entre las principales prioridades nacionales y evitar
que, por fuerza del hábito y el cinismo, las muertes en Ciudad Juárez
empiecen a volverse tolerables.
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