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México D.F. Martes 12 de agosto de 2003
Autor de temas de éxito internacional,
gustó del amor íntimo, no del sufrido
Murió el músico Vicente Garrido, creador
del bolero moderno
Su estilo al piano y en la voz lo acerca a Bola de
Nieve; Modesto López "Trabajó sin cambiar su originalidad":
Oscar Chávez "Pérdida para la cultura de América":
Portillo de la Luz
ARTURO CRUZ BARCENAS
El compositor y cantante mexicano Vicente Garrido (nacido
el 22 de junio de 1924 en avenida Jalisco 146 -ahora avenida Alvaro Obregón-,
Distrito Federal), creador del bolero moderno, falleció ayer poco
después de las ocho de la mañana en su casa de Guadalajara,
Jalisco, a la edad de 79 años, víctima de un paro respiratorio.
Autor de temas de éxito internacional -como No me platiques,
el primero de ellos, dado a conocer en 1956-, no gustó de las temáticas
sufridas, sino del amor íntimo y avante.
En una entrevista con este diario, realizada en abril
de 2002, a la pregunta de por qué en sus bellas canciones están
ausentes las relaciones tormentosas, contestó que con la mujer se
debe tener cuidado para no sufrir. "Con todas las que he tratado me ha
ido bien; me han hecho feliz. Pero hay que saber entender las señales.
Ellas te van mostrando si debes seguir adelante o no. Si no hay señales
para que sigas, mejor aléjate, porque si fuerzas algo con ellas
vas a sufrir. Ese no ha sido mi caso."
Sabio en las cosas del amor, ahora une su nombre a los
de los inspirados Agustín Lara, Gabriel Ruiz, Mario Ruiz Armengol
y José Sabre Marroquín, otros que han indagado el alma posesa
de Cupido y Eros, de Otelo y Romeo.
A diferencia de Ruiz Armengol, Garrido sí logró
entrar en el gusto popular, pues aquel siempre dijo que sus creaciones
tenían el "defecto" de ser "muy finas". Todo y nada y El
viento son otras dos de las infaltables en las bohemias de las deshoras,
cuando no se sabe si amanece o anochece.
En el libro Tonadas y quimeras (Ediciones Castillo),
en el que Garrido recopiló 78 de sus composiciones, con abundantes
datos biográficos y fotografías que muestran una vida intensa
y extensa, presentado en abril del año pasado, cual profeta u oráculo,
dedicó: "A las nuevas generaciones: a todos los jóvenes que
se han acercado a mí para saber de mi producción. Cuando
falte tendrán un documento impreso donde encontrarme.
"Por supuesto, podrá ser usado por aficionados
o profesionales, así como por músicos nuevos que buscan melodías
y letras para tocar y cantar. Espero que sea especialmente útil
para quienes, por no tocar o por cantar empíricamente, buscan, sin
éxito, comprar música impresa."
La idea del libro fue del director de Ediciones Pentagrama,
Modesto López, casa disquera en la que Garrido grabó cuatro
producciones: una con Elena Burke, otra con Oscar Chávez, una más
con el chelista Arturo Javier y la del homenaje por sus 50 años
como compositor.
Méritos indiscutibles
Para
Modesto López, quien ayer fue a Guadalajara a dar el adiós
a quien fuera su amigo, la pérdida del maestro se irá acentuando
con el tiempo. Presa del dolor por la muerte de Garrido, López resaltó
las dotes del músico, cuyo estilo en el piano y en la voz lo acerca
a Bola de Nieve.
Oscar Chávez, quien tuvo el honor de grabar y cantar
con Garrido, expresó: "De la generación que nos antecede,
y a la que tanto tenemos que aprenderle, destaca, con méritos indiscutibles,
el maestro Vicente Garrido (...) Conservó el coraje de seguir trabajando
sin cambiar un ápice su originalidad y su muy particular manera
de tocar el piano, de cantar y componer, por supuesto".
César Portillo de la Luz, el cubano autor de Contigo
a la distancia, declaró a Prensa Latina que la muerte de Garrido
es "una pérdida sensible para la cultura de América".
Desde su casa, al oeste de La Habana, afirmó: "Para
nosotros los cubanos que lo conocimos como artista y ser humano la pérdida
es doble, pues se va el hermano y el hombre".
En el libro Tonadas y quimeras se apunta la estrecha
relación de Garrido con la cultura, desde su niñez. "Sus
bisabuelos, don Vicente Alfaro y doña Calixta Gutiérrez de
Alfaro, fueron dueños de los casinos de Popotla y Tacubaya, lo que
les proporcionó el dinero suficiente para desarrollar sus intereses
culturales. Entre los músicos que contrató el señor
Alfaro para los casinos se encontraba el compositor guanajuatense Juventino
Rosas, quien por gratitud al apoyo de doña Calixta le dedicó
el vals Sobre las olas.
"Los abuelos de Vicente, doña Maura Alfaro de Garrido
y don Manuel Garrido, se distinguieron por dar apoyo a diferentes artistas
de su época. En su casa se daban cita artistas e intelectuales como
Federico Gamboa, Rodolfo Usigli, Manuel M. Ponce, Miguel Lerdo de Tejada,
Enrique González Martínez y Carlos Pellicer."
Fue un niño poeta. Su padre recopiló los
poemas que compuso entre los 4 y los 10 años. A los 11 años
Garrido los leyó concatenados en el libro Destellos, ante
un público selecto, en el que figuraba Federico Gamboa. Como ésta,
hay muchas anécdotas. Dedicatorias, demasiadas, como la que recibió
de Carlos Pellicer.
No todo fue cultura de luces y mármol. A los 20
años intentó ingresar a la XEW como locutor. Habló
con Emilio Azcárraga, pero fue infructuoso. Empezó a tocar
en la XEFO. Conoció a los Excéntricos del Ritmo, grupo formado
por Raúl Zapata, Raúl Morales y Gaspar Henaine, Capulina,
y se unió a ellos. Empezó, pues, desde abajo. Estaba enamorado
y se quería casar. Para eso debía trabajar. Se contrató
en el cabaret Cien Flores, donde tocó el solovox, "una especie de
organito, realmente un pito espantoso", dijo.
Mientras la vida mundana cobraba facturas, Garrido componía
su música, con piezas como Otra primavera, Por fin llegarás
y Risa triste. Una semana sin ti, de 1948, fue grabada por
Los Tres Caballeros, por Lucho Gatica con la orquesta de Jorge Ortega y
por Virginia López. Fue sólo el principio. Sus temas han
sido grabados por maestros de la talla de Armando Manzanero.
Distante de lo convencional y del halago gratuito
Siempre estuvo distante de lo convencional y del halago
gratuito. Considerado el creador del bolero moderno, dijo al respecto en
entrevista con este medio: "No dudo de la nobleza de tal afirmación,
pero hay palabras que me asustan. Siempre he pensado, por ejemplo, que
moderno viene de moda y, como no tengo nada que ver con las cosas pasajeras,
huyo de ese término que, a mi modo de entender, condena a perecer
a un arte que no es del momento".
Recibió numerosos homenajes, como el de 1995, organizado
por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en Bellas Artes, o
como los que le rindieron en Cuba durante más de 10 años.
"Se me acusa de que mis canciones son un tanto sicológicas, pero
todas son resultado del erotismo; todas conducen a lo que podríamos
llamar los problemas de la pareja. Toda mi música ha sido siempre
de amor y muy pocas veces de lo que la gente llama de amor y contra ellas.
He hecho canciones de quienes sí sufren. No es mi sentimiento generalizado",
precisó.
Le sobreviven su esposa, María de la Luz Vergara,
y sus cinco hijos. Ayer su cuerpo fue velado en la capilla del Carmen y
hoy sus restos serán cremados en el Parque Funeral Colonia, de Guadalajara.
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