México D.F. Martes 12 de agosto de 2003
La explosión arrojó los cuerpos de las víctimas a más de 300 metros
Estalla depósito clandestino de pólvora en Tlaxcala; 7 muertos
Habitantes de Sanctórum argumentan que fabrican cohetes ante la falta de empleos
LA JORNADA DE ORIENTE
Sanctorum, Tlax., 11 de agosto. Al menos siete muertos, entre ellos dos menores de edad, fue el saldo de la explosión ocurrida en un depósito clandestino de pólvora donde se elaboraban cohetones para fiestas patronales, ubicado en el paraje Rancho Viejo, de este municipio. El siniestro también dañó un automóvil y una camioneta, informó el director del Instituto de Protección Civil de Tlaxcala, Higinio López Hernández, quien anunció que el gobierno estatal se encargará de los gastos para los funerales de las víctimas.
López Hernández señaló en entrevista que la explosión ocurrió aproximadamente las 12:10 horas de este lunes. Refirió que 35 minutos después recibió el reporte de una explosión de un polvorín clandestino en el poblado La Coyotera, municipio de Españita, que resultó ser erróneo a causa de la confusión.
Debido a la explosión perecieron en el lugar de los hechos seis personas, cuyos cuerpos quedaron destrozados y dos calcinados. Además que otra víctima más falleció en un hospital del municipio de Calpulalpan. Los fallecidos fueron identificados como Jonatán y Miguel Hernández Hernández, quienes aparentemente tenían 13 y 15 años de edad, respectivamente; José Luis Hernández Vargas, Juan Vargas, Genaro Vargas, Alejandro Vargas y Andrés Martínez Larios.
De acuerdo con una versión no confirmada, la conflagración ocurrió cuando los menores llevaron alimentos al lugar donde se elaboraban artefactos explosivos y prendieron una fogata, cuyas chispas alcanzaron la pólvora, lo que provocó la detonación. Por su parte, López Hernández dijo ignorar las causas de la explosión, y refirió que al revisar el lugar se encontraron dos barriles que probablemente contenían material explosivo. Añadió que un grupo de expertos revisaría esos contenedores, con la finalidad de descartar cualquier peligro.
La intensidad del estallido arrojó los cuerpos a más de 300 metros de distancia y causó que dos automotores se incendiaran. Hasta el momento no se había determinado si las unidades se encontraban dentro o fuera del perímetro del accidente, indicó López Hernández.
Luego de la explosión, aproximadamente 200 habitantes de Sanctórum arribaron al lugar e impidieron que representantes de medios de comunicación se acercaran a la zona. Incluso hubo periodistas golpeados, además de que reporteros gráficos y camarógrafos fueron obligados a dejar su equipo de trabajo en el interior de la camioneta del secretario de Gobierno, Roberto Cubas Carlín, quien fue a Sanctórum.
Los pobladores aprovecharon para exigir al funcionario la creación de empleos y argumentaron que por la falta de oportunidades laborales, los vecinos de Rancho Viejo deciden dedicarse a fabricar fuegos pirotécnicos sin la respectiva autorización.
Posteriormente, Cubas Carlín acordó con el presidente municipal de Sanctórum, Federico Tenopala Hernández, y con los deudos, que el gobierno estatal pagara los gastos ocasionados por el desastre, así como los funerales de las víctimas.
Mientras autoridades estatales y municipales negociaban, los cuerpos de las víctimas permanecieron durante casi cinco horas esparcidos en torno al depósito de pólvora clandestino. Elementos de la 23 Zona Militar recuperaron los restos.
En tanto, acordonaron la zona elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Procuraduría General de la República, así como de las policías estatal y municipal.
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