México D.F. Martes 12 de agosto de 2003
Llama el nuevo mandatario a Naciones Unidas
a enviar más fuerzas de pacificación
Charles Taylor se exilia en Nigeria; el vicepresidente
asume el poder en Liberia
Piden a rebeldes cooperar en la reinstauración
de la paz; júbilo en Monrovia por la renuncia
REUTERS, AFP, DPA Y PL
Monrovia, 11 de agosto. El presidente de Liberia,
Charles Taylor, renunció hoy a su cargo y de inmediato partió
al exilio bajo fuerte presión internacional para poner fin a una
guerra civil de 14 años, que ha desangrado al país. Taylor
traspasó el poder al vicepresidente Moses Blah, quien llamó
a trabajar por la reconstrucción de la nación africana.
Taylor llegó horas después a Abuja, la capital
nigeriana, donde comenzará su exilio. Mientras tanto, Monrovia,
la capital liberiana, donde al menos 2 mil personas murieron en la pasada
ola de ataques rebeldes, era escenario de celebraciones.
Durante
la ceremonia de asunción, Blah llamó a trabajar por la reconstrucción
del país, pero dijo que una amenaza sigue pesando sobre Liberia.
Pidió que la comunidad internacional despliegue de inmediato el
resto de la fuerza de paz, cuyos primeros miembros -un batallón
nigeriano de 775 soldados, de una fuerza que debe contar con 3 mil 500-
llegaron el pasado 4 de agosto al país.
Blah también llamó a las fuerzas rebeldes
a cooperar en la reinstauración de la paz. "Juntos rescataremos
a Liberia del odio y la violencia", expresó al dirigirse a los grupos
Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD) y
Movimiento por la Democracia en Liberia.
Durante la ceremonia, John Kufuor, presidente de Ghana
y titular de la Comunidad Económica de Estados de Africa del Oeste
(Cedeao), dijo que Blah dirigirá un gobierno interino que cederá
el poder a uno nacional de transición el segundo martes de octubre.
Con la partida de Taylor, electo en 1997, se espera que
se allane el camino para la firma de un acuerdo de paz con los rebeldes.
"Hoy damos un paso adelante que llevará alivio al pueblo liberiano
(...) Esto debería ser el fin de la guerra", sostuvo el ex mandatario.
Sin embargo, Taylor, quien comparó su papel con
el de un "cordero en sacrificio" al insistir en su inocencia de las acusaciones
de haber fomentado conflictos en los estados vecinos y en su país,
concluyó su discurso de despedida en tono desafiante al asegurar
que "si Dios quiere volveré".
Taylor partió de Monrovia acompañado por
los presidentes de Mozambique, Joachim Chissano, y de Ghana, y fue recibido
en Abuja por el presidente nigeriano, Olusegún Obasanjo.
Estados Unidos, por conducto del portavoz adjunto del
Departamento de Estado, Philip Reeker, expresó su satisfacción
por la partida de Taylor, y aseguró que seguirá trabajando
con las tropas de paz de la Cedao y en la supervisión del nuevo
gobierno. El presidente George W. Bush dijo que la renuncia de Taylor es
un paso importante hacia un mejor futuro para el pueblo liberiano.
Tras la partida de Taylor, tres buques de guerra estadunidenses
se apostaron en las costas de Liberia, de tal forma que fueran vistos desde
Monrovia, lo que debe ser tomado como un "mensaje" para los grupos que
se enfrentan en el país, manifestó un funcionario del Pentágono.
El comandante de esa fuerza militar desembarcará
para coordinar la reapertura del puerto de Monrovia, con el propósito
de que pueda recibir ayuda humanitaria, señaló el secretario
de Estado Colin Powell.
El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan,
saludó la dimisión de Taylor y externó su esperanza
en que esto constituya finalmente el inicio del fin de la larga pesadilla
del pueblo liberiano.
Annan, quien instó a todas las partes en conflicto
a respetar el alto el fuego y a que permitan la ayuda humanitaria, pidió
también a todos los países miembros de la ONU que suministren
toda la asistencia que puedan al pueblo liberiano para restablecer la paz
y la seguridad.
El LURD, cuyos combatientes festejaban en Monrovia la
renuncia, señaló que esto "es un paso en la búsqueda
de la paz en Liberia". Mientras tanto, el subsecretario general de ese
grupo, Seku Fofana, estimó que Blah es un "sucesor sorprendente",
pero se negó a comentar sobre una posible cooperación con
el nuevo gobierno de transición.
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