ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Todos contentos y felices

CON ESTA FRASE de aparente candidez calificó uno de los jilgueritos de la prensa taurina especializada el resultado de la reunión que esta semana celebraron empresarios, ganaderos, matadores y subalternos en la sede de la Asociación Nacional de Matadores.

NI REVOCACION DE la licencia de funcionamiento a la Plaza México ni revisión precipitada del reglamento taurino para el DF sino que, por fin, luego de tres horas, los representantes de las cuatro agrupaciones acordaron sumar esfuerzos y deponer actitudes con el propósito de reabrir el coso de Insurgentes, tras varios meses cerrado como infructuosa medida de presión del empresario para que el Gobierno del DF le aprobara un reglamento a su gusto.

ƑCUANTAS NOVILLADAS ALCANZARA a dar la empresa de la Plaza México antes de improvisar la próxima temporada grande -ya extemporánea en términos legales-, ahora sin El Juli ni Ponce? ƑServirá de algo este minidesfile de jóvenes ilusionados para la consolidación de sus incipientes carreras? ƑLas mentalidades obtusas, la autorregulacionitis aguda, el mangoneo y los criterios seudoempresariales serán cosa del pasado? ƑLas demandas que pesan sobre el empresario serán letra muerta?

OJALA EL PROBLEMA taurino de México se redujera a la revisión y puesta al gusto del reglamento para el DF. Ese sí, "en 15 minutos" podría quedar solucionado.

LA COMPLICACION DE fondo, lo que impide a la fiesta de los toros en nuestro país recuperar pretéritas grandezas y apasionamientos colectivos, antes que la falta de diestros nacionales taquilleros, el olvidado sentido de competencia entre las figuras, el oportuno relevo generacional de toreros, la disminución de bravura y trapío en las reses, la ausencia de crítica independiente o la intervención oportuna y enérgica de la autoridad, radica en la inexcusable torpeza exhibida por los empresarios y sus operadores taurinos para ofrecer un espectáculo apasionante.

LOS GRANDES CONSORCIOS metidos a "desinteresados" patrocinadores de la fiesta esgrimen hace por lo menos tres décadas la idea, absurda desde el punto de vista empresarial y por demás sospechosa como criterio de inversión, de que "dar festejos taurinos no es negocio", como peregrina justificación a una aparente falta de rentabilidad.

POR ELLO LA insistencia obsesiva ante el Gobierno del DF del empresario de la México en autorregular su espectáculo, por encima de leyes y reglamentos, en clara correspondencia con los esquemas neoliberales de los "arriesgados" inversionistas que lo financian. Por ello, también, su endémico desinterés en conocer los deseos y necesidades del público que posibilita tan bizarro negocito.

ASI QUE ESTO de que "todos contentos y felices" no pasa de ser otra intentona por aromatizar la gigantesca cloaca en que algunos han convertido la fiesta de toros en el México del "cambio". Pero como dijo el simplificador: Cada país tiene, entre otras cosas, la fiesta de toros que se merece. Y háganle como quieran.