México D.F. Sábado 9 de agosto de 2003
La finalidad, allegarse de recursos para el
museo que lleva el nombre de la promotora
Venderán parte de la colección ornamental
de Dolores Olmedo
Con motivo del primer aniversario luctuoso de la coleccionista,
la familia abrirá al público nuevas salas con objetos de
doña Lola en la casa de Xochimilco; se conocerán
como Habitaciones privadas
ANGEL VARGAS
El Patronato del Museo Dolores Olmedo Patiño ratificará
en su próxima reunión la iniciativa de vender parte de la
colección privada de artículos ornamentales, que la finada
promotora cultural conservaba en su hogar y cuyo costo se estima superior
al millón de dólares.
Así lo informó ayer el director del museo,
Carlos Phillips Olmedo, uno de los cuatro hijos de la coleccionista, quien
precisó que tal medida tiene la finalidad de incrementar los recursos
económicos de la institución, debido a que el capital del
que actualmente dispone resulta ya insuficiente para su funcionamiento.
''Es importante estar conscientes de que mantener un museo
cuesta mucho dinero. No podemos depender del Estado para todo. La decisión
que se tomó fue enriquecer el fondo que el museo tiene en Nacional
Financiera (cuyo monto alcanza 152 millones de pesos), con cuyos intereses
opera el recinto. Esos intereses ya no nos alcanzan, necesitamos un fondo
mucho mayor, para tener la seguridad de funcionar. Tan sólo para
abrir el museo y mantenerlo limpio, ese dinero del fondo no alcanza", admitió
el ex empresario.
Carlos Phillips aseguró que fue la propia Dolores
Olmedo quien dispuso que, luego de su muerte, se vendiera todo aquel patrimonio
de su domicilio particular que no fuera considerado de utilidad directa
para el museo.
La idea de la coleccionista, según su hijo, era
que el capital obtenido por concepto de la venta se invirtiera para la
preservación de ese espacio museístico, en el cual se alberga
la más importante colección pictórica de Diego Rivera,
Frida Kahlo y Angelina Beloff.
El
Museo Dolores Olmedo, sin embargo, conservará cuando menos la mitad
de dicha colección, consistente en artículos ornamentales
y antigüedades elaborados, principalmente, en marfil, porcelana, madera
y cristal cortado. También se incluyen objetos de uso doméstico,
muebles, fotografías e inclusive algunas pinturas, aunque ninguna
de Rivera, Kahlo o algún otro pintor de renombre, salvo uno de Roberto
Montenegro.
A ello debe sumarse el archivo personal, conformado por
un estimado de entre 3 mil y 4 mil documentos, entre ellos la correspondencia
que la promotora sostuvo con personajes de la política y Diego Rivera,
así como la que éste mantuvo con María Félix.
Poder conservar tal tesoro, explica Carlos Phillips, es
posible gracias a que esos bienes forman parte ya del patrimonio del museo,
e inclusive de exhibirlos en unas nuevas salas que se abrirán al
público a más tardar a finales de mes, con el nombre de Habitaciones
privadas de Dolores Olmedo, en el contexto del primer aniversario luctuoso
de la fundadora del recinto, cumplido el 27 de julio.
Estas salas son en realidad la casa que la coleccionista
construyó dentro del predio de su museo, ubicado en Xochimilco,
y la cual habitó durante casi toda la última década
de su vida. Abrirla para su exhibición pública fue una de
sus últimas voluntades.
El concepto museístico de este nuevo espacio es
mostrar un poco la intimidad de la parte familiar de Dolores Olmedo, a
través de la forma en cómo vivió en ese lugar, por
lo cual se procuró mantener lo más fielmente posible la decoración
y la ubicación de los objetos.
De entrada, asombra la gran cantidad de esculturas y objetos
en marfil que se disponen por todas las estancias de la casa. Los hay de
todos tamaños, desde los muy pequeños, hasta el colmillo
de elefante completo, sea labrado o sin labrar.
La ambientación del lugar es predominantemente
de la cultura china, con objetos que proceden de ese país, tales
como dragones y leones.
Es una casa que habla de la fastuosidad de una mujer que,
según su hijo Carlos, inició su fortuna vendiendo tortas
en escuelas -la madre de Dolores Olmedo era normalista--, luego mediante
una tabiquera, compañías constructoras y la compra-venta
de terrenos.
Dispuestos sobre los muros del recibidor hay fotografías
familiares, dibujos y caricaturas de Dolores Olmedo. En una de las trabes
de la sala, en tanto, se encuentran colgadas fotografías de todos
aquellos presidentes de México que fueron amigos de la promotora:
Plutarco Elías Calles, Miguel Alemán, Adolfo López
Mateos y Carlos Salinas de Gortari ("falta la de López Portillo,
porque la están enmarcando"). Sitio especial ocupa la de Vicente
Fox, dispuesta enfrente de todos los retratos, justo a la mitad de la habitación.
Son 350 metros cuadrados de construcción, en cuyo
interior uno puede encontrarse con vitrinas en las que se resguardan miniaturas
en marfil o porcelana china; biombos en madera con hermosos dibujos de
garzas, otra vez marfil y más marfil.
Millón y medio de pesos costó la adecuación,
el montaje y disponer de medidas de seguridad a estas nuevas salas del
museo, en las cuales puede apreciarse también, de manera intacta,
el comedor de la coleccionista, con todo y un par de capotes de paseo que
alguna vez fueron de Manuel Benítez, el Cordobés,
adornando uno de sus muros.
O la recamara de la cual sobresale la enorme cantidad
de imágenes guadalupanas de todos tamaños y diversos materiales,
así como las fotografías de las personas más cercanas
a la señora, entre ellas una de Carlos Hank González, "una
de las amistades tardías de doña Lola".
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