Militares en tensa espera

El Bosque, Chis., 8 de agosto. Alrededor de la comunidad de Oventic, el Ejército Mexicano ha tejido una red de asentamientos castrenses que se mantienen inamovibles desde hace siete años, y desde hace una semana abandonaron las carreteras y están en alerta permanente: patrullan los cerros aledaños y mantienen contacto visual con la sede del acto político que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) realizará este fin de semana.

Unos mil soldados forman parte de este corredor que se asentó entre los municipios rebeldes de San Andrés Sacamchƀen de los Pobres y San Juan de la Libertad, considerada una de las zonas con mayor presencia militar de los Altos.

El hasta hoy Aguascalientes cultural de Oventic (mañana el Caracol político de Oventic), en donde se concentran desde este viernes más de 10 mil personas y un caracol automotor en la carretera formado por más de 300 vehículos, camiones y autobuses, es actualmente el más vigilado por la Secretaría de la Defensa Nacional al instalar un regimiento de caballería motorizado (el 24) y un batallón de infantería (el 13) a cinco kilómetros.

De forma escalonada, el Ejército Mexicano mantiene los campamentos de Puerto Caté, San Cayetano y el de la cabecera del municipio gubernamental o constitucional de San Andrés Larráinzar, que tienen como único objetivo, según algunos militares entrevistados, mantener una vigilancia permanente sobre los zapatistas de Oventic. "Tenemos alerta por lo que pueda pasar en estos días", dicen, sin saber con certeza qué organiza el EZLN.

Al igual que en las cañadas de Patihuiz, Taniperla, Las Tazas y Altamirano, en las carreteras de los Altos de Chiapas han desaparecido por completo los retenes militares, las revisiones rutinarias de los soldados a los automóviles o autobuses. Ni en la carretera que comunica a Pantelhó o aquella que nos lleva a El Bosque o Simojovel se registran movimientos de transporte del Ejército Mexicano. En cambio, fue notoria la movilización motorizada de simpatizantes zapatistas que con pasamontañas o sin ellos viajaban desde muy temprano hacia el nuevo Caracol de los Altos de Chiapas.

Si bien los militares seguían a la espera, los policías estatales no respetaron las órdenes de su gobernador Pablo Salazar Mendiguchía y salieron a patrullar los caminos de los Altos de Chiapas.

Entre los municipios gubernamentales de Bochil y El Bosque patrullaba un grupo de policías estatales uniformados y vestidos de civil. Unos ocho agentes se transportaban en una camioneta azul de la Policía de Seguridad (placas PS-141) y tres más vestidos de civil llevaban pistolas visibles en la cintura y viajaban en una camioneta blanca de la Agencia Estatal de Investigación de Chiapas.

Exactamente en el cruce de Puerto Caté un grupos de soldados del 24 regimiento de caballería motorizada cargaban los alimentos que recién habían llegado al campamento. Dos de ellos tomaban notas de automóviles o autobuses que transitaban por el lugar.

Dos soldados confirmaron que se encuentran acuartelados, que les fue negada la posibilidad de realizar retenes, "sólo estamos aquí atrincherados, para que después no digan que los hostigamos."

JUAN BALBOA, CORRESPONSAL