México D.F. Sábado 9 de agosto de 2003
Presenta iniciativa de reformas al ISSSTE; los
trabajadores serían integrados a las Afore
Busca Hacienda someter ahorros de burócratas
al juego bursátil
Sin reforma habrá desequilibrio macroeconómico,
dice; el plan, en manos de legisladores electos
RENATO DAVALOS
Con la amenaza de un "desequilibrio macroeconómico",
el Ejecutivo, por conducto del secretario de Hacienda, Francisco Gil, presentó
a legisladores electos una iniciativa para reformar el Instituto de Seguridad
y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) -como se hizo
con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hace casi seis años-,
con el objetivo de individualizar las cuentas de pensiones y operar en
la bolsa con los ahorros de los burócratas. Se cumpliría
de esa manera con el condicionamiento del Banco Mundial, que recientemente
decidió canalizar 5 mil millones de dólares al país
en el próximo trienio como "respaldo a las reformas en el ámbito
de impuestos y mercados laborales", entre otros.
El argumento se repite. Gil asegura en el documento que
el ISSSTE guarda una "situación similar" a la del IMSS en 1997.
La iniciativa está en manos de los coordinadores parlamentarios
que habrán de integrar la próxima legislatura en San Lázaro.
Hacienda refirió que ha recibido comentarios al
respecto de la Secretaría del Trabajo y de la consejería
jurídica de la Presidencia, y está por recibir los del IMSS.
La intención es que la propuesta "sea aprobada" en el próximo
periodo de trabajos ordinarios del Congreso.
Inversión en valores
La iniciativa establece la creación de un "bono
de reconocimiento" para los trabajadores en activo, que "reconocería
sus derechos de jubilación a la fecha de la reforma". En el detalle
de la "mecánica global del bono", Gil propone que las Administradoras
de Fondos para el Retiro (Afore) que se crearían para el manejo
de recursos "usarían los saldos de los depósitos" para comprar
emisiones de instrumentos de deuda, incluidos valores gubernamentales,
lo que proporcionaría "mayor seguridad jurídica" a las pensiones.
Los montos mínimos a invertir en valores serían
tomados de los traspasos de las Afore mes a mes.
Hacienda emitiría además un adeudo por el
monto total de los bonos, que sería depositado en el Banco de México,
como se hizo en el caso del IMSS. Ello implicaría que sería
solicitado al Congreso "un aumento en la contratación de deuda total
por una sola vez".
El proceso de individualización de las cuentas
en las Afore sería coordinado por Hacienda, el ISSSTE y la Comisión
Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.
Argumento repetido
Una
propuesta de reforma al ISSSTE es el título del documento de
Hacienda, en el que se advierte que el instituto vive con un "déficit
actuarial y de flujo de caja insostenible, subsidios cruzados hacia el
fondo médico y de pensiones de los otros fondos de vivienda, préstamos,
así como ineficiencias administrativas".
Hacienda sostiene que la mayor esperanza de vida, combinada
con una edad promedio de retiro mayor y un menor número de cotizantes
activos, "complica la situación financiera".
Propone que se "aumente la edad de retiro" y se "disminuya"
el periodo de jubilación, independientemente del tipo de reforma
por el que se opte. Incluso, hace proyecciones sobre el déficit
del instituto y lo estima hasta 2070. De los 17 mil 600 millones de pesos
de desequilibrio en este año, prevé que en 2006 la cifra
llegue a los 29 mil millones.
"Ya nos alcanzó el futuro", refiere Hacienda para
plantear la "impostergable" reforma bajo los términos señalados.
"Por cada peso de ingreso en 2001 se otorgó un subsidio de 1.5.
Existen 280 mil cotizantes con derecho a pensionarse, equivalentes a 70
por ciento de los actuales jubilados. El déficit de pensiones y
del fondo médico está impidiendo la operación cotidiana
del instituto y su capacidad de ofrecer los servicios a los que está
obligado. Todas estas circunstancias ponen una seria presión sobre
las finanzas públicas, que pueden llevar a desequilibrios macroeconómicos".
Apenas en diciembre pasado, el gobierno foxista dio a
conocer que había "dispuesto" de 20 mil millones de pesos de la
cuenta concentradora correspondiente a los fondos del Sistema de Ahorro
para el Retiro, antecedente de las Afore, creadas con la reforma zedillista
de 1997. Salvo reclamos de los trabajadores, los recursos irían
a parar a la Financiera Rural y al gasto público general.
El plan de "migrar a un sistema que procure correspondencia
entre contribuciones y beneficios" establece que una elevación de
cuotas en el régimen actual implicaría sólo una "respuesta
temporal". El sistema de cuentas individualizadas permitiría un
"equilibrio financiero permanente y eliminaría la trayectoria explosiva
del déficit".
Y respecto a los trabajadores, señala: "se salvaguardarán
los derechos de los de menor ingreso a través de la pensión
mínima garantizada".
Se crearían tres tipos de cuentas: las de quienes
entren después de la reforma, las de los jubilados y las de los
que están laborando. En el primer caso, el ingreso al sistema será
directo y las cotizaciones serán depositadas en una Afore. La pensión
sería igual a las contribuciones más los intereses de toda
la vida laboral.
En el caso de los actuales jubilados "no se observaría
ningún cambio", y a los actuales trabajadores se les reconocerían
sus derechos adquiridos de jubilación a la fecha de la reforma mediante
un "bono de reconocimiento". Se les crearía una cuenta individual
con un depósito inicial equivalente al valor presente neto de la
pensión a la que tienen derecho. Cuando se jubilen, su pensión
sería igual al bono más lo que hayan depositado durante el
resto de su periodo de cotizaciones y los intereses que hayan generado.
Postergar la reforma, advierte, se traduciría en
mayor incertidumbre, costo y una creciente presión sobre las finanzas
públicas. Con los bonos, las cuentas "serían heredables",
asegura Hacienda.
En el ámbito de los seguros, la propuesta de Gil
establece que debe buscarse una convergencia a un "sistema nacional de
seguridad social", que implicaría la compactación de los
actuales 21 seguros de que gozan los burócratas, a los cuatro en
que está dividido el esquema del IMSS, que comprenden riesgos de
trabajo; enfermedades y maternidad; invalidez y retiro, así como
cesantía en edad avanzada y vejez.
Quedan fuera del sistema seguros que tiene el ISSSTE como
los de medicina preventiva y de indemnización global, entre otros.
Con los bonos de reconocimiento los empleados tendrían
una sola cuenta cuando su trabajo implicara un tránsito del apartado
A al B del artículo 123 de la Constitución.
|