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México D.F. Domingo 3 de agosto de 2003
José Antonio Rojas Nieto
Los resultados del examen de ingreso a la UNAM
El domingo pasado, en la Gaceta de la UNAM se publicaron los resultados del examen de admisión a nivel licenciatura, realizado el pasado mes de junio. Sobre una base de 120 preguntas se publicó el número de aciertos de cada aspirante.
Por razones muy personales me involucré en la reflexión de esos resultados. Me impresionaron algunos de ellos. Primero: para cerca de 50 mil aspirantes que presentaron este examen, se ofrecieron 111 posibilidades académicas, 50 de ellas en las escuelas y facultades de Ciudad Universitaria y 61 en las Escuelas Nacionales y en las Facultades de Estudios Superiores. Pero apenas menos de 10 carreras concentraron 56 por ciento de los aspirantes: 1) administración, 2) contaduría, 3) computación, 4) comunicación, diseño gráfico y artes visuales, 5) derecho, 6) medicina, 7) periodismo, 8) sicología. Y de entre éstas, administración, contaduría, derecho y medicina concentraron 33 por ciento de las solicitudes.
Segundo: hay una bajísima demanda de especialidades técnicas y productivas, de ingeniería y ciencias, vinculadas primordialmente con las actividades productivas y de investigación, pues no más de 15 por ciento de los aspirantes las pretenden. Sobresale la muy baja demanda en ingeniería civil, hoy apenas cercana a uno por ciento.
Tercero: salvo una docena de carreras, los topes mínimos de ingreso han sido inferiores al seis de la acreditación normal de exámenes. Se ha ingresado en la UNAM hasta con 40 aciertos mínimos, correspondientes a 3.3 de calificación sobre 10.
Cuarto: no es necesariamente cierto que las carreras con mayor demanda (administración, contaduría, cómputo, derecho, medicina, periodismo) sean las que registren la mayor presión de ingreso, es decir, la menor relación entre aceptados y aspirantes. Quince carreras de un total de 111 profesiones registran esa mayor presión, pues aceptan entre dos y cinco aspirantes por cada cien: dos de cien en medicina en Zaragoza; tres de cien en diseño gráfico en Acatlán; cuatro de cien en ciencias de la computación, teatro y sicología en CU, y artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Cinco de cien en relaciones internacionales, ingeniería en computación y medicina en CU; diseño y comunicación en Cuautitlán; pedagogía en Acatlán; medicina en Iztacala; ingeniería en cómputo y pedagogía en Aragón; sicología en Zaragoza.
Cinco: es cierto que a medida que hay menos presión de ingreso a una carrera, la calificación mínima de aceptación es menor, comienza con un mínimo de 68 puntos (82 aciertos) en medicina en CU y termina con 33 (40 aciertos) en muchas otras carreras. Las calificaciones máximas bajan de forma similar, de 93 puntos (el brillante folio de 112 aciertos de la carrera de relaciones industriales) a sólo 50 (60 aciertos).
Seis: sorprenden las altas calificaciones en carreras con muy baja presión de ingreso, como son los casos de física, matemáticas, ingeniería química e ingeniería química metalúrgica en Ciudad Universitaria. Y los altos niveles medios en carreras como filosofía e historia en Ciudad Universitaria.
Sin duda, estos números (indudablemente que también los de todas las universidades y centros de educación superior del país) y muchas relaciones que se desprenden de ellos (promedios, desviaciones, varianzas, estructura, densidad, rango, distribución, entre otros muchos aspectos), son y deben ser objeto continuo de la reflexión de especialistas y, sin duda, de autoridades escolares universitarias y de autoridades educativas gubernamentales. Pero estas seis ideas básicas conducen a algunas interrogantes que, ojalá, los especialistas nos ayudaran a resolver. 1) ƑEs adecuado o inevitable rechazar a 86 por ciento de los aspirantes a una carrera profesional en la UNAM? ƑCómo ampliar de manera sustantiva las opciones universitarias públicas? ƑCuáles son los números internacionales al respecto? 2) ƑCómo trascender ese abandono de las carreras vinculadas más directamente con los procesos productivos, el bajo interés en carreras científicas y técnicas, y la alta concentración en carreras de servicios, cuya saturación ha sido ampliamente documentada por los estudiosos de estos temas? ƑHacia qué tipo de sociedad vamos o para qué tipo de sociedad nos preparamos? 3) ƑCómo se puede lograr que se eleven de manera sustantiva las calificaciones de este examen, sobre todo las mínimas? šOjalá y los especialistas nos ayuden a aclarar este punto que ha generado tanto desasosiego y tanta inquietud en miles de familias mexicanas que nunca podrán pagar la escuela superior privada!
NB Con cierta inhibición me atreví a comentar hoy sobre algo que me ha tocado muy de cerca. šHay tantas cosas qué reflexionar, como por ejemplo la renovada presión gubernamental para la reforma eléctrica (para su reforma eléctrica); el desarrollo de la convocatoria de los contratos de servicios múltiples; la presencia cada vez menos coordinada y controlada por Pemex de compañías extranjeras en sus tareas sustantivas; la elevación de los precios del gas licuado del petróleo; el destino de los altísimos ingresos petroleros de este año. Nuestra cada vez más forzada relación con Estados Unidos, sobre todo en Baja California! ƑQué haremos con todo eso?
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