El problema es educativo, asegura especialista

"La creación de changarros no basta para sacar al país de la pobreza"

DAVID ZUÑIGA

Promover la creación de changarros no basta para sacar a un país de la pobreza, señaló el director general de la organización Impulsa al Joven Emprendedor, Jaime Santibáñez, quien reconoció que en México no se ha desarrollado una cultura empresarial, y tanto el gobierno como el sector privado y las universidades no han sabido trabajar juntos para hacer más eficiente al pequeño negocio mexicano.

La mayoría de los programas de "incubadoras de empresas" que se desarrollan tanto en universidades públicas como privadas, aseguró, han fracasado porque la cultura para emprender negocios debe comenzar desde la educación básica, señaló.

"México necesita un gran cambio educativo para lograr el sistema económico que queremos a futuro. El espíritu emprendedor no es algo que pueda darse por hecho, no está en el ambiente; hay que descubrirlo y desarrollarlo, y eso requiere de una vinculación entre empresas y escuelas, no dejar que el Estado lo haga", indicó.

Santibáñez Andonegui, miembro de la Unión Social de Empresarios de México, advirtió que los programas de emprendedores de las universidades "no van a tener resultados contundentes hasta que comprendan que no cualquiera que llegue a un programa de incubadora de empresas tiene la actitud y la aptitud. Se ha tirado mucho dinero a la basura y me temo que se seguirá tirando, porque el problema es educativo. Estamos actuando al revés".

-Es un lugar común decir que en México no hay cultura empresarial y que nuestras escuelas sólo forman empleados. ƑQué perciben ustedes?

-México tiene un gran potencial emprendedor, pero necesita encauzarlo. Los changarros son una muestra de este potencial, pero también muestran todo lo que nos falta por hacer. El changarro es sólo un primer paso; no se trata de condenarlos a quedarse ahí.

Según Santibáñez, hay tres tipos de emprendedores: los que heredan el negocio, quienes lo hacen por necesidad al haberse quedado sin trabajo, y los que tienen vocación empresarial. "Esta última es la forma que más debemos estimular en las escuelas".

Los programas de microcréditos van dirigidos al segundo grupo, "a los que están desesperados y tienen que ser atendidos por el Estado, ya que se trata de problemas de muy corto plazo. También hay que capacitarlos, pero es muy difícil lograr objetivos de largo plazo con este segmento".

Santibáñez reconoce que los esfuerzos de gobierno, empresas, escuelas y organizaciones civiles para crear y capacitar empresarios en México son dispersos y limitados, y que muchos se duplican. No obstante, Impulsa... ya ha empezado a tener acercamientos con la Secretaría de Educación Pública en algunos estados y se han firmado convenios para desarrollar programas, como en Puebla, Guanajuato, Jalisco, Sonora, Yucatán y Aguascalientes.

Impulsa... es representante en México de Junior Achivement, una organización internacional que busca promover la economía de mercado y la visión empresarial desde la educación básica, y que opera en 112 países. Según sus cifras, cada año seis millones de estudiantes participan en sus programas, financiados por corporaciones, fundaciones y empresarios.