El tricolor quiere la mesa directiva y dar al blanquiazul la Junta de Coordinación Política

PRI y PAN se reparten comisiones para hacer valer su "mayoría" en la Cámara

ROBERTO GARDUÑO

Antes de conocerse la integración definitiva de la Cámara de Diputados, el PRI y el PAN han comenzado a repartirse las posiciones intermedias en el gobierno de ese órgano legislativo. En el Consejo Político del tricolor se vislumbra que en el primer año de la 59 Legislatura los priístas encabecen la mesa directiva (que también pretenden obtener los perredistas) y dejen a los panistas la Junta de Coordinación Política.

Sin existir aún certeza sobre el reparto final de las diputaciones plurinominales que habrá de señalar el Instituto Federal Electoral (IFE) una vez resueltos los recursos de impugnación presentados ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los priístas ya se "conceden" 226 curules en San Lázaro, a los panistas se les atribuyen 156 y a los perredistas les tocarían 95.

Esa mayoría relativa alimenta el triunfalismo en el PRI, partido que ha comenzado a exigir para sí las cinco comisiones legislativas más importantes: Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública (esta se encuentra en el centro de la disputa, porque el PAN y el PRD también desean su control), Energía, Puntos Constitucionales y Vigilancia.

Por lo pronto, con la anuencia de las directivas de sus partidos y de los próximos líderes de las bancadas de PRI, PAN y PRD, los coordinadores de la 58 Legislatura ya nombraron a los directores generales de los centros de investigación y finanzas que operan en San Lázaro, y los principales puestos son ocupados, desde ahora, por funcionarios sugeridos por los priístas y panistas.

El control de los órganos de gobierno en la Cámara se mueve hasta la fecha en distintos escenarios. Uno de ellos, el de los priístas: durante el primer año de gobierno en San Lázaro, la mesa directiva correspondería al PRI y la Junta de Coordinación Política al PAN; en el segundo año la mesa directiva estaría a cargo del blanquiazul y la Junta de Coordinación Política le tocaría al tricolor, y en el tercero (último) el PRD ocuparía la mesa directiva y el PRI la Junta de Coordinación Política.

Otro escenario sería que en el primer año de la 59 Legislatura la mesa directiva estaría en manos del PRD, y la Junta de Coordinación Política en las del PRI; en el segundo, la mesa directiva para el Revolucionario Institucional y la Junta de Coordinación al PAN, y en el tercero la mesa directiva a Acción Nacional y la Junta de Coordinación Política a los perredistas.

Este último sería el ideal para los partidos opositores al PRI, porque reflejaría una equidad de fuerzas en la Cámara de Diputados; no obstante, en la directiva nacional y el Consejo Político priísta persiste la idea de "aplastar" al adversario, cargando por delante la consigna: "ganamos y merecemos la mayoría".

Por lo pronto, durante la presente semana el PRI y el PAN se dieron a la tarea de nombrar directores generales cuyo peso específico es notable en San Lázaro. Así resultó la repartición:

La secretaría general, ocupada por Patricia Flores Elizondo (sobrina de Rodolfo Elizondo, ex vocero presidencial de Vicente Fox), quien habrá de dejar ese puesto tras ponerse a consideración su ratificación ante el pleno, será para el PRI una vez que comience el primer periodo ordinario de sesiones. En reciprocidad, el futuro coordinador de la bancada panista, Francisco Barrio, recibió la anuencia de los priístas para colocar a Rodolfo Noble San Román en la Secretaría de Servicios Administrativos y Financieros.

Jorge Moreno Collado, a propuesta del tricolor, ocupará el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias. Alberto Cinta Martínez, a propuesta del PAN, se hará cargo del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública.

José Alberto Echenique García, propuesto por los panistas, es el nuevo director del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. La direccción general de Bibliotecas de la Cámara, la única posición que pudo ganar Eric Villanueva para el PRD, estará a cargo de Francisco Luna Kan.

1997, historia de una crisis

El 29 de agosto de 2000, la Cámara de Diputados se integró de la siguiente forma: 207 diputados panistas, 211 del PRI, 50 del PRD, 17 del PVEM, siete del PT, tres de Convergencia por la Democracia, tres de la Sociedad Nacionalista y dos del partido Alianza Social.

En aquella fecha los coordinadores de PRI, PAN y PRD propusieron al panista Ricardo García Cervantes como presidente de la mesa directiva para dar respuesta al último Informe de Gobierno de Ernesto Zedillo y conducir la sesión de toma de protesta al presidente electo Vicente Fox.

En la actualidad, el intento priísta por allegarse las posiciones más importantes en el gobierno camaral hace recordar que en la conformación de la 58 Legislatura los diputados priístas mantenían la consigna de hacer valer una mayoría relativa para la asignación de comisiones y órganos de gobierno.

Esa misma actitud provocó en 1997 una seria crisis de gobierno en la Cámara. Un mes antes de que los diputados de la 57 Legislatura realizaran su primera sesión ordinaria, el tema del formato para el tercer Informe presidencial precipitó a priístas y opositores en una lucha por legitimar cada uno de sus actos.

Los legisladores de oposición propusieron que el Presidente de la República estuviera presente en el recinto de San Lázaro para escuchar la postura de cada uno de los partidos. La posibilidad de un cambio en el protocolo alarmó al PRI y su coordinador, Arturo Núñez Jiménez, respondió que no aceptaría cambio alguno al formato.

En primera instancia la propuesta opositora no prosperó, pero sí obligó a que, como lo marca el artículo 12 del reglamento interno de la Cámara, el Informe se presentara a las 19 horas y no al mediodía. Este desacuerdo marcó el inicio de la ruptura de las negociaciones que los coordinadores llevaban a cabo para determinar las presidencias de las comisiones y el gobierno de la Cámara de Diputados. Para los grupos de oposición representó la señal de arranque para "actuar como mayoría absoluta" y evitar que el PRI hiciera uso de "su mayoría relativa" para hacerse del gobierno de San Lázaro.

A mediados de agosto la oposición acordó rescatar la dignidad e independencia del Poder Legislativo; integrar en forma paritaria el órgano de gobierno de la Cámara y hacer rotativa su presidencia; modificar el formato del Informe presidencial; integrar las comisiones de manera proporcional y "ciudadanizar" las funciones administrativas y designar por consenso a sus encargados.

Las amenazas de Núñez Jiménez incluían el hecho de recurrir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y presentar un recurso de inconstitucionalidad por la pretensión opositora.

Frente a la negativa priísta de sumarse a este acuerdo de gobernabilidad, los opositores buscaron "medir la voluntad política" del presidente Ernesto Zedillo y negociar directamente con él el formato del Informe.

El viernes 29 de agosto se rompieron las negociaciones para un acuerdo integral. La principal diferencia con el tricolor fue la nominación de Porfirio Muñoz Ledo como presidente de la mesa directiva y encargado de dar respuesta al Informe presidencial, además de la asignación de comisiones. Anunciaron que tomarían posesión el sábado 30 a las 10 de la mañana.

La respuesta del PRI fue inmediata. En un comunicado anunció que la convocatoria para constituir la 57 Legislatura sería transferida para el domingo a las 17 horas. Los opositores responsabilizaron de la maniobra al entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet.

Pero el sábado a las 10:40 horas dio comienzo la sesión de instalación, mientras una comisión de la que formaba parte el panista Rogelio Sada intentaba comunicarse con Zedillo. La respuesta del secretario particular, Liébano Sáenz, fue tácita: "el Presidente no está disponible en estos momentos... nos comunicaremos con ustedes en cuanto sea posible".

Luego del pase de lista, a las 12 horas, se informó que había quórum con la presencia de 255 diputados, cuatro más de los indispensables para iniciar. Momentos después se instalaron las urnas en las que se votó para elegir a la mesa directiva. Al filo de las 13:05 horas, Muñoz Ledo, presidente de la mesa directiva, se tomó a sí mismo la protesta de ley, y minutos después decretó un receso, en atención a una nueva petición priísta para continuar las negociaciones. A las 18 horas éstas habían fracasado.

Los priístas declararon que la actitud del bloque era un "asalto" al Poder Legislativo y exigieron reponer el procedimiento. No obstante, ese día, a las 17 horas los priístas se reunieron en el salón de plenos, pero al no lograr el quórum para empezar la sesión anunciaron que reconocían a la mesa directiva votada el día anterior.

Ahora, frente a un escenario político distinto, pero con una conformación de grupos legislativos similar a la de 1997, de nuevo el PRI reclama más espacios de control en la Cámara de Diputados, argumentando un "nuevo equilibrio de fuerzas", y se prevé una complicada negociación con el PAN y el PRD.