México D.F. Domingo 3 de agosto de 2003
REPUBLICA DE PANTALLA
Jenaro Villamil
Comunicación foxista: el Truman show
Bill Gates en Televis
Queer as folk en Canal 11
DURANTE ESTA SEMANA, el gobierno de Vicente Fox
realizó un cambio más en su gabinete, el cuarto en el área
de comunicación social, que desaparecerá como tal para ser
"absorbida" por su secretario particular, Alfonso Durazo, que sabe del
tema lo que se aprende en los manuales de presión y censura del
viejo priísmo. El panista duranguense Rodolfo Elizondo, a quien
se nombró antes en este puesto por su fama de buen "operador" político
y mediático, paradójicamente nunca pudo operar plenamente.
Elizondo no contó con los amarres suficientes para dirigir la comunicación
presidencial, reducida en el esquema del "grupo Los Pinos" a incidir en
los medios electrónicos a través de espots presidenciales
pagados (decididos y promovidos por Francisco Ortiz) y de un costosísimo
programa de radio sabatino.
POR SI FUERA POCO, la comunicación se confundió
con mensajes de optimismo desbordado o de evasión persistente frente
a las responsabilidades presidenciales. Todavía el viernes, el mandatario
reiteró su famosa frase "¿y yo, por qué?" Sólo
que ahora no se refería a su posición respecto al asalto
de Tv Azteca a las instalaciones de Canal 40, sino a su responsabilidad
como titular del Estado frente a una política económica que
ha generado más desempleo. Como esa frase, el Presidente también
nos recetó el "yo no estuve en la elección", poco después
de que se confirmara la caída del PAN en los comicios del 6 de julio.
Entre ambas expresiones existe un mismo signo: la negación constante
de los hechos, la fuga virtual de la realidad. Y ese no es un problema
de personas al frente de Comunicación Social sino de concepción
dentro del círculo más estrecho del foxismo.
PODRIAN
TRAER A Og Mandino, incluso Marta Sahagún puede retomar el cargo
formal que tuvo antes de pasar a ser parte de "la pareja presidencial",
Brozo puede conducir el programa radial sabatino para tener mayor rating
o hasta pueden meter a todo el "círculo rojo" en un avión
y regalarle un VTP al país de Alicia, pero el problema fundamental
continuará. La "mala prensa" hacia la figura o los exabruptos de
Vicente Fox no es la cuestión fundamental. Tampoco el número
de impactos en la televisión donde el mandatario finge dialogar
con el pueblo y hace que sea visto por millones de televidentes que consideran
a Fox "tan popular" como Pedro Infante.
EL ASUNTO MAS GRAVE es persistir en la idea de
que los medios son el fin, y la realidad, una mera anécdota. La
tara de comunicación política más grave es la idea
de que necesitan "vender" a un Presidente optimista, incapaz de reconocer
un solo problema de su incumbencia, como si estuviera en campaña
permanente. Gobernar es, efectivamente, comunicar, pero comunicar no es
sólo "vender" imagen o menospreciar la inteligencia de los interlocutores,
apostando a su olvido instantáneo. Comunicar también incluye
informar, analizar, tener capacidad de respuesta rápida frente a
los puntos críticos de la administración pública.
Comunicar significa fortalecer niveles de interlocución y retroalimentarse
con la crítica. Todo lo contrario ha orillado a que la comunicación
presidencial se convierta en un Truman show permanente, un montaje
escénico, un reality show completo, donde el único
incapaz de ver la propia realidad, fuera del set televisivo, como en la
película de Jim Carrey, es el propio protagonista de Los Pinos.
EL TRUMAN SHOW foxista
registra, por lo menos, las siguientes contradicciones políticas:
1. EL DESGASTE metamediático de Fox. El
presidencialismo en su versión antigua murió. De las facultades
metaconstitucionales que gozaba la presidencia priísta (elección
del sucesor, control del partido en el poder, control de los otros poderes
y de los gobiernos estatales) se transitó a las facultades metamediáticas
(gobierno virtual, sobrexposición en los medios, alianza con el
duopolio televisivo, mercadotecnia en lugar de operación política).
Sin embargo, esas mismas facultades se han agotado en menos de tres años
por una razón fundamental: incumplieron con las expectativas de
cambio y democratización del poder político. Hoy ese mismo
poder es más vulnerable que antes por esta especie de adicción
autoritaria al manejo puramente mediático y mercadológico
de las acciones de gobierno. Incluso la propia "nostalgia autoritaria"
que le reclama al Presidente seguir con el juego del tapadismo y la sucesión
cerrada se agrava por las propias declaraciones de Vicente Fox. Recuérdese
su entrevista al programa radiofónico Monitor en el que,
sin venir a cuento, declaró que la sucesión presidencial
estaba ya adelantada. ¿Qué necesidad existía de autoneutralizarse?
2. EL MENOSPRECIO A la esfera comunicativa. La
opinión pública favorable se forma y se fortalece a partir
de certezas y no de encuestas. Si un día se niega el desempleo y
al siguiente el INEGI revela cifras alarmantes de desocupación,
la credibilidad se derrumba y eso tiene un efecto político, aunque
las encuestas de popularidad que se financian desde Los Pinos no lo revelen.
Si se promueve la transparencia y el acceso a la información pero,
al mismo tiempo, se obstaculizan las investigaciones del auditor superior
de la Federación, se encubre a los responsables de Amigos de Fox
y se negocia el perdón judicial del Pemexgate, esto tiene
un efecto también en la opinión pública. Si ante las
contradicciones el gobierno le apuesta a las medidas reactivas o de relumbrón
(como el anuncio del ostentoso y poco práctico Plan Integral de
Seguridad Pública en Ciudad Juárez o la aprehensión
espectacular de capos del narcotráfico) se pierde la capacidad
discursiva. Los problemas no dejan de existir porque simplemente se evadan.
3. LA CONCENTRACION Y no la especialización
en materia de comunicación. El reciente cambio en las áreas
de comunicación presidencial no augura un mejor futuro. En lugar
de optar por la especialización y el respeto a los profesionales
que saben de esta materia, en Los Pinos se optó por la concentración
de poder en el área de comunicación social. De esta forma,
se revive una vieja tara heredada de la era tecnocrática priísta
(De la Madrid-Salinas-Zedillo): pensar que basta con la fuerza del cargo
para transformar las formas de relación entre prensa y poder. Incluso
se puede llegar a reproducir el viejo axioma salinista frente a los críticos:
"ni los veo ni los oigo".
Microsoft, accionista en Televisa
EL 30 DE JUNIO, el magnate estadunidense y principal
accionista de Microsoft, Bill Gates, adquirió un paquete bursátil
(con valor de unos 230 millones de dólares) equivalente a 7 por
ciento de la principal empresa televisiva del país: Grupo Televisa.
Esta adquisición no le da derecho de voto a Bill Gates en el consejo
de administración de Televisa, junto con los otros accionistas principales:
Emilio Azcárraga (con 55.3 por ciento); Carlos Slim (con 24.7 por
ciento); María Asunción Aramburuzabala (con 16.2 por ciento)
y la familia Fernández, con un minoritario 3.8 por ciento.
SIN EMBARGO, ES claro que la apuesta de Gates es
a futuro y no en lo inmediato. El hábil magnate tiene la mira puesta
en el control de la futura televisión digital interactiva, el próximo
cambio tecnológico que revolucionará prácticamente
las comunicaciones globales y que está en riesgo de reforzar la
concentración mediática y no la democratización en
las telecomunicaciones, a escala mundial.
LA OPERACION BURSATIL de Gates se inscribe en otra
serie de movimientos en el mercado televisivo de América del Norte.
Invirtió 760 millones de dólares en la televisora por cable
Cox Communications, así como en el Canadian National Railway, con
alrededor de 450 millones de dólares.
CABE ACLARAR QUE según información
de Media Watch, la compañía Cox es el quinto consorcio mediático
más grande del mundo (por debajo sólo de AOL-Time-Warner,
de Viacom, de AT&T y de Walt Disney Co). Entre 2000 y 2001 registró
un crecimiento de 7 por ciento y controla poco más de 4 mil empresas
de televisión por cable.
A SU VEZ, Microsoft, la empresa de Bill Gates,
está clasificada en el lugar 31 como el consorcio que más
invierte en publicidad en los medios, incluso por arriba de Coca-Cola.
Canal 11 transmitirá Queer as folk
UNA BUENA NOTICIA para el Vaticano y para los obispos
mexicanos que con tanto ahínco han impugnado a las parejas del mismo
sexo y consideran a la homosexualidad y al lesbianismo como un "desvío"
de la naturaleza: el Canal 11 mexicano transmitirá la serie inglesa
Queer as folk, a partir del próximo 2 de agosto y durante
cinco sábados consecutivos en la madrugada. Esta serie se ha convertido
en la más reconocida al abordar la temática gay, sin sensacionalismos
ni manipulaciones y con pleno respeto a la opción sexual de los
jóvenes gays y lesbianas.
EN ENTREVISTA CON la agencia informativa Notiese,
Enrique Quintero Mármol, director de producción y adquisición
de Canal 11, explicó que la inquietud por transmitir esta serie
"responde a una necesidad de apertura de la televisión pública
a todas las manifestaciones culturales. Con ello pretendemos cumplir con
todos los sectores de la sociedad al abrir el abanico de propuestas en
donde la diversidad de nuestro público se sienta respetada".
SI SE QUIERE buscar rating, Canal 11 podría
contratar a la Conferencia Episcopal Mexicana para que emita condenas y
prohibiciones contra la serie, logrando el efecto inverso, tal como sucedió
con la película El crimen del padre Amaro o con sus invectivas
contra los partidos políticos que promovían "la depravación"
homosexual.
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