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México D.F. Martes 29 de julio de 2003
"Me costó seis años juntar 7 y
medio millones de dólares": Alfonso Arau, director de la cinta
Zapata, más que recuento histórico,
será una "búsqueda espiritual"
Se dio la bendición náhuatl, en la que
fueron invocados los cuatro puntos cardinales
En la gran fiesta estuvieron El Divino, Kahwagi
y los gobernadores de Morelos y Quintana Roo
PATRICIA PEÑALOZA ESPECIAL
Cuernavaca, 28 de julio. Angel Isidoro Rodríguez,
El Divino; Sergio Estrada Cajigal, gobernador de Morelos; Joaquín
Hendricks, gobernador de Quintana Roo; el empresario y boxeador Jorge Kahwagi,
y Ana María Zapata, hija de Emiliano Zapata, integraron el lunes
el reparto del festejo por el inicio de rodaje de la película Zapata,
a ser dirigida por Alfonso Arau y protagonizada por el cantante Alejandro
Fernández.
El
ex banquero apodado El Divino, quien en 1997 fue acusado por peculado,
de lo cual salió ileso gracias a sus múltiples amparos, es
hermano de Javier Rodríguez, uno de los productores asociados de
la cinta; otros de los productores son el mismo Arau, Miguel Arce y Ricardo
del Río.
Entre periodistas, actores y extras, un tenaz personal
de seguridad rodeó el acceso a la mesa en que director, gobernadores,
productores y protagonista departían, impidiendo el acercamiento
de cualquier persona ajena. Inclusive la asistente personal de Arau y los
titulares de prensa de la producción fueron bloqueados.
En una deslumbrante locación, ubicada en la ex
Hacienda de Coahuixtla, cerca de Cuernavaca, los invitados comieron y luego
presenciaron la ceremonia prehispánica con la cual se bendijo la
filmación, seguida del claquetazo oficial, dado por Estrada
Cajigal.
Entre empellones, Arau alcanzó a declarar: "Por
favor, no puedo atenderlos, esto vale mucho dinero... ¿cuánto
en total? siete y medio millones de dólares, que me costó
seis años juntarlos. Con permiso...", para salir rumbo a un set.
"La película más cara en la historia del cine mexicano",
declararía unas horas antes Eugenio Zanetti, director de arte de
Zapata, quien ha trabajado, entre otros, con el director Bernardo
Bertolucci, y ganado el Oscar en su categoría por Restauration.
Ana María Zapata, invitada
En el mismo lugar, antes del convivio, se encontraba Ana
María Zapata, de 88 años, quien fue diputada federal por
el Partido Revolucionario Institucional en los periodos de Adolfo López
Mateos y Adolfo Ruiz Cortines, y regidora de Cuautla. La señora
señaló haber conversado con el director y con Fernández
para aportar datos cercanos y fidedignos sobre su padre, de quien dijo:
"El tuvo un ideal y por él se lanzó a la Revolución,
por ver a la gente entre tanta injusticia e ignominia; al ver a quienes
tenían sus haciendas, que tenían a sus campesinos pobres
trabajándoles, y les quitaban sus tierras.
"Los campesinos cada día están peor... La
Revolución se enfocó para los convenencieros, pero para el
campo no ha sido. Hay mucha pobreza, esos señores detrás
de un escritorio, que salgan a las comunidades a ver cómo está
la gente de pobre, no tiene qué comer, sus niños no tienen
qué vestirse. Esos señores mandan sus mensajeros, y les informan
lo que les conviene."
Por
su parte, el argentino Eugenio Zanetti habló de la visión
con que se enfocará al personaje del caudillo revolucionario: "Hay
un interés por mostrar un universo paralelo. El lenguaje estadunidense
es demasiado realista, no entienden el lenguaje latinoamericano; entienden
el surrealismo, pero no el del universo paralelo, cercano a la literatura
latinoamericana. Será un lenguaje muy particular, poco visto...
Más que datos históricos será una búsqueda
espiritual e interior del personaje, y un elemento clásico del personaje
mítico: que se resiste a serlo; entonces vienen los chamanes, que
le anuncian su papel en la historia, y aunque se resiste, tiene que asumirlo
y sacrificarse... Vamos a cobrar poco, no nos pagarán ni la mitad
de lo que ganamos, donde está uno de los mejores fotógrafos
de cine, Vittorio Storaro, y todos lo vemos como un proyecto personal".
El momento más emotivo de la tarde consistió
en la bendición náhuatl, en la que fueron invocados los cuatro
puntos cardinales y la protección de la Madre Tierra.
El claquetazo se dio sin la presencia de Alejandro
Fernández ni la de los actores Jaime Camil y Patricia Velázquez
(Lucero no asistió), quienes no llegaban del área de vestuario.
La tardanza de Fernández inquietó a los medios, hasta que
llegó maravillosamente caracterizado en traje de Zapata, aunque
en evidente estado de alegría etílica, rasgo que desde la
comida fue notorio, puesto que claramente se le vio empinarse varios tequilas
de la marca patrocinadora, al grito de "¡Viva Zapata!" con los invitados
referidos, quienes en todo festejaban al cantante vernáculo, mientras
eludían a una avalancha de camarógrafos; la escena se tornaba
alucinante, pues hombres, mujeres y niños que fungían como
extras, magníficamente elegidos por sus rasgos y ataviados a la
usanza revolucionaria, atravesaban el comedor cual si se tratara de fantasmas
de la hacienda. También aparecieron los actores Angélica
Aragón, Juan Peláez y Arturo Beristáin. Ya ataviado
de Zapata, lejos de caer en el ridículo, la alegría y desinhibición
le fueron benignas a Fernández, pues ante la prensa destiló
enorme simpatía.
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