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México D.F. Martes 29 de julio de 2003
Identificados, cinco de los cadáveres: PGJDF
Descartan asesinato en 4 casos de mujeres muertas
Accidente y suicidio, presuntas causas, revelan estudios
SUSANA GONZALEZ G.
Las necropsias y los análisis realizados por el Servicio Médico Forense (Semefo) y la Coordinación de Servicios Periciales de la procuraduría capitalina, respectivamente, indican que de las seis mujeres encontradas muertas en calles de la ciudad y sobre una azotea de Tepito en las últimas dos semanas, únicamente dos apuntan a casos de homicidio doloso, mientras que el resto se divide en dos presuntos suicidios, un accidente de tránsito por atropellamiento y por caída.
Una de las víctimas de asesinato es Liliana Jasso Reyes, joven de 18 años de edad encontrada apenas este domingo en la colonia Campestre Churubusco. En entrevista, Pedro Estrada, director de Servicios Periciales, mencionó que pereció por asfixia, aparentemente perpetrada por estrangulamiento, y a pesar de que fue encontrada con los pantalones bajados hasta el muslo, las pruebas de exudado anal y vaginal que se le aplicaron para determinar si había tenido relaciones sexuales, resultaron negativas. Otras tres tenían también 18 años de edad y sólo una no ha sido identificada.
Liliana trabajaba de estilista en Perisur y era hija de la policía del Agrupamiento Femenil Mónica Reyes Morales, quien habría declarado que vecinos de la Campestre Churubusco le contaron que fueron cuatro hombres quienes abandonaron el cuerpo de su hija y huyeron en un automóvil. Por lo pronto, el novio de la víctima, Miguel Scott Reyes, con quien mantenía una relación conflictiva y hasta violenta, según las primeras investigaciones de la Policía Judicial, fue llevado al Ministerio Público en calidad de presentado para deslindar responsabilidades.
El segundo caso de homicidio es el de la mujer enterrada en parque Lira, pues recibió siete heridas de arma blanca punzocortante en cuello, tórax y brazos, tres de las cuales fueron mortales. El doctor Estrada señaló que en este caso ha sido necesaria la intervención de peritos en antropología para reconstruir el rostro de la víctima, porque por el avanzado estado de putrefacción es irreconocible y por ello permanece como desconocida. La víctima pereció hace más de dos semanas y su cuerpo fue enterrado a cinco metros de profundidad en una pendiente del parque, pero con las lluvias el terreno se deslavó y provocó que quedara al descubierto el jueves pasado.
En cuanto a Ana Graciela Aguirre, de 18 años de edad, quien el martes 22 de julio cayó de una azotea a otra en la colonia Morelos, que tenía los pantalones bajados hasta los tobillos, las pruebas periciales indican que pereció por el golpe que recibió en la cabeza al caer de una altura de siete metros: el cráneo se le partió en tres partes.
El exudado que se obtuvo confirmó que tuvo relaciones anales y vaginales momentos antes de perecer, además que los exámenes toxicológicos resultaron positivos en cuanto al consumo de cocaína. Por las huellas que Ana Graciela presentaba en muslos y glúteos, se presume que se encontraba sentada o recargada en la barda de la azotea superior de donde cayó, cuando perdió el equilibrio y se estrelló en la segunda azotea. Sin embargo, trascendió que Ana Graciela, quien desde hacía dos años abandonó su casa, era lesbiana y fue identificada por otra mujer que fue su pareja sentimental.
Cabe recordar que en ese caso dos lazos de plástico colgaban desde la azotea donde cayó la joven, por lo que en un primer momento se presumió que podría haber sido colgada para al final caer. No obstante, las investigaciones periciales señalan que Ana Graciela podía haber estado sujetando los lazos al tener relaciones y los jaló para evitar la caída.
El otro caso de accidente es el de María de Lourdes Hernández Rodríguez, quien el miércoles 16 de julio fue hallada desnuda sobre Periférico Oriente, pero según explicó Rodolfo Rojo, subdirector del Semefo, todas las lesiones que presentaba son propias de un atropellamiento, y si fue encontrada desnuda fue porque varios coches pasaron sobre ella. Lourdes tenía 46 años de edad y fue identificada por sus hermanas, quienes refirieron que padecía de sus facultades mentales y tenía ataques epilépticos.
De los suicidios, el primer caso fue el de María Cristina Jordá Serrano, una comerciante de Tepito de 34 años de edad, cuyo cuerpo se halló tirado el jueves 17 de julio en un predio de la avenida Gran Canal. Los peritos encontraron que Cristina, quien tenía problemas de adicción, se colgó con un estambre de un árbol cercano, pero por su peso se venció la rama de la cual se sujetó, por lo que apareció tendida en el suelo. El otro suicidio ocurrió el domingo pasado, cuando Baselisa Damián Baltazar, otra joven de 18 años de edad, se arrojó de un puente peatonal en Tacuba, donde trabajaba de mesera en un bar, quien, según sus parientes, en varias ocasiones había manifestado su deseo de morir.
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