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México D.F. Martes 29 de julio de 2003
ASTILLERO
Julio Hernández López
Los minicambios tan anunciados
Chismorreo y filtraciones desde Los Pinos
Movimientos menores, domésticos, marcados
EL PRESIDENTE DE la República sigue empeñado en demostrar que no hay nadie como él para enredarse con los cortos cordeles propios. En lugar de tomar decisiones fuertes y rápidas sobre movimientos en su equipo de trabajo, ha sometido esa eventualidad al ácido del tiempo, la duda y el chismorreo. Creó en primer lugar una viscosa e imprecisa comisión de funcionarios que evaluarían a sus compañeros para saber cómo habían ayudado o perjudicado los intereses electorales del foxismo-panismo; luego hizo circular la especie de que hoy se anunciarán en firme ciertos cambios y reacomodos que, de quedar sólo en la lista y en los términos prefigurados, parecerán una pálida respuesta a la expectativa social de que el jefe del Estado mexicano supiera leer y oír el mensaje de las urnas del pasado 6 de julio, además de que confirmarán la idea de que en Los Pinos se vive una peligrosa endogamia que ya podría estar produciendo adulteraciones y malformaciones inocultables.
SEGUN ESAS FILTRACIONES palaciegas, una secretaria de bajo perfil y escasa adecuación a lo político, Leticia Navarro, habría de regresar a las labores del hogar (los cosméticos de Jafra, donde es alta ejecutiva) o a algún otro ámbito de la iniciativa privada, luego que los head hunters la hubieron colocado en el supuesto gabinetazo foxista. Prescindir del servicio de esa funcionaria parecería significar políticamente que el resto de sus compañeros cumplen bien los encargos: ni era la que más problemas generaba (para eso está, por ejemplo, Javier USAbiaga), ni estaba tachada por sus proyectos futuristas (como Santiago Cri-Creel), ni era una nulidad evidente (como Reyes Tamez), ni había dejado a niños chiapanecos muriéndose mientras buscaba la presidencia de la Organización Mundial de la Salud, ni hipotecaba soberanías desde Pemex o la Secretaría de Energía... sin embargo, los propósitos de enmienda del presidente Fox sólo parecen alcanzar para deshacerse de una funcionaria de segundo nivel político.
YA FUESE EN relevo de la secretaria Navarro o del secretario particular del presidente, si éste fuese nombrado para encargarse del turismo, se menciona a Rodolfo Elizondo, hasta hoy coordinador de Comunicación Social de Los Pinos. En cualquiera de los casos, el famoso Negro hará que su jefe mande alguno de dos mensajes igualmente malos: si le dan un nombramiento presidencial para que perdure en el cargo, parecerá que Durango seguirá siendo priísta en el relevo gubernamental del año venidero (este 6 de julio, el sabio alquimista Angel Sergio Guerrero Mier pintó de tricolor absoluto la entidad), y por ello Elizondo prefiere cargo federal en mano y no elección estatal volando; en caso contrario, si al maltratadón Negro se le da un nombramiento para dotarlo de más empaque y fuerza burocrática y luego postularlo a la gubernatura, nuevamente el gabinete estará siendo usado como plataforma electorera (como en el caso clarísimo de Fernando Canales Clariond, sustraído de Nuevo León para ver si así subían los bonos de Mauricio Fernández Garza, o en los menos evidentes de Eduardo Romero, enfilado desde la contraloría federal a la postulación chihuahuense, o Florencio Salazar, quien desde la Reforma Agraria pretende llegar a Chilpancingo).
LLEGUE ADONDE llegue hoy ( e inclusive manteniéndose donde está), Alfonso Durazo llevará encima la marca de su reciente paso por el proceso electoral sonorense, donde el priísta Eduardo Bours le acusó de ser instigador de las pretensiones presidenciales de echar abajo el resultado favorable al tricolor, para bien de uno de los Amigos de Fox: Ramón Corral, quien, alebrestado por el apoyo central, jugó con la idea de impulsar rebeliones cívicas para defender la presunta victoria panista. Durazo, que exploró las posibilidades de ser el candidato blanquiazul al gobierno sonorense, genera reacciones encontradas en el panismo al que ahora pertenece: desde los enojos de quienes creen que a pesar de su priísmo de origen tiene demasiada influencia en decisiones importantes del primer presidente panista, hasta quienes le menosprecian por considerar que sus modales políticos son infuncionales en la práctica foxista.
ERNESTO VIDAL, POR su parte (if, siempre if, los chismes de Palacio resultan ciertos), refrendaría el control de la señora Marta sobre la oficina de prensa de Los Pinos (o la influencia abierta en alguna otra franja en la que se le acomodara para trabajar con más discreción desde allí y así no hacer tan explícita la hegemonía martística en asuntos mediáticos de su marido). Ya trabajó con ella, en la etapa en que la señora era la primera dama en ser vocera presidencial. Luego, cuando el Sahagún fue cambiado por De Fox, Vidal regresó a Televisión Azteca, donde ha desarrollado una exitosa carrera en el ámbito de las relaciones públicas, pero siempre mantuvo comunicación política con la presidenta de México Vamos Foundation, a la que hacía llegar análisis, reportes y comentarios relacionados con la actividad del esposo, pero también, o sobre todo, de la cónyuge en jefe. A pesar de la liga evidente y directa con la señora Marta, Vidal podría resultar afectado, en caso de llegar a la oficina de prensa de Los Pinos, por los rescoldos de El Chiquihuite, que harían ver en ese nombramiento una confirmación de la alianza entre la esposa de un señor llamado Vicente y la televisora del Ajusco.
ESPECULACIONES (NO reflexiones, pues de éstas sólo hay unas y se difunden por Notimex) provocadas por el chismorreo armado desde Los Pinos y que hoy tendrá un final -Ƒfeliz?- cuando se confirme lo antes abundantemente filtrado o se nos regale alguna ocurrencia de última hora. (Quedemos, mientras tanto, en espera de las intensas y apasionadas rondas de negociaciones que el precandidato Creel habrá de sostener con líderes de bancadas legislativas para ver qué acuerdos se pueden hacer.) Fax: 5605-2099 [email protected]
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