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México D.F. Viernes 25 de julio de 2003
Jaime Martínez Veloz
ƑEl secuestro número 140 de Tijuana?
La semana pasada hice del conocimiento público la denuncia de que durante la campaña a la presidencia municipal de 2001 en Tijuana, los dueños de bares y cantinas de la zona de tolerancia (zona norte) habían apoyado la campaña panista a razón de 10 mil dólares por cada uno de los más de 100 establecimientos ubicados de dicho lugar. Se calcula que sólo ahí se reunió un millón de dólares para el PAN. Propuse entonces al presidente municipal que ambos nos sometiéramos a la prueba del polígrafo para confirmar imparcialmente la veracidad de ambos. Dada la contundencia de la información, el alcalde se negó, y en vez de ello se produjeron una serie de declaraciones que por su importancia considero importante transcribir.
La primera, de William Yu Cong, actual director de Relaciones Públicas del Ayuntamiento, quien acepta haber participado en la campaña de Jesús González Reyes, afirma: "(...) que aportaron recursos los propietarios de bares y cantinas, al igual que empresarios de otros giros (...)", (cita textual del periódico El Mexicano, 18/7/03). A confesión de parte, relevo de pruebas. ƑQué hago? ƑLe mando una carta de felicitación o una de condolencia? ƑExiste una autoridad en el estado para revisar el significado de este hecho lamentable? Después de la sorprendente confirmación pública del funcionario, estaba convencido de que no contestaría ningún señalamiento más sobre este bochornoso tema.
La segunda, sin embargo, vino después del viaje de Jesús González a Chicago, donde asistió al Juego de las Estrellas -Ƒasunto vital para la Nueva Tijuana?- en lugar de asumir responsabilidades en el caso de las aportaciones a su campaña de los propietarios de bares y cantinas. El alcalde rehuye el tema y lanza una amenaza directa al suscrito diputado: "(...) sólo falta que se autosecuestre como lo acostumbra hacer" (cita textual. El Mexicano, 19/7/03). Por ser de la autoridad municipal dichas palabras y dado el contexto en el que se producen, se requiere dar una respuesta puntual.
El viernes pasado el semanario Zeta informa la cifra espeluznante de 139 secuestros cometidos en Tijuana, en lo transcurrido de 2003. ƑSerá el autor de esta nota el número 140?
Mientras el presidente municipal se pasea en Estados Unidos, la Nueva Tijuana supuestamente avanza "al día y a la vanguardia", como repite machaconamente el enfadoso estribillo foxista, mientras la portada del semanario informa de 17 mil 515 delitos cometidos, sin contar ejecuciones. Por fortuna, hasta hoy no he tenido la desgracia de sufrir un secuestro, ni personal ni familiar. Como diputado y ciudadano repudio esta acción cobarde y criminal.
En el Congreso de Baja California formulé la propuesta de conformar un Frente Estatal contra el Secuestro, que fue ignorada por la autoridad que hoy es incapaz de contener este flagelo. El secuestro es una acción abominable, que el alcalde no debiera tratar con frivolidad, cinismo o amenaza, por respeto a su investidura.
No hay una sola nota, declaración o información pública, en ninguna parte del país ni del mundo, en la que se informe de un pretendido secuestro hacia mi persona, supuesto o real. Por ello, el alcalde miente con dolo al mencionar que yo recurriría, nuevamente, al autosecuestro, algo que nunca he realizado.
Asumo la declaración del presidente municipal como una flagrante amenaza, cuya gravedad me obliga a denunciarla públicamente. De ser secuestrado yo o alguno de mis familiares, las declaraciones de Jesús González Reyes lo señalan como responsable directo por mandato, omisión, complicidad y/o complacencia.
Me encuentro en el Informe 2002-2003, que he de rendir en breve (de no ser secuestrado antes de que lo termine); haré llegar a todos los regidores, sin distinción de partido, un ejemplar, como demostración de mi pluralidad. Ojalá que los regidores panistas alcoholeros, Méndez y Arnulfo, dediquen un poco de su tiempo a la lectura de dicho documento y comparen las iniciativas presentadas por este humilde, indefenso y posible secuestrable legislador, contra las de los diputados del blanquiazul.
Espero que los funcionarios municipales me permitan seguir trabajando, atiendan sus propios asuntos y "dejen de regar el tepache" cada vez que declaran a la opinión pública. La gramática y la ciudadanía, en ese orden, lo agradecerán, reconocida su hazaña hasta hablando contra la gramática. Caso contrario, estaré obligado a denunciarlos ante el Ministerio Público para los efectos legales a que haya lugar, ante la Real Academia de la Lengua por desacato y ante la estética por desfachatados.
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