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México D.F. Martes 22 de julio de 2003
Marco Rascón
Cirugía mayor, no sólo plástica
Las máscaras de Salinas andan de nuevo en las calles, pero ahora tienen rostro de inversión nacionalista: las hay con el ideólogo Felipe González, asomando desde un piso remodelado del Centro Histórico; tienen mil rostros en el PRI, cara de PT, del verde ecologista y vienen en tonalidades naranja; están rezando en las iglesias, haciendo filantropía y las del PAN vienen con barbas. Lo novedoso es que Salinas también se encuentra a plenitud en el PRD.
ƑY cómo no estar detrás de la máscara del pragmatismo si los personajes más emblemáticos del salinismo se mueven con toda soltura en las instancias de dirección del perredismo, en la nueva fracción de diputados y senadores? ƑCómo no estar bajo la influencia y la operación política de Carlos Salinas en el PRD si la defraudación es sistemática y la usurpación de cargos es ley? ƑCómo no estarlo si la ilegalidad se extendió hasta el movimiento que más impugnó la usurpación salinista? Salinas de Gortari ha devuelto el juego de las máscaras y hoy en cada una coloca a sus hombres, a sus mujeres, así como el dinero necesario para destruir la identidad de la resistencia y fortalecer su presencia manejando voluntades.
La crisis del PRD es difícil de resolver, pues más allá de las posiciones están los intereses personales que defiende una burocracia que anuncia severas cirugías plásticas, como las que ahora se practica esa otra burocracia que vino de la nada, que jamás arriesgó nada, y hoy se yergue con insolencia como representante de la izquierda.
La caricatura de reforma y cirugía plástica que ofrecen Rosario Robles, Jesús Ortega, Amalia García, salinistas y zedillistas muestra que razonan de la misma manera que la oligarquía financiera frente a las críticas al Fobaproa: sí, somos ineptos y corruptos, pero indispensables y sin nosotros "vendría el caos". Bajo esta presión fue electo el nuevo coordinador parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, siguiendo el mismo método: ajuste de cuentas y reparto de posiciones. Rosario Robles ya comprometió la candidatura de Zacatecas para 2004 por la traición de Ricardo Monreal a Amalia García, y ya se repartieron otras como la de Guerrero para Armando Chavarría, demostrando así una igualdad antiética muy profunda.
Salinas y los reyes del pragmatismo, los ideólogos de la prevención de rupturas y bomberos del caos han demostrado que así es la política y que el PRD debía ser como todos los partidos por los que han pasado y reformado. En ese sentido, Manuel Camacho Solís tiene la primera victoria, pues ya hizo al PRD un partido de centro... pero del país, ya que su sola presencia, como la de otros, aunada a la ausencia de autocrítica pública del partido, hizo perder votos y regiones enteras al PRD.
El PRD necesita cirugía mayor para sobrevivir. Refundarlo exige un mínimo de justicia, lo que significa que los autores de la degradación y la descomposición política no conduzcan la organización del proceso. Una cirugía mayor requiere de tiempo y de un gran esfuerzo ideológico, político y organizativo que la dirección actual no está en condiciones de emprender a cabalidad, pues no tiene posibilidades de entablar relación con la amplia base del partido ni autoridad para convocar a quienes se alejaron. La reincidencia en estas prácticas, justificadas por la "gobernabilidad", es la mejor prueba, a la que deberá agregarse la poderosa influencia del salinismo en el partido para darnos cuenta de que la dirección actual debe dejar libre el paso para una reorganización que libere al partido de los lastres que impuso la misma dirección fraudulenta de 1999 y 2002. Por eso la convención va y es la referencia que removilizará al perredismo en sus tareas centrales, por eso hay que intensificar las asambleas municipales, locales, estatales y regionales, levantando todos los valores políticos y de reivindicación social que identificaban al PRD antes de la usurpación de las burocracias partidarias. La suspensión de la reunión del Consejo Político Consultivo reflejó que la dirección actual carece de respaldo y que no ha podido extender la manipulación a todas partes. Esto significa que el Consejo Nacional del 2 de agosto próximo tiene frente a sí su propio espejo y que su principal presión son sus vacíos e indecisiones. Por esto debe ser aceptada la renuncia de todo el Comité Ejecutivo Nacional, incluyendo a la presidencia, e integrar una dirección colegiada, no por cuotas, que tenga la facultad de convocar a una convención nacional de rescate de los principios y que sus propuestas se conviertan en mayoritarias con amplio consenso para ser aprobadas en el próximo congreso. Reforma de estatutos contra los derechos electorales y de prerrogativas de las corrientes, reivindicación de los derechos plenos de la militancia para representarse por su trabajo político y no por cuotas, y un programa a la altura de la situación del país deben generar una nueva militancia.
Salinas y la oligarquía deben saber que no podrán acabar con el PRD y que sus personeros, así como quienes cedieron a la corrupción política, pronto estarán de regreso y derrotados. [email protected]
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