México D.F. Sábado 19 de julio de 2003
Autoridades piden declarar zonas de desastre a Pénjamo, Abasolo, Cuerámaro y Romita
Alerta en Guanajuato por lluvias; en albergues, 4 mil damnificados
Siniestradas, 20 mil hectáreas de siembras de temporal; destrozos en 126 kilómetros de carreteras
MARTIN DIEGO CORRESPONSAL
Guanajuato, Gto., 18 de julio. Las lluvias en Guanajuato han afectado desde hace una semana a alrededor de 37 mil personas, 44 mil de las cuales se encuentran en albergues. Asimismo, han siniestrado 20 mil hectáreas de siembras de temporal y dañado 126 kilómetros de caminos vecinales y carreteras.
En algunas localidades los habitantes realizan sus labores entre el agua, y en otras, como la de San Francisco del Rincón, el alcalde Eduardo Arroyo pide a las autoridades del estado "que nos ayuden con alimentos, ropa y agua, porque ya son muchas visitas, muchas reuniones, pero de dinero, nada".
Hasta la mañana de este viernes alrededor de 4 mil personas permanecían en los albergues habilitados por el gobierno estatal o en improvisados refugios, como la central camionera de Romita y escuelas públicas, o bien en casas de sus familiares.
Este día se efectuó en León una reunión de evaluación en la que participaron representantes de las secretarías de Gobierno, Salud, Obras Públicas y las de Desarrollo Rural y Social, además de la Comisión Nacional del Agua y los ediles de los municipios afectados.
Las autoridades buscan que la Secretaría de Gobernación incluya a Pénjamo, Abasolo, Cuerámaro y Romita como zonas de desastre natural "para poder hacer uso de los recursos" que las autoridades federales destinan a ese rubro, dijo el secretario de Gobierno del estado, Juan Manuel Oliva.
El director de Protección Civil estatal, Luis Alberto Güereca Pérez, reportó que se mantiene estado de alerta en 11 municipios, pero en los cuatro mencionados "la situación es más crítica".
En Purísima del Rincón, el alcalde Miguel Márquez Márquez dijo que aún no se cuantifican los daños, pero que las autoridades locales se mantienen alertas "ante un posible desbordamiento del río Turbio en la comunidad El Girasol. En este punto, el río trae todos los desagües domésticos e industriales de León, lo que puede provocar severos daños a la población".
Elías Hernández, alcalde de Romita, consideró que la situación en su municipio "es bastante grave: ya no sabemos si rezar o llorar". Esta es una de las localidades donde a falta de un albergue se llevó a los damnificados a la central de autobuses y a una escuela rural en el centro de la ciudad.
En Abasolo, el edil Ramón Landeros dijo que la situación de sus gobernados "es crítica", ya que pese a que el ayuntamiento cuenta con un fondo para atender las contingencias, "no nos va a alcanzar, tenemos en este municipio más de mil 800 personas afectadas y no contamos con infraestructura para apoyarlas", dijo.
Las calles de San Francisco de la Soledad, municipio de Abasolo, están inundadas desde hace dos días; "anoche volvió a llover y se llenaron de agua los corrales. Mi casa está ahí, lo bueno es que no había familia, pero ya se perdió todo", señala Cristóbal, un pequeño de 11 años que buscaba entre rastrojo, fango y agua algunas de sus pertenencias.
Aquí, entre los rayos solares y las aguas que comienzan a tomar un color verde, Inés, una vecina del poblado, entra y sale de su casa en medio del agua, y mientras exprime su falda, afirma: "Tengo que ir por los trastes, no tenemos dónde comer y hay que meterse". En la azotea de su vivienda están Pedro, Feliciano, María, Alfonso y Jacinto Ramírez Pérez. "De aquí no nos vamos. No importa que tengamos que dormir como ayer en el techo de la casa, lo que nos importa es que no se vayan a meter", dice gritando Pedro, el jefe de familia.
Además de las lluvias, otra de las preocupaciones para las autoridades de gobierno son las enfermedades. En Abasolo "tenemos un caso de dengue que no es provino de fuera, eso nos preocupa por la vulnerabilidad en la zona rural", dice Rafael Sánchez Leyva, jefe de la jurisdicción sanitaria seis.
"Ahorita hay muchos moscos, dicen que son peligrosos pero ni cómo prender un fogón para que se vayan, si todo está bajo el agua", dice entre enojada y sorprendida Juana Velázquez, otra de las afectadas en San Pancho, como llaman a su comunidad.
"Nadie ha venido a darnos una explicación, ya fuimos con el presidente (municipal) porque queríamos que nos limpiaran el río, pero dicen que no pueden hacer nada; "no sé, prefieren que toda esta gente que esté aquí padezca", señaló por su lado Julián Rodríguez, uno de los comuneros que duerme desde hace dos días en el techo de su casa, debido a las inundaciones.
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