Por tercer día consecutivo el gobierno de la isla guarda silencio sobre el caso

El secuestro de un barco cubano podría tensar el conflicto La Habana-Washington

Rechaza Alarcón que Cuba interfiera transmisiones televisivas de Estados Unidos a Irán

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 18 de julio. La ilegal travesía de un barco cubano por el estrecho de la Florida y la suerte de sus ocupantes parecía hoy más una dura prueba para el conflicto de cuatro décadas entre Cuba y Estados Unidos que un episodio común de emigración irregular.

El gobierno cubano mantenía este viernes su tercer día de silencio sobre el caso, después que lo hizo público el martes. Desde Estados Unidos sólo se conocen hasta ahora versiones fragmentarias del suceso.

La nave de la compañía de exploración geográfica GeoCuba, parte del conglomerado empresarial militar, salió ilegalmente del puerto de Boca de Nuevitas, en la centro-oriental provincia de Camagüey, a las 3:50 horas del martes 15, de acuerdo con un informe del mismo día del Ministerio del Interior cubano.

La secuencia es la siguiente, según la misma fuente:

- Cuba informa al Servicio de Guardacostas de Estados Unidos un secuestro naval con un número indeterminado de personas a bordo.

- 7:50 horas del martes 15. Un avión militar cubano despega en misión de exploración.

- 8:45. Una lancha patrullera de Tropas Guardafronteras localiza la embarcación a 18 millas (unos 33 kilómetros) al noreste de Nuevitas. Reporta que van siete hombres en cubierta y unas 20 personas más adentro, y mantiene la vigilancia.

- 8:50. Los guardacostas estadunidenses informan que enviarán a la zona una nave aérea y una naval.

- 10:30. Guardacostas de Estados Unidos informan que por ser de bandera cubana y estar en "paso inocente" (canal de las Bahamas), no interceptarán ni harán ningún movimiento respecto al barco capturado y dejan la iniciativa al gobierno de la isla. La patrulla cubana está a una distancia de la embarcación de entre tres y cinco millas (entre cinco y nueve kilómetros).

- Cuba responde a los guardacostas que no es su política asaltar embarcaciones secuestradas con personas a bordo. Avisa que mantendrá la vigilancia, y como los asaltantes se proponen llegar a Estados Unidos, este país deberá cumplir los acuerdos migratorios bilaterales (es decir, repatriar a los ilegales).

- 11:30. El barco toma rumbo norte y entra en aguas de Bahamas. Cuba abandona el seguimiento y lo informa a los guardacostas estadunidenses. También reporta la situación a las autoridades bahamenses y en ambos casos pide la aplicación de los respectivos convenios "a partir de los cuales deben ser devueltos a Cuba la nave y los secuestradores".

Del informe oficial cubano se desprende que la nave lleva combustible a bordo y al menos una persona con capacidad de conducirla.

Rumbo a EU

La versión cubana fue emitida a las 14:20 del martes 15. Pasó alrededor de un día sin que se supiera la suerte del barco. Hacia el mediodía del miércoles 16, la agencia Reuters informó, citando al portavoz del gobierno de Bahamas, Chris Symmonett, que la nave salía de la zona marítima de ese país, que sus ocupantes se encontraban bien y que las autoridades locales no intentaban intervenir.

La misma agencia citó una declaración de la cancillería bahamense, según la cual la nave no representa peligro para el archipiélago, no se registraron llamadas de auxilio y "el capitán de la embarcación ha indicado por contacto radial que las partes a bordo no están angustiadas".

Por la tarde, una portavoz de la Guardia Costera estadunidense dijo que esa fuerza había abordado el barco en aguas internacionales y sus ocupantes estaban en un escampavías del mismo cuerpo, para los trámites habituales en estos casos, a cargo del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN).

Es decir, el buque cubano navegó alrededor de 36 horas, aparentemente en dos direcciones distintas, por el estrecho de la Florida, antes de ser interceptado por fuerzas estadunidenses.

Medios informativos del sur de Florida registraron el jueves la llegada de un fiscal federal y de agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) al escampavías donde seguían los cubanos en manos del SIN.

La sola presencia de esas autoridades sugiere que, además del caso migratorio, pueden estarse investigando otros eventuales ilícitos.

Hasta ahora, Estados Unidos ha mantenido la línea de repatriar a los cubanos que son interceptados en alta mar, en intentos de emigración ilegal. Pero este caso se presenta bajo una nueva óptica: tras el fusilamiento de los tres principales secuestradores de una lancha de pasajeros en abril pasado, el presidente Fidel Castro anunció que cualquier nuevo caso sería castigado con la misma severidad y prontitud.

"Los secuestradores deben saber que serán sometidos a juicio sumarísimo en los tribunales correspondientes y no deberán esperar clemencia del Consejo de Estado", señaló Castro al explicar el 25 de abril las ejecuciones.

Si Estados Unidos devuelve a los emigrantes, como en el pasado, esta vez, tratándose del secuestro de una nave, algunos de ellos podrían enfrentar un juicio en el que, eventualmente, pueden afrontar hasta la pena de muerte.

Pero si Estados Unidos no repatria a los cubanos que ahora tiene en su poder, estará incumpliendo una parte clave de los convenios migratorios bilaterales, que son la base de la política, públicamente compartida por los dos gobiernos, para garantizar una emigración legal, ordenada y segura. Peor aún: si no se produce la devolución, Estados Unidos estará enviando tácitamente un mensaje de aliento a nuevas salidas ilegales desde Cuba.

El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, rechazó hoy tajantemente las acusaciones de Estados Unidos sobre supuestas interferencias realizadas por Cuba a transmisiones televisivas desde Estados Unidos dirigidas a Irán, en respuesta a un planteamiento oficial del Departamento de Estado.

La agencia Pl citó declaraciones de Alarcón desde la provincia de Ciego de Avila, diciendo que Washington lleva a cabo "una maniobra anticubana" y que los "enemigos de la revolución ya no saben qué cosa inventar para tratar de justificar una agresión" contra su país.

El también miembro del buró político del gobernante Partido Comunista de Cuba señaló que el gobierno estadunidense y los grupos de exiliados anticastristas radicados en Florida "no cesan en sus planes de aniquilar a la nación caribeña".

La declaración de Alarcón se dio en respuesta a un anuncio del vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher, de que había convocado el jueves a funcionarios de la Sección de Intereses de Cuba en Washington para formularle el problema de la interferencia "intencional" de la señal de televisión, según se ha quejado esta semana el organismo gubernamental que supervisa las emisiones internacionales estadunidenses de televisión.

"El manejo de la transmisión por satélite cubana es ilegal e interfiere con el flujo libre y abierto de las comunicaciones", dijo Kenneth Y. Tomlinson, presidente el Departamento de Comunicaciones, al dar por hecho que la interferencia proviene de Cuba, cuyo país, en el pasado, ha tomado ese tipo de medidas para evitar señales radioelectrónicas ilegales estadunidenses sobre su espacio aéreo.