México D.F. Sábado 19 de julio de 2003
Gustavo Leal F.*
ƑTambién el cambio en reversa es "cambio"?
ƑQué tanto aguardaban los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) de la recién elegida 59 Legislatura? Ƒ"Defender" desde ella la seguridad social que el gobierno "del cambio" tiene bajo ataque? Porque para la desairada elección del 6 de julio (casi 60 por ciento de abstención) parecieron haber estimado que debían tirar toda la carne al asador.
Después de la caída de Punzo Gaona en el 21 Congreso Nacional Extraordinario (1989), asumió la secretaría general del SNTSS Miguel Angel Saénz Garza -diputado priísta en dos oportunidades-, quien ocupó el cargo hasta 1994. Saénz Garza fue, también, secretario técnico de la Comisión de Seguridad Social de la saliente 58 Legislatura.
Al doctor Antonio Rosado correspondieron los siguientes cuatro años: 1994-1998, y la polémica reforma de Ernesto Zedillo de 1995. Pero para la elección de 2003, Rosado se animó a participar, sin fortuna, como candidato plurinominal de Convergencia (cuarto lugar de la cuarta circunscripción: Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala y el Distrito Federal).
Por su parte, Fernando Rocha Larráinzar, secretario general del SNTSS entre 1998 y 2002, también se entusiasmó con la elección del 6 de julio: optó por una candidatura plurinominal del Partido del Trabajo (cuarto lugar de la quinta circunscripción: estado de México, Michoacán y Guerrero). Aunque, como Rosado, Rocha tampoco fue elegido.
šSin embargo hubo un triunfo! Roberto Vega Galina, actual secretario general, ganó un escaño para el PRI, compitiendo en el cuarto lugar plurinominal de la misma circunscripción en que contendió Rosado. Con ello portará, a partir del primero de septiembre, dos serias representaciones: la de 313 mil trabajadores sindicalizados -y 114 mil jubilados- del IMSS y, también, la de todos aquellos electores que le confiaron su voto en la 59 Legislatura, para que "defienda" la seguridad social.
ƑQué muestra este curioso fenómeno? Algo bastante problemático: la creencia de que es desde el Poder Legislativo donde puede "defenderse" la seguridad social. ƑY así ha sucedido? Parece que no. A pesar de los sindicalistas presentes en todas las últimas legislaturas, se advierte que esa creencia ha operado, más bien, en sentido exactamente opuesto.
De ello dan cabal testimonio las recientes reformas al IMSS de Zedillo/Borrego (1995) y Fox/Levy (2001); la aprobación de las instituciones de seguros especializadas en servicios de salud (ISES) de Gurría/Juan Ramón de la Fuente/Samuel Aguilar (1999); la legalización parlamentaria del Seguro Popular de Fox/Frenk (2003); el proyecto de decreto senatorial sobre guarderías del IMSS de Borrego/PAN (2003), y la inminente reforma al ISSSTE de Fox/González Roaro. En estas iniciativas, poco o nada pudieron hacer los legisladores sindicalistas para "defender" la seguridad social.
Esta pobre presencia parlamentaria colorea el paisaje, mucho más amplio, de claras imperfecciones de la representación democrática. Las demandas sociales poco suelen canalizarse por medio de partidos políticos, que tradicionalmente van a la zaga. Y cuando, finalmente, logran arropar alguna demanda, ella queda entrampada en sus obesos aparatos, vergonzosos ajustes intraparlamentarios e intereses puramente pecuniarios. El Acuerdo Nacional para el Campo representa el caso más reciente.
Después del voto, la representación democrática sigue sin consolidar una esfera pública verdaderamente deliberativa que mejore de raíz las políticas públicas. Como la participación política no culmina con el ejercicio del voto, aún falta diseñar mecanismos de control sobre las decisiones de los legisladores. Porque, Ƒa quién ha explicado el senador perredista Demetrio Sodi el "sentido" de su lamentable voto aprobatorio para legalizar el Seguro Popular de Julio Frenk?
Y todavía cabría preguntar si, acaso, mucho antes de la lid parlamentaria, los legisladores que pretenden "defender" la seguridad social no deberían haber empezado, primero, por su propia casa. Actualizando, por ejemplo, la calidad de su propuesta sindical y estructurándola sobre lo específico del servicio que prestan. El mineral de esta empresa lo constituyen, ciertamente, los cuadros medios: los responsables de la operación cotidiana y no las cúpulas fascinadas con el mundo autorreferencial de los actuales partidos políticos.
Así, el triunfo de Roberto Vega Galina representa un reto y una oportunidad. El primero consiste en rendir cuentas a los electores sobre los precisos términos con que "defenderá" efectivamente la seguridad social. Su oportunidad reposa en diseñar pluralmente, por primera vez en la historia del México reciente, una política pública para todos.
Para ello, Vega Galina podría empezar buscando acuerdos entre las diferentes voces que animan la política pública y conformar así esa socorrida voluntad común de "defender la seguridad social". A su entera disposición están ahora los recursos parlamentarios, la opinión pública y, sobre todo, el juicio retrospectivo de sus electores.
Caso contrario su esfuerzo habrá resultado, una vez más, sencillamente vano. *Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
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