México D.F. Viernes 18 de julio de 2003
Felipe Solís manifiesta la posición
oficial sobre el texto ''El rito de la muerte''
Desde que Aztecas se vio en Londres periodistas
alemanes incubaron morbo
Se trata de una expresión más de la supuesta
supremacía blanca, deplora el funcionario
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
El reportaje del alemán Matthias Schulz publicado
el domingo pasado por El País Semanal a propósito
de la exposición Aztecas, que se exhibe en el Museo Martin-Gropius-Bau
de Berlín, es -en palabras de Felipe Solís Olguín,
director del Museo Nacional de Antropología y principal promotor
de la muestra- una expresión más de la idea europea ''de
la supremacía blanca".
El
texto fue titulado por El País Semanal como "Aztecas. El
rito de la muerte", y apareció originalmente en el semanario alemán
Der Spiegel. Se trata -evalúa el titular del más importante
recinto oficial de arte y vestigios prehispánicos- de un trabajo
''amarillista", poco riguroso, prejuicioso y ''de una mala leche pavorosa".
Desde la presentación de la exposición en
Londres -considerada una de las muestras arqueológicas más
importantes de los pasados cien años (La Jornada, 17/05/03)-
''los periodistas alemanes fueron quienes insistieron en cuestionar por
qué nos sen-tíamos tan orgullosos de un pueblo sanguinario
que tenía el terrible prestigio de 'sacador de corazones'. Yo les
explicaba que se trataba de la presentación de una cultura del pasado,
que tenía toda una ideología religiosa y una visión
del universo en la cual se consideraba el sacrificio humano, pero que no
hay un solo pueblo que no haya practicado o practique el sacrificio humano.
Ellos lo hacían con un sentido religioso, como una especie de pacto
con los dioses y así lo debemos entender".
El también arqueólogo recuerda que en esa
ocasión refutó a un periodista alemán: ''Seguramente
usted tendrá amigos o parientes que mataron judíos, 6 millones,
o que supieron que mataron judíos y no lo dijeron por miedo o porque
estaban de acuerdo. Me parece que en ningún momento nosotros o cualquier
pueblo del mundo está cuestionando a los alemanes actuales por un
proceso de su historia reciente. Y creo que tampoco puede usted cuestionar
a los mexicanos actuales por lo que hacían aquellas civilizaciones".
Muestra legendaria
En el texto de Schulz -explica Felipe Solís- ''hay
una exageración que curiosamente ha llevado a multitudes a la exposición,
tal vez por morbo. Pero ya cuando la gente se encuentra ahí se da
cuenta de la calidad de la muestra a la que la mayoría de los especialistas
considera una exposición legendaria. Después de la de Tutankamon,
es la exhibición con tema arqueológico más importante
de los cien años anteriores''.
Lo que, a juicio de Solís, se evidencia en el texto
publicado por El País Semanal es ''un mea culpa terrible
por los crímenes del nazismo, lo que pesa terriblemente a los alemanes.
Lo sentimos, pero los mexicanos estamos orgullosos de nuestras civilizaciones
prehispánicas. Es una realidad del pasado, pero forma parte de una
cultura integral. Era una dádiva del pueblo a los dioses como un
pacto por la creación del universo. No asesinaban por placer, tampoco
esa cantidad de personas que dice el artículo que, claro, toma informaciones
de cronistas españoles que exageraron ese número".
Schulz se basa en informaciones incorrectas y elabora
un texto ''amarillista" cuya óptica es la de ''esos europeos que
por siglos han explotado a otras civilizaciones, han matado, destruido,
traficado; que inventaron el esclavismo de los negros, para los que ahora
resulta que los aztecas eran unos asesinos. Sí, creo que hay un
prejuicio, ése que presenta a las civilizaciones europeas como prístinas,
inocentes, y supone que todos los pueblos no europeos eran los malos del
cuento. Creo que este tipo de textos los vamos a tener de manera constante,
porque no quieren aceptar la existencia de grandes civilizaciones antes
de la llegada de los europeos. Por eso me parece de la más terrible
mala leche.
"El artículo no es más que reflejo de una
vieja tradición de colgarles una serie de gambitos a esas culturas
que si en verdad eran sacrificadoras de hombres, lo han sido todas. Tampoco
es algo de lo que nos tengamos que enorgullecer. ¿Por qué
no hizo un artículo sobre la trascendencia de la obra que está
presente en la exposición como lo han hecho otros? No, porque eso
iría contra esa ideología de la supremacía blanca."
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