Se adquirió en 80 mil dólares, sin licitación; lo había en el mercado a menor precio

De la Barreda ordenó comprar oneroso detector de explosivos para la CDHDF

La CMH envió recomendaciones a 50 dependencias auditadas, por anomalías detectadas

GABRIELA ROMERO Y RAUL LLANOS

Por considerar que se estaba "viviendo un clima bastante álgido", el entonces presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis de la Barreda Solórzano, pidió, en enero de 2001, que se adquiriera un detector de explosivos y narcóticos para instalarlo en la sede del organismo, cuyo costo fue de 80 mil dólares más IVA; un año después, los fabricantes vendían esos aparatos en 15 mil dólares menos.

De acuerdo con los resultados de la auditoría financiera aplicada por la Contaduría Mayor de Hacienda (CMH) de la Asamblea Legislativa del DF a la CDHDF, pese a que se solicitó la cotización de ese tipo de equipos, vía telefónica, a distintas empresas, se adjudicó de manera directa y no precisamente a la que ofreció un mejor precio.

Según el documento entregado a la Asamblea Legislativa, en las condiciones del contrato no se establecía un pago por anticipado de 50 por ciento, sin embargo éste se hizo el 7 de marzo de 2001 y el 17 de abril la empresa entregó el equipo.

Al respecto, el entonces subdirector de compras de la CDHDF señaló en su oportunidad que no estaba de acuerdo con esa adquisición, "porque tardaron mucho para su entrega" y no sabía si el equipo funcionaba correctamente. "Posteriormente a la entrega solicitaron la adquisición de accesorios, por lo que considero que no estaba completo".

Como parte de la revisión que hizo la CMH, el 28 de noviembre de 2002 la empresa Segman SA de CV envió la cotización del detector de explosivos y narcóticos de la misma marca y modelo, por 65 mil dólares más IVA, "lo que resulta contradictorio con la cotización que presentó a la CDHDF el 24 de enero de 2001, respecto del mismo equipo, por un monto de 80 mil dólares más IVA".

Ese hecho viola diversos artículos de la Ley de Adquisiciones del Distrito Federal. Asimismo se observó que la CDHDF carece de la licencia de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardia, necesario porque el equipo detector de explosivos contiene una fuente radiactiva sellada.

Barbacoa a los presos

Esa información forma parte de las 136 auditorías realizadas a la cuenta pública de 2001 de las entidades públicas de esta ciudad, en la que también sobresale el caso de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social. Al respecto se precisa que durante cinco meses a los internos de los reclusorios capitalinos se les abastecieron dos toneladas de barbacoa.

Los datos contenidos en la fiscalización detallan que a pesar de que el proveedor, Sindicato Patronal de Empresarios Agropecuarios, empezó a entregar ese alimento el 21 de julio, el contrato respectivo se firmó 132 días después de esa primera entrega. Además, detalla la Contaduría, nunca se presentó la requisición correspondiente por los dos mil 235 kilos de barbacoa adquiridos.

Otro asunto que llama la atención se detectó en el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), donde la CMH encontró "debilidades de registro y control" en el inventario de mobiliario y equipo, pues este órgano reportó 15 mil 681 bienes que se encuentran registrados con valor de un centavo.

Además se informó a la Contaduría que el TSJDF registró durante ese año el robo de 21 vehículos, y otros dos fueron reportados como "baja por siniestro"; en total tenían un valor de 2 millones 235 mil 100 pesos.

En el caso de la delegación Tlalpan, se menciona que hizo el procedimiento para adquirir 132 cuatrimotos marca Yamaha, pero al recibirlas no tenía espacio para almacenarlas, por lo que el proveedor se quedó con ellas, con el compromiso de entregarlas tiempo después.

Ante esas anomalías, la Contaduría envió una serie de recomendaciones a las dependencias que fueron auditadas (cerca de 50), para que respondan a la brevedad acerca de las acciones que han realizado para corregirlas.