México D.F. Miércoles 16 de julio de 2003
Analizan en Casa Lamm los comicios del 6 de julio
La ciudadanía descalificó a gobierno y partidos
El Congreso perdió legitimidad: Luis Javier Garrido
MATILDE PEREZ U.
Tras el abstencionismo de 60 por ciento con el que la ciudadanía descalificó a los partidos políticos y al gobierno de Vicente Fox, está en juego el futuro de los mexicanos, aseveró el analista político Luis Javier Garrido, durante el foro Balance de las elecciones del 6 de julio, organizado por La Jornada y Casa Lamm.
Mireya Cuéllar, reportera de La Jornada, después de presentar cifras de los resultados de la elección y compararlas con las del año 2000, preguntó: "Ƒsomos los ciudadanos que merece este país?", y alentó al público a reflexionar qué hacer después del 6 de julio y a considerar esos resultados como punto de partida.
En tanto, Rosa Elvira Vargas, también reportera de este diario, habló del abuso que hicieron PRI y PAN de los medios electrónicos en Nuevo León, inclusive el tricolor contrató dos canales de televisión para transmitir su cierre de campaña, ejemplificó, así como de la guerra sucia que caracterizó la campaña de los candidatos de ambos partidos al gobierno del estado.
Luis Javier Garrido insistió en que el silencio que manifestaron los electores al no emitir su voto constituye una evidencia de que conocen el papel de la clase gobernante y cuál es su actitud frente al poder, fue un mensaje a los gobernantes y a los partidos políticos de que "no creen que su voto tenga sentido".
Ante un público que llenó la sala de exposiciones, Garrido hizo su análisis del resultado de las elecciones del 6 de julio desde la perspectiva del pueblo, del gobierno y de los partidos políticos. "Desde la perspectiva del poder político, las elecciones desnudaron al sistema; el gobierno y el próximo Congreso perdieron legitimidad".
El gobierno de Fox Quesada también perdió, agregó, porque la ciudadanía mostró su desengaño y frustración, pues no ha habido esa transición democrática que le prometieron. "Las elecciones constituyeron una derrota para Vicente Fox, porque en cualquier régimen político, presidencial o parlamentario, las elecciones intermedias ponen al gobierno en la discusión de la ciudadanía", asentó.
Otros derrotados fueron la Iglesia católica, cuya jerarquía conservadora actuó de manera intensa, e inclusive el día de las elecciones hizo propaganda en favor del PAN, y los medios masivos de comunicación -principalmente radio y televisión-, porque actuaron de manera intensa en promover el voto con la idea del progreso y donde siempre aparecía el gobierno, mientras que el freno al cambio lo representaban los partidos de oposición.
También los partidos políticos, particularmente PRI, PAN y PRD, fueron derrotados, ya que obtuvieron una votación menguada en comparación con las elecciones intermedias durante el gobierno de Ernesto Zedillo. El PRI no puede hablar de triunfo cuando fue prácticamente borrado de la ciudad de México; el PAN no puede pretender ser mayoría cuando en 10 estados no existe como partido, y lo mismo sucede con el PRD que, de acuerdo con la votación, no existe en 24 estados y no obtuvo ningún diputado en ellos.
Este es un indicador de que la izquierda político-electoral está desapareciendo del país, y aunque hay corrientes que defienden los principios sociales, políticos y económicos de esa ideología, no "se ven identificados en el PRD, que es una caricatura del discurso de los partidos políticos socialdemócratas europeos y que no tiene frente al gobierno de Fox una alternativa clara ni una propuesta diferente", destacó Garrido. Y remató: "el PRD sólo creció en el Distrito Federal y a eso se le llama efecto peje".
Luis Javier Garrido también incluyó en su análisis al Instituto Federal Electoral, al cual también cuestionó por haber aceptado la participación de partidos que "no representan a nadie", por dejar que los institutos políticos derrocharan los recursos públicos y por "no tener autoridad política, moral y legal para atender los casos Pemexgate y Amigos de Fox".
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