.. |
México D.F. Viernes 27 de junio de 2003
EU: RECHAZO A LA MATRICULA CONSULAR
Con
el argumento de que las matrículas emitidas por los consulados de
México en Estados Unidos pueden ser utilizadas por terroristas,
funcionarios del vecino país descalificaron esos documentos en el
curso de una audiencia ante el Subcomité de Inmigración y
Seguridad Fronteriza de la Cámara de Representantes. Steve McCraw,
de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), criticó los procedimientos
de expedición de las matrículas por las representaciones
mexicanas, afirmó que los documentos requeridos para obtenerlas
pueden ser falsificados y opinó que el instrumento de identidad
podría servir hasta para realizar "transferencias de fondos terroristas".
Stewart Verdery, del Departamento de Seguridad Nacional, señaló
que el empleo de la matrícula consular como documento de identificación
puede "comprometer la seguridad nacional". El congresista republicano por
California Elton Gallegly no se quedó atrás y expresó
la hipótesis de que grupos terroristas o gobiernos enemigos de Estados
Unidos "estén viendo cómo explotar" las matrículas
consulares.
Cabe recordar que, en meses recientes, algunas autoridades
locales y estatales estadunidenses, así como entidades bancarias
del país vecino, han empezado a aceptar la matrícula consular
como identificación válida para expedir licencias de manejo,
abrir cuentas y vender seguros. Esa flexibilidad -que dista mucho de haberse
generalizado en todos los estados y en los diversos niveles de gobierno
de la Estados Unidos- representa un respiro en las angustiosas e indignantes
circunstancias en las que están obligados a vivir los mexicanos
que se aventuran a cruzar la frontera norte sin los documentos requeridos
y a trabajar en territorio estadunidense.
Esos pequeños márgenes de seguridad y bienestar
han sido criticados desde el principio por los grupos conservadores que
buscan mantener a los trabajadores mexicanos en la más completa
indefensión y en una condición de total ilegalidad, como
si fueran criminales peligrosos, y las críticas a la matrícula
consular se inscriben claramente en esas posturas fóbicas, racistas
y, en última instancia, hipócritas, toda vez que pretenden
ignorar los enormes beneficios que los indocumentados aportan a la economía
de Estados Unidos.
Ciertamente, las matrículas referidas pueden ser
falsificadas u obtenidas de manera fraudulenta por ciudadanos de otros
países. Pero no existe, hasta la fecha, un tipo de documento o una
tecnología que erradique en términos absolutos la posibilidad
de falsificación o uso indebido. Hasta la fecha, Washington no ha
dado elementos contundentes sobre la identidad de los protagonistas de
la conjura que culminó en los atentados del 11 de septiembre de
2001 pero, independientemente de quiénes hayan sido, es claro que
disponen o disponían de una capacidad económica y organizativa
suficiente para dotarse no sólo de matrículas consulares
mexicanas, sino de visas y hasta de pasaportes estadunidenses.
Los argumentos de seguridad nacional contra los documentos
que extienden los consulados de nuestro país son, pues, poco serios,
y llevan a pensar que la verdadera razón para descalificar la matrícula
es preservar las condiciones de opresión, persecución y humillación
que sufren los migrantes mexicanos y latinoamericanos en la nación
vecina.
|