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México D.F. Viernes 27 de junio de 2003
Comienza con la muestra-homenaje a Carmen Díaz
en un museo de Orizaba
Emprenden el rescate del quehacer artístico
de mujeres veracruzanas
La pintora fue marginada ''por no estar afiliada a un
grupo'', señala su hija Rosario
Tuvieron que pasar 58 años para que se presente
una segunda exposición de su obra
MERRY MAC MASTERS
Una búsqueda de las mujeres veracruzanas que dejaron
huella en el quehacer creativo de su tiempo, ha comenzado con la pintora
nacida en Córdoba, Carmen Díaz (1895-1972). Discípula
de Germán Gedovius, avalada por Xavier Villaurrutia, aunque marginada
por su falta de ''ideología" y por no estar ''afiliada a un grupo",
en 1945 la artista expuso en forma individual en el foyer del Palacio
de Bellas Artes, con curaduría de J. Manáut Nogués.
Debieron
pasar 58 años para que de nuevo se realizara una muestra de su obra.
En busca del arte y su tiempo. Homenaje a la pintora veracruzana Carmen
Díaz, es la retrospectiva que el Museo de Arte del Estado, en
Orizaba, por medio del Instituto Veracruzano de la Cultura, inaugura hoy
a las 19:30 horas. La exposición contará con 51 obras de
caballete, así como dos óleos de Gedovius: un retrato que
hiciera en 1917, de Aurelio Díaz Noriega, padre de su alumna y nativo
de Cádiz, España, y otro de la misma Carmen, fechado en 1918.
También se exhibirán los 12 apóstoles que Díaz
pintó para el Templo del Sagrado Corazón de Jesús
en Río Blanco, de 1955 a 1965.
Influencia de Murillo y El Greco
Milena Koprivitza, curadora de la muestra, escribe: ''En
su faceta de retratista, que caracterizaría su obra, Carmen Díaz
consolida un estilo que fluye con elegancia desde un academicismo naturalista,
hasta un impresionismo tardío".
Al respecto, Rosario Vázquez Díaz, hija
de la pintora, expresa: ''Cuando mi mamá empezó a pintar
desnudo, le gustó, pero le llamaron más la atención
las caras y las manos. Ella misma manifestó que se quedó
enamorada de pintar figura". También llegó a representar
flores y paisajes.
La homenajeada pasó los primeros años de
su vida en la hacienda de Guadalupe, cerca de Córdoba, siendo su
tutor su propio padre. Hasta la edad de nueve años empezó
sus estudios escolares cuando llegó a la ciudad de México.
Al ver sus padres que su hija tenía facilidad para el dibujo,''se
empeñaron en que tomara clases de pintura con un buen maestro",
escribió Carmen, en un texto proporcionado por su hija Rosario.
Entonces, ''se fijaron en Gedovius -maestro de colorido de Diego Rivera,
entre muchos otros-, que aunque con trabajos, pues contaba con muy poco
tiempo, conseguimos que aceptara ser mi maestro. Entonces, tenía
yo 16 años".
Para Koprivitza, ''la disciplina de Gedovius y su lirismo
lineal del dibujo de soporte, consolidan la estructura de su obra terminada,
que ya no reconoce más autoría que la suya. En adelante,
su formación no termina pero se vuelve autodidacta".
La joven tuvo la fortuna de que su padre la apoyara en
todo. De soltera la mandó a Europa en dos ocasiones. En el primer
viaje, que duró dos años, estudió con Fernando Alvarez
de Sotomayor, entonces director del Museo del Prado, en Madrid. Fue influenciada
por la escuela española de Murillo y El Greco. Inclusive, cuando
el padre Aníbal Levy, un ''judío converso", de acuerdo con
la hija de la pintora, le encargó los 12 apóstoles para su
iglesia, Carmen Díaz se basó en ''las figuras de El Greco
que están en el museo de Toledo. Además, encontré
las tarjetas postales que usó. Están de tres cuartos, pero
mi mamá las completó hacia abajo, con base en otras figuras
del pintor y haciéndoles adaptaciones".
Cercanía con Xavier Villaurrutia
Aparte
de las obras incluidas en la muestra, Rosario Vázquez Díaz
dice saber de cerca de 40 más, pero que no alcanzó a localizar.
Calcula que en total su progenitora realizó entre 120 y 140 piezas.
Si no pintó más, también se debió a que tuvo
tres hijas. Aunque hay un lapso en el que no hizo nada, ''nunca se le quitó
de la mente pintar".
Alguna vez, inclusive, al llenar un cuestionario, a la
pregunta de ¿cuál es la más grande ilusión
de su vida?, la artista respondió: ''Destacar en lo que he elegido
como profesión".
Cumplir ese deseo no le fue fácil. Cuando Carmen
Díaz volvió a pintar, su hija recuerda: ''La acompañaba
a ver los boletines alguna próxima exposición colectiva.
Se inscribía en los directorios para que le mandaran las convocatorias,
pero éstas siempre llegaban cuando ya estaban cerradas. Era una
manera de que sólo fungieran los de las corrientes ideológicas
que predominaban en la época. Mi mamá no tenía corriente
ideológica, ni comunista ni supercatólica, así que
fue marginada por su no afiliación a un grupo y porque tenía
una manera de pintar que no estaba de moda".
Por otro lado, Carmen Díaz tuvo una cercana relación
con la familia de Xavier Villaurrutia, quien conocía su obra -decía
inspirarse en la pintura para hacer su poesía- y la presentó
con Carlos Pellicer para que pudiera exponer en el Palacio de Bellas Artes.
De acuerdo con Milena Koprivitza, ''es posible que Díaz hiciera
un retrato a Xavier Villaurrutia, del que ahora no se tiene un dato preciso.
Sin embargo, se sabe que pintó a Teresa, la hermana del poeta".
Otro retrato de ésta quedó inconcluso.
La exposición que se abre en Orizaba incluye el
cuadro India cargando cazuela con naranjas, de 1927, un ''descubrimiento"
de Rosario Vázquez Díaz: ''Conocía otra 'india', porque
mi mamá pintó a Luz Jiménez, quien era la modelo de
Gedovius. Todos los alumnos pintaban sus modelos. Esta no sé si
sea la misma Luz Jiménez, nada más que en otra edad".
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