México D.F. Sábado 21 de junio de 2003
Según lo establecido, la final de "alto
riesgo" será hoy en el estadio Sergio León Chávez
En ambiente militarizado León e Irapuato
buscarán el ascenso
Las autoridades ofrecen garantías de seguridad
con más de mil uniformados y miembros del Ejército La violencia
condenable donde quiera que ocurra, expresó Santiago Creel
MARLENE SANTOS A. ALONSO URRUTIA
En un ambiente militarizado, donde al menos mil
uniformados montarán estricta vigilancia, esta sábado a las
20 horas Irapuato y León disputarán el boleto para ascender
al máximo circuito del balompié mexicano, tal como estaba
establecido, en el estadio Sergio León Chávez.
Informó lo anterior el presidente de la rama de
ascenso, Enrique de la Garza, tras argumentar que las autoridades civiles
ofrecieron las garantías necesarias y en consideración a
la afición.
Luego
de los últimos sucesos violentos, cuando un comando armado tomó
el estadio Sergio León, supuestamente enviado por el dueño
del León, Carlos Ahumada, y su posterior recuperación por
las porras irapuatenses, el titular de la Federación Mexicana
de Futbol (FMF), Alberto de la Torre, anunció la postergación
del partido.
Sin embargo, ayer se optó por realizarlo tras reunirse
De la Garza, Víctor Garcés y los directivos del León
e Irapuato, Eduardo Rojas y Mauricio Ruiz, respectivamente.
En el partido de ida, realizado el pasado miércoles
en el Nou Camp de León, con un mejor futbol los Freseros se impusieron
2-1, a pesar del arbitraje localista de Eduardo Gasso.
Con esa ventaja ahora los anfitriones jugarán en
un inmueble que albergará únicamente a sus seguidores, en
acato a otra de las exigencias de la federación, con la intención
de evitar roces entre el público de ambas entidades guanajuatenses.
"Por respeto a la afición de Irapuato y León
la primera división A decidió que se realice el partido,
en la inteligencia de que es importantísimo para todos nosotros
la garantía de seguridad y que prevalezca la integridad del público,
del club León, su directiva y todos los presentes", anotó
De la Garza.
Destacó que se habló con José Ricardo
Ortiz, presidente municipal de Irapuato, quien por escrito garantizó
un vasto operativo con "más de mil elementos de la policía
municipal, apoyo del gobierno del estado y del Ejército Mexicano,
con lo cual se avaló la realización del partido".
Igualmente, por la etiqueta de "juego de alto riesgo",
no se dio a conocer el nombre del árbitro central, quien a juicio
de los directivos deberá ser alguien de amplia experiencia, por
lo que se mencionó a Marco Antonio Rodríguez o Felipe Ramos
Rizo.
Interrogado sobre la tardía reacción de
la federación ante los sucesos, De la Garza deslindó su campo
de acción y su responsabilidad. Dijo que su influencia sólo
se circunscribe a lo deportivo, "y en nueve años nunca habíamos
vivido algo así". Agregó que quienes tomaron el estadio
fueron "personas no identificadas".
Por otra parte, el secretario de Gobernación, Santiago
Creel Miranda, censuró la violencia registrada en las instalaciones
del estadio de futbol de Irapuato, pues consideró que estas prácticas
no sólo son preocupantes sino que tienen que ser condenadas tajantemente
donde quiera que ocurran.
Interrogado sobre la posible intervención de la
dependencia en el problema, dijo que no se debe tener ningún tipo
de miramiento cuando en algún sector se llega a la violencia, pues
para eso precisamente está el estado de derecho y los procedimientos
jurídicos.
El responsable de la política interior sostuvo
que bajo ninguna circunstancia pueden justificarse este tipo de actos.
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