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México D.F. Sábado 21 de junio de 2003
PERFORMANCE
Elizabeth Romero
Acciones en ruta
EL
JUEVES 12 y viernes 13 de junio pasados, una veintena de artistas -siete
del grupo Black Market International, un colombiano, el resto de México-,
a bordo de un camión de la Red de Transporte Público, recorrieron
la ciudad deteniéndose en 13 puntos para presentar arte acción
y performance. Con el subtítulo Intervención en
la ciudad de México, se realizó el programa Acciones
en ruta, coordinado por los artistas Elvira Santamaría y Víctor
Muñoz con el apoyo de la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), el Instituto
Nacional de las Bellas Artes (INBA), el Gobierno del Distrito Federal y
la Fundación Televisa. Me detengo a enumerar a las instituciones
involucradas ya que es la primera vez que un encuentro sobre performance
cuenta con tan decidido apoyo, en virtud de la seriedad y la trayectoria
de los involucrados. Santamaría es quizá la artista de performance
mexicana de mayor presencia internacional que no sólo está
interesada en mostrar su obra, sino en propiciar intercambios reales con
artistas de otros países; gracias a su intervención fue posible
la presencia de algunos de los miembros de Black Market International,
red multinacional de artistas básicamente europeos -a la que se
suma la propia Elvira- que durante dos décadas ha concretado un
laboratorio de creación y encuentros a través de la diversidad.
Muñoz, por su parte, como miembro del Grupo Proceso Pentágono
y como profesor en la UAM, ha realizado no pocos encuentros artísticos
y académicos en torno a la materia, reflexionando sobre la tesis
del desvanecimiento de las certidumbres, además de difundir el trabajo
de artistas mexicanos a través de conferencias y textos.
LA CONVIVENCIA DE poéticas, ideas, recursos,
idiomas distintos hizo de nuestro camión un territorio libre, donde
efectivamente se fueron gestando estas intervenciones que fisuraron y trastocaron
la vida habitual de las plazas, jardines, calles y campus universitarios
visitados. Boris Nieslony viajó acompañado de un gallo al
que leía pasajes de Hegel. En ocasiones el ave parecía prestarle
atención, asintiendo con un rítmico movimiento de cabeza;
en otras, Pietrovsky -como fue bautizado en honor de uno de los
fundadores de Black Market- huía desentendido. Mónica Mayer
y Víctor Lerma llevaron consigo una bandera que ha ondeado por 15
años afuera de su casa, ajada y deshilada por los vientos, el lábaro
patrio fue restaurado con zurcidos y bordados que la gente curiosa y participativa
le brindó. Pilar Villela en un tour de force, ataviada con
velo y guantes durante horas, realizó instalaciones varias con un
discurso sobre la identidad, la memoria y sus huellas. El irlandés
Alastair Mac Lennan hizo suya la temporalidad detenida mediante objetos,
en un perturbante juego entre lo efímero y lo permanente. Roi Vaara,
con la cabeza calva ataviada con círculos color fucsia, perseguía
una pelota naranja decorada con los mismos círculos, versó
sobre lo inaprensible y su persecución. Jürgen Ulrich Fritz
y Norbert Klassen, en actitudes hieráticas, devinieron monumentos
al adicionarse bastones de madera, agujas de tejer o papel aluminio. Wen
Lee alcanzó una metáfora estrujante sobre el dolor humano
bajo el poder que humilla y pisotea. Katnira Bello recabó objetos
de un lugar para trasladarlos a otro consiguiendo una alteración
de vestigios. Lamentablemente la riqueza de imágenes y discursos
sufrió la mirada reduccionista y sexista de quienes sólo
vieron y reseñaron un gesto, uno solo, de la mujer desnuda en el
Zócalo.
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