México D.F. Sábado 21 de junio de 2003
RUMBO AL 6 DE JULIO
Contribuye a ello la "gris" gestión delegacional,
considera Salvador Padilla
Los candidatos no han despertado entusiasmo entre los
tlalpenses: cronista
Sólo la sociedad civil puede contrarrestar intereses
económicos que acosan a la zona, dice
ANGEL BOLAÑOS Y SUSANA GONZALEZ
Cuando Soledad Solórzano, Mamá Chole,
originaria de Tlalpan y esposa del general liberal Nicolás de Régules,
fue apresada por los franceses y se vio expuesta a las balas del Ejército
Mexicano al ser utilizada como escudo, nunca imaginó, después
de ser salvada por un soldado chinaco, que la infamia de los invasores
podía llegar al extremo de que, una vez rendidos y alzadas las banderas
blancas, traicionaran a los vencedores disparando sus armas antes de dejarse
apresar.
Con todo, Mamá Chole se impuso a la enardecida
multitud que quería ejecutar a los prisioneros, y les salvó
la vida.
Con
esta historia, Salvador Padilla, autor del libro San Agustín
Tlalpan: historias y tradiciones de un viejo pueblo, ilustra el carácter
de los habitantes de esta demarcación, ubicada al sur del Distrito
Federal, para reivindicar su prestigio, empañado por el linchamiento
de un ladrón en Magdalena Petatlalco, tras ser sorprendido, en plena
fiesta patronal, sustrayendo objetos religiosos en la iglesia del lugar.
No fue, como en su momento justificó el jefe de Gobierno, Andrés
Manuel López Obrador, una circunstancia derivada de sus usos y costumbres.
Padilla considera que se trató de "la impaciencia
de la gente por tener seguridad en la actuación de la justicia ante
un acto indebido".
Para el entrevistado, quien hizo la maestría en
desarrollo urbano en el Colegio de México -una de las muchas instituciones
de educación superior que se asientan en territorio tlalpense-,
las campañas políticas no han despertado mucho entusiasmo
en la población.
En su opinión, esto podría explicarse en
parte por la gestión "gris" del actual jefe delegacional, el perredista
Gilberto López y Rivas, en contraste con la de El Pino, Salvador
Martínez della Rocca.
Sostiene que el actual delegado ha privilegiado la atención
a los sectores de la población más favorecidos.
Lo que quiere la gente, resume el cronista de la demarcación,
es un gobernante con experiencia, que resuelva los problemas más
apremiantes de la población, que son muchos; "por ejemplo, si nos
vamos a los pueblos, seguramente la dotación de servicios".
Recuerda que Martínez della Rocca hizo importantes
aportaciones a la vida cultural de Tlalpan, como fue el rescate del antiguo
hospital siquiátrico, que convirtió en el parque Juana de
Asbaje, así como la adquisición de la casa Frisac, que perteneció
a Jesús Pliego, funcionario porfirista; "de otra manera ese lugar
se hubiera convertido en condominios horizontales".
Dice que no se esperan grandes sorpresas en la elección
del próximo 6 de julio, pues por un lado el PRI tiene muchos agravios
que pagar a la gente de Tlalpan, que no los va a perdonar fácilmente;
recuerda la batalla que los habitantes de la demarcación libraron
en contra de la apertura de la carretera La Venta-Colegio Militar, "que
hubiera sido como darle una estocada mortal al Ajusco", el principal pulmón
de la ciudad de México.
Luego se supo que el candidato del PRI hace tres años,
tenía intereses personales en la obra, porque tenía planes
de comprar grandes extensiones de terreno. En este tema, advierte, los
tlalpenses tienen que estar muy atentos, pues "de ninguna manera es una
batalla ganada, porque los grandes intereses económicos buscan abrirse
camino, y sólo la organización de las fuerzas sociales" puede
contrarrestarlos
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