Compareció una vez más ante la justicia; se espera que le otorguen inmunidad

"Los cargos en mi contra, producto de la fantasía", sostiene Berlusconi

Al menos 70 muertos al hundirse un barco con refugiados tunecinos en el sur de Sicilia

REUTERS, AFP Y DPA

Roma, 17 de junio. El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, rechazó hoy nuevamente todas las acusaciones de corrupción que enfrenta ante un tribunal de Milán, en relación con la adquisición de una empresa estatal en los años 80, cuando el ahora jefe de gobierno era sólo un empresario.

En lo que podría ser su última comparecencia ante la justicia, antes de que el Parlamento le conceda inmunidad, Berlusconi afirmó que la acusación en su contra es "producto de la fantasía", y atacó duramente a la justicia y los medios de comunicación "por haber arrojado toneladas de lodo sobre mí".

Además, acusó a la fiscalía de esconder pruebas determinantes en su favor y de querer desacreditar su reputación, tras defenderse de la acusación de haber sobornado a un grupo de jueces romanos.

El primer ministro y magnate de las comunicaciones es juzgado por la supuesta corrupción de varios magistrados para que fallaran en favor de la compra, en 1985, por parte de Fininvest, holding de la familia Berlusconi, de la SME, la sociedad pública de alimentos.

El juicio contra Berlusconi está basado en parte en las confesiones de Stefania Ariosto, ex novia de uno de los abogados más cercanos a Berlusconi, quien contó cómo funcionaba el sistema de sobornos en el tribunal de Roma.

No obstante, el primer ministro la calificó de "mitómana", y dijo no saber cómo le han podido creer y menos aún que sus declaraciones hayan sido usadas en un juicio.

Asimismo, declinó responder a las preguntas de la fiscalía, aunque aseguró que tiene previsto participar en la sesión que se celebrará el 25 de junio para completar su testimonio.

El primer ministro italiano, quien compareció ante los jueces por primera vez el pasado 5 de mayo, ha evitado nuevas audiencias con el argumento de sus compromisos institucionales y a la espera de la adopción de una ley que le conceda la inmunidad.

El jefe de gobierno explicó que el 11 de junio no pudo asistir debido a una gira de gran importancia por Medio Oriente. "Es inaceptable que se quiera imponer una agenda al presidente del Consejo, a quien 50 por ciento de los italianos le dio la responsabilidad de gobernar al país", sostuvo.

El Senado italiano aprobó el 5 de junio un polémico proyecto de ley que garantiza inmunidad a los jefes de Estado y de Gobierno, así como a los presidentes de la Cámara, el Senado y la Corte Constitucional, pero deberá ser votada entre martes y miércoles por la Cámara de Diputados, donde el gobierno goza de amplia mayoría, para poder entrar en vigor.

De acuerdo con la coalición de centroderecha en el gobierno, el proyecto es necesario para impedir que Berlusconi tenga que enfrentar una situación potenciamente perjudicial que dañe la imagen en el exterior del país, que el 1Ɔ de julio asume por seis meses la presidencia del Consejo de la Unión Europea.

En otro asunto, al menos 70 personas murieron al hundirse un barco con refugiados tunecinos en el sur de Sicilia, que se accidentó el sábado cuando habían transitado la mitad de su travesía entre Africa y la isla italiana.

Las guardias costeras de Italia y de Túnez iniciaron este día un intenso operativo de búsqueda, pero para esta tarde sólo lograron rescatar a tres sobrevivientes y recuperar seis cadáveres. Las causas del hundimiento de la embarcación no han sido esclarecidas todavía.

En este contexto nuevas críticas se registraron hoy contra el pedido del líder de la oficialista Liga del Norte, Umberto Bossi, de disparar contra inmigrantes indocumentados. Los periódicos locales señalaron que dicha demanda dejó atónitos a los italianos.

Pero Bossi aseguró la víspera que su declaración fue malinterpretada por el diario Corriere della Sera, que le atribuyó haber dicho que está harto de indocumentados y que quería "oír ruido de cañones".

Por otro lado, un artefacto explosivo estalló frente a la escuela española Cervantes, en Roma, sin causar víctimas pero sí daños materiales, informaron las autoridades. La policía dijo que el artefacto estalló horas antes de que la escuela abriera sus puertas a 334 estudiantes. El director del centro escolar, José María Jiménez Serrano, atribuyó el atentado a terroristas.