.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas
C U L T U R A
..

México D.F. Sábado 7 de junio de 2003

Juan Arturo Brennan

En el foro, dos de seis

Por su programación, sus intérpretes y los resultados musicales, uno de los recientes conciertos de la versión 25 del Foro Internacional de Música Nueva sirvió para demostrar a plenitud cuál es la esencia y vocación de este tradicional festival. De entrada, es muy significativo el hecho de que en un concierto se programen seis obras de otros tantos compositores mexicanos vivos, que cinco de ellas sean estrenos, que los seis compositores estén presentes, que en el público haya un buen número de intérpretes y compositores, y que para la ejecución de estas partituras se haya convocado a un ensamble de alto nivel como La Camerata de Las Américas y a un director de talento, rigor y dedicación como José Luis Castillo.

La audición de estas seis obras recientes permitió entender que su preparación, ensayo y ejecución fue una labor harto complicada y agotadora, lo cual pone en un relieve aún mayor el trabajo de la orquesta y su director. En el ámbito de la música misma, el resultado fue la presentación de dos obras de muy buen nivel y otras cuatro que se quedaron en distintos niveles de intento.

Lo mejor de este concierto, por mucho, la obra Candelabra III, de Ricardo Zohn, bien concebida y realizada para una combinación de piano, percusiones, clarinete bajo y cuerdas. Además de sus evidentes cualidades formales y expresivas, esta partitura de Zohn revela una sólida intuición tímbrica y, de manera importante, una saludable tendencia a la concentración de los materiales y la concreción del discurso. Dicho de otra manera, a diferencia de varios de sus colegas representados en este concierto, Zohn ha sabido calibrar las posibilidades de desarrollo de sus materiales y la duración de su pieza.

La otra pieza exitosa del programa fue Saeta, de Georgina Derbez, partitura muy bien organizada a base de coincidencias y resonancias y con una apreciable coherencia en sus gestos sonoros. Si en otras obras suyas Derbez ha elegido la expresión austera y contemplativa, en Saeta propone una importante y compleja sección de ritmos vivos y acentuados, exitosamente resuelta en todos sus parámetros. Al igual que la obra de Zohn, la de Derbez destacó en este programa por su coherente orquestación, elemento que resultó ser quizá el punto más débil de las otras cuatro partituras interpretadas. Si bien es cierto que una de las principales vertientes de la música de nuestro tiempo es la concepción y realización de partituras para dotaciones que nada tienen que ver con las combinaciones tradicionales, también es un hecho que hay que saber qué hacer con estos nuevos e impredecibles ensambles, y esa noche sólo Zohn y Derbez resolvieron satisfactoriamente lo que se plantearon en este ámbito.

Alberto Iturralde presentó Eight and valium for all, para ensamble mixto, obra en la que más allá de algunas buenas sonoridades en los idiófonos de metal, la combinación instrumental resultó poco coherente, sobre todo por una guitarra que parecía no tener origen ni destino al interior del grupo. Carlos Sandoval ofreció su obra 8to-01, para un ensamble un poco mejor balanceado, con texturas mejor logradas y algunos gestos arcaicos bien estilizados, pero con un exceso de desarrollo de las ideas planteadas y poca solidez estructural.

De Gabriel Pareyón se ejecutó Na 'bafi xi ñudi ga thuhu, en cuyo origen e inspiración hay, indetectables para el que escucha, palindromas, espirales, retículas, algoritmos, geometrías, poemas y guerrilleros. La pieza se mueve en función de tensiones dinámicas, tímbricas y rítmicas, y con un sustento formal en el que los procesos de acumulación sonora (no siempre bien planteados y desarrollados) adquieren una importancia desproporcionada.

La obra de Marcela Rodríguez, La piel del cielo, muestra como líneas de conducta principales la alusión sucesiva a diversos centros tonales, la generación de procesos reiterativos casi siempre predecibles, la superposición de planos sonoros que más que complementarse chocan entre sí, y algunos momentos en que parece establecerse una componente ritual.

¿Que sólo dos obras de seis resultaron realmente sólidas y coherentes? Así es la vida en este enrarecido mundo de la música contemporánea, y en el entendido de que los compositores jóvenes necesitan confrontar sus partituras con los intérpretes, los directores, el público y el análisis, precisamente para eso está una institución como el Foro Internacional de Música Nueva. Ahora que, del proceso de selección de las obras a ser interpretadas, podría hablarse y escribirse mucho.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email