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México D.F. Sábado 7 de junio de 2003
Realizaron un tour por una de las rutas de ingreso a EU
Piden a legisladores mexicanos mano dura contra polleros
De 1994 a la fecha se ha detenido a 37 mil traficantes
ANDREA BECERRIL ENVIADA
Columbus, Nuevo Mexico, 6 de junio. El jefe de la Patrulla Fronteriza, Luis E. Barker, mostró a los legisladores mexicanos una foto, la de una niña de 11 años totalmente calcinada, muerta en el desierto cuando los polleros la abandonaron, a más de 40 grados de temperatura, ya del lado estadunidense, y les advirtió: "Hay que tomar medidas fuertes para detener esto, porque pese a contar con mil elementos no podemos salvar a toda la gente que trata de pasar por esta ruta a Estados Unidos".
El cónsul general de México en El Paso y Nuevo México, Juan Carlos Cue Vega, hizo notar también al grupo de senadores y diputados que es urgente legislar para penalizar con mayor severidad el tráfico de indocumentados, toda vez que las bandas de coyotes o polleros sólo llevan a la muerte a los migrantes, al abandonarlos en pleno desierto o en manos de asaltantes.
De 1994 a la fecha, en Estados Unidos se ha detenido a casi 37 mil polleros, pero lo laxo de la legislación mexicana permite total impunidad a las bandas de traficantes de personas, como lo demuestra que al otro lado de la línea fronteriza, en Palomas, Chihuahua, los polleros llevan a cabo el enganche de indocumentados a plena luz del día. Los senadores Sadot Sánchez Carreño, Luisa María Calderón y Leticia Burgos, y los diputados Néstor Villarreal e Ildefonso Zorrilla, recorrieron uno de los "hoteles" donde los hospedan, una vecindad en ruinas, con sucios camastros, piso de tierra y puertas hechas con pedazos de tabla y plástico.
Ahí los indocumentados duermen unas horas y en la madrugada los coyotes, previo pago de mil 500 dólares, los cruzan a Columbus, que se ha convertido en uno de los nuevos puntos para tratar de introducirse de manera ilegal en Estados Unidos.
Ayer que los legisladores mexicanos, acompañados de las autoridades consulares, estuvieron en Palomas, el poblado se puso en alerta. Un grupo de polleros reunidos en el jardín de esa población chihuahuense de menos de 10 mil habitantes veían recelosos a los recién llegados.
La comitiva fue seguida calle por calle, incluso en el hotel Irma's, cuyo aspecto es peor que el de una ciudad perdida. Ahí, el encargado del paraje, Gabriel Nava, comentó que cobran 30 pesos "por 24 horas" a quienes llegan después de horas y hasta días de caminar. Hay hasta una suite, un cuarto más grande e igualmente sucio para los oaxaqueños, "que no quieren separarse y duermen juntos".
El cónsul Cue Vega precisó que es urgente llevar a cabo las reformas legales necesarias para acabar con la impunidad de los polleros. El problema es que actualmente no se persigue de oficio el delito de tráfico de migrantes y los indocumentados casi nunca aceptan denunciarlos para que se les enjuicie. "Algunas veces por temor, otras porque van a intentar de nuevo pasar a Estados Unidos".
En Palomas, los polleros ofrecen "el tres por uno", es decir, si son deportados a la primera, lo intentan dos veces más, por el mismo pago original de entre mil 500 y 2 mil dólares.
Aunque en los años anteriores el problema para los indocumentados es mayor, toda vez que los polleros los dejan a unos metros de la frontera, "les dicen que a una milla está la carretera 10, pero en realidad la distancia es de más de 45 millas, por lo que o son detectados por los censores y el equipo de vigilancia los descubre o mueren en el camino, dado lo desértico de la zona y las altas temperaturas.
Los legisladores, que han recorrido ya varios puntos de la franja fronteriza, se mostraron muy preocupados por la magnitud del problema. Las fotografías con el cadáver calcinado de la niña y el de otra mujer, de unos 54 años, con la piel quemada por el sol del desierto, impactaron a la comitiva. La senadora del Partido Acción Nacional (PAN) Luisa María Calderón preguntó al delegado de migración, Adalberto Valdivia, por qué no se hace una campaña publicitaria en medios de comunicación, para orientar a los connacionales sobre los riesgos de intentar cruzar la frontera de manera ilegal.
El funcionario reconoció que el Grupo Beta reparte folletos; sin embargo, los seis elementos que conforman esa corporación no son suficientes para vigilar los 140 kilómetros de frontera en esa región.
Ayer, en la oficina de migración en Palomas, llegaron varios grupos de jóvenes, mochila a la espalda y el cansancio encima, que fueron descubiertos por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y regresados a territorio nacional.
Tres de ellos, originarios de Guerrero, Morelos y Nayarit, comentaron que los agentes "de la migra" les tomaron las huellas digitales, les pidieron sus nombres y los aventaron del lado mexicano. De todas formas, reconocieron abiertamente, lo van a intentar otra vez. De 1994 a la fecha, Estados Unidos deportó a 11 millones 300 mil mexicanos.
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