México D.F. Jueves 29 de mayo de 2003
Se inaugura su exposición El arcoiris
nocturno en la galería López Quiroga
Lo imaginario permite acceder un poco a la eternidad:
Alan Glass
Después de tres lustros, el creador surrealista
vuelve a exhibir obra en México
La muestra incluye 64 cajas y objetos, la mayoría
realizados de 1995 a este año
MERRY MAC MASTERS
Una
calavera de azúcar, que alguien obsequió a André Breton,
pero que acabó en el taller de su hija, fue decisiva para que Alan
Glass (Montreal, 1932) dejara París para viajar a México
en 1961. De esa manera se sumó a la lista de artistas surrealistas
-Paalen, Rahon, Carrington, Varo, Peret- llegados al ''país surrealista
por excelencia".
Antes de regresar a la capital de Francia, Glass compró
muchas calaveras de azúcar y un loro. Partió de la ciudad
de México para tomar el barco en Veracruz. Pero al llegar a Puebla
lo detuvo la policía: ''¿Qué trae? Es arte popular.
¿Qué trae en esas cajas? Son calaveras de azúcar.
Ah, no. Hay una ley que prohíbe sacar calaveras de azúcar
del DF. Hay que ir a la delegación. Se me hizo maravilloso que inventaran
una ley así, cuando traía un loro que sí estaba prohibido.
Había tardado una semana en ordenarle sus papeles, pero no les interesó."
Cosas de toda una vida
Poco afecto a exhibir sus creaciones -''trabajo de manera
escondida, siempre en mi casa"-, después de tres lustros Glass vuelve
a mostrar obra en México. La exposición El arcoiris nocturno:
obra de Alan Glass, compuesta de 64 piezas, entre cajas y objetos,
la mayoría realizados de 1995 a 2003, aunque también hay
algunos de los años 70 y 80, se inaugura hoy a las 19:30 horas en
la galería López Quiroga (Aristóteles 169, Polanco).
Miembro del Sistema Nacional de Creadores, El arcoiris nocturno
de Glass forma parte de una propuesta hecha al Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes. Una segunda exposición, de pintura y dibujo,
podría realizarse dentro de un par de años en el Museo Nacional
de Arte.
-¿Cómo
trabaja?
-Es una cuestión de acumular cosas toda una vida.
De repente algo te guiña. A partir de un guiño o una convergencia
de circunstancias, algo nace. No sabe uno exactamente de qué se
trata. Eso puede suceder en cualquier lugar, en el mercado, en la calle.
No hay una ley. Puede venir de cualquier parte, de la casualidad. Una cosa
puede abrir una puerta a todo un mundo. Lo imaginario da acceso un poco
a la eternidad. Es como una experiencia de la eternidad.
Así, de pura casualidad, el entrevistado encontró
un ejemplar del guante de bronce que sale en el libro Nadja, de
Breton, que aparece en la caja Sorprendente hallazgo (2000). A su
vez, la caja con doble vista Pigall's. A la memoria de Lous Morin y
de Marcel Duchamp (París 1961, México, 1998-2000) se
remite a la ocasión en que Glass fue contratado por la dueña
del afamado centro nocturno para ''transformar" un cuadro decimonónico
de Morin. Muchos años después Glass se enteró de que
el lienzo era el favorito de Duchamp, que solía ir a Pigall's alrededor
de 1910.
-¿Qué ha pasado con el surrealismo?
-Resurge como nunca. Con la venta del archivo de André
Breton, nunca se había hablado tanto del surrealismo. La propia
hija de Breton quedó impresionada de ver ese interés. Hay
que considerar la cantidad de exposiciones sobre el tema en Nueva York,
París y Londres. Aparte, es algo que siempre existió y siempre
existirá. Es una manera de percibir la vida.
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