Cumbre en Evian

Prevén poca ayuda del G-8 a los países en desarrollo

REUTERS Y AFP

Paris, 28 de mayo. Los países del tercer mundo podrían perder la oportunidad de obtener ayuda fresca cuando los líderes del Grupo de los Ocho (G-8), integrado por las siete naciones más industrializadas y Rusia, se reúnan el próximo domingo en la ciudad francesa de Evian con una agenda que tratará temas antiterroristas y la costosa reconstrucción de Irak y Afganistán.

El presidente de Francia, Jacques Chirac, prometió una agenda que considere los problemas de los países pobres, mientras que el mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, propondrá la creación de un fondo internacional contra el hambre que se financiaría mediante una tasa sobre la venta de armas.

Pero analistas y miembros de grupos de ayuda se mostraron escépticos. "Existe el peligro de que la cumbre esté dominada por temas de guerra, paz y reconstrucción", dijo Neville Gabriel, portavoz de Jubileo Sudáfrica, grupo que busca que la deuda de Africa sea condonada.

Actualmente, la reducción de la deuda de los países pobres es de apenas 36 mil 300 millones de dólares, menos de una tercera parte de los 110 mil millones prometidos en 1999, en la cumbre del G-8 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Rusia) celebrada en Colonia, Alemania.

La organización no gubernamental para el desarrollo Oxfam es pesimista y tras observar que "las promesas de años anteriores aún no permiten salir de la pobreza", estima que "hay pocas posibilidades de que el G8 aporte mejoras a la situación de los países en desarrollo."

A su vez, el secretario de Estado belga para la Cooperación, Eddy Boutmans, estimó que "el peligro desde el 11 septiembre de 2001", fecha de los atentados en Estados Unidos, "siempre fue que la agenda de desarrollo se perdiera."

En este contexto, los primeros militantes antiglobalización, unas 400 personas llegadas desde Alemania e Italia, comenzaron este miércoles a instalar sus centros alternativos en los predios puestos a su disposición, mientras el gobierno anfitrión ha organizado un pequeño ejército de 15 mil soldados, policías y fuerzas antidisturbios para proteger a los líderes del G-8.