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México D.F. Jueves 29 de mayo de 2003
En duda, efectividad del modelo de Giuliani
Continúan los abusos policiacos y crece la criminalidad en NY, dice AI
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 28 de mayo. Un africano es correteado y abatido a balazos, una mujer muere de un infarto cuando pistoleros rompen su puerta, otra ve una explosión y un pistolero entra y la tira al suelo apuntando su arma contra la nuca. ƑAtentados terroristas? ƑDelincuentes sin piedad? No: son actos recientes de la policía de Nueva York (el modelo que se desea importar a México).
De hecho, Amnistía Internacional ya había detallado hace unos años más de 30 casos donde la policía de Nueva York había asesinado y herido a sospechosos en circunstancias "disputadas". Nueva York no es excepción y Amnistía Internacional en su informe anual emitido hoy señala que durante 2002 "hubo informes sobre muertes bajo custodia, maltratos y uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de policía y guardias de prisiones" en Estados Unidos.
Aparentemente, poco ha cambiado. Ousmane Zongo, artesano e inmigrante africano sin historial criminal, recibió cuatro balas disparadas por el policía Bryan Conroy en un enorme almacén comercial en medio de Manhattan la semana pasada. El oficial formaba parte de la redada de una operación para frenar el contrabando, algo en lo que la víctima no tenía nada que ver. Al parecer, Zongo escuchó ruido mientras trabajaba en una parte del almacén, salió, vio a alguien armado y empezó a correr. La versión del policía es que el oficial ordenó que el inmigrante se detuviera, pero éste no obedeció, y además intentó agarrar la pistola. Sin embargo, amigos de Zongo dicen que seguramente no entendió, ya que hablaba muy poco inglés y corrió espantado hasta dar contra una pared, donde fue acribillado por el policía.
Para muchos en esta ciudad, este incidente recordó el caso de otro inmigrante africano inocente, asesinado cuando agentes policiacos dispararon 41 balazos al creer que su cartera era una arma. Y así, varios incidentes más, siempre contra negros y latinos.
Pero el caso elevó la tensión entre la ciudadanía aquí, ya que estalló en momentos en que la policía ha cometido otros errores fatales. El 16 de mayo, agentes de policía de Harlem irrumpieron en el departamento de la trabajadora municipal Alberta Sprull, de 57 años, detonaron una granada flash (lumínica) y la esposaron. Todo como resultado de datos equivocados proporcionados por un informante. La acción le provocó a Sprull un infarto, mientras la policía se disculpaba con ella por el error, y la pusieron en una ambulancia; poco después murió en el hospital. El caso ahora ha sido declarado como homicidio, y el alcalde ha asumido la responsabilidad por la muerte.
Días después, una vez más la policía rompió la puerta de un departamento de East Harlem, aventó una granada flash y con pistola en mano aventó al suelo a Cynthia Lewis Chapman provocando terror a su hijo adolescente, según una demanda legal contra la policía presentada esta semana por las víctimas. Chapman, una técnica médica, dijo que el policía la amenazó con matarla si no le decía dónde estaba "escondido" lo que buscaba. Al parecer, estaban buscando a narcotraficantes menores, que todo mundo sabía que operaban en otros departamentos dentro del mismo complejo de viviendas.
El reverendo Al Sharpton, precandidato presidencial demócrata y líder comunitario en Nueva York, encabezó una marcha de protesta por Harlem ayer en demanda de que se levante una acusación formal contra los policías involucrados en el caso Sprull. "Uno no puede criar niños en una ciudad en la cual, cuando tocan la puerta, uno tiene que correr tanto de los criminales como de la policía", declaró al Daily News.
Con la crisis económica y fiscal de esta ciudad, la tasa de criminalidad se está incrementando por primera vez en años. Hoy había patrullas estacionadas en varias sucursales bancarias aquí en respuesta al creciente índice de robos a bancos. Al parecer, no fue el modelo policiaco del ex alcalde Rudolph Giuliani, tan elogiado, lo que logró reducir la tasa de criminalidad en esta ciudad. La receta de policía más agresiva parece espantar más a los ciudadanos que a los criminales. Tal vez la receta indicada es la más obvia y antigua: más empleo y oportunidad económica para todos.
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