México D.F. Miércoles 28 de mayo de 2003
Con el diablo en el cuerpo, libro de la investigadora
Rescata Esther Cohen el papel de la bruja y el judío medieval
FABIOLA PALAPA QUIJAS
En la época del Renacimiento la bruja y el judío medieval, representantes de la magia popular -que tenía toda una creencia importante-, fueron desacreditados por los inquisidores, quienes con sus historias hicieron que varias personas fueran conducidas a la hoguera. En Con el diablo en el cuerpo, Esther Cohen da voz a estos personajes y continúa estas narraciones sobre brujería, la magia popular que fue silenciada y marginada por la Inquisición, cuyo momento de esplendor fue aniquilado por la Contrarreforma católica y protestante.
''Me interesaba ver cómo en un momento de mayor expresión de la cultura podía verse la contraparte, ese gran documento de cultura como diría Walter Benjamin, que viene acompañado por un documento de barbarie", explica en entrevista la autora, quien es investigadora del Seminario de Poética del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El libro, editado por Taurus, describe ''esa magia popular que fue cercenada en el momento más importante de la cultura moderna occidental, en el que también se descubrió cierto temor por las artes, por la cultura, por la arquitectura, pero de manera paralela estaba la Iglesia católica que va a perseguir a las brujas".
El texto manifiesta de qué manera la brujería fue silenciada durante esa época, pero ahora sobrevive. ''Es una lucha por recuperar toda esa parte de nuestro imaginario colectivo social que dejamos ahí", expresa la investigadora.
Cohen muestra por medio de las brujas -mujeres viejas representadas por esa sexualidad sin fruto- la limitación de esa parte de la magia improductiva, para convertirse en la magia natural de los filósofos, que ''aunque tenía los mismos principios de la magia popular, pretendía en otro momento representar realmente a la cultura de su época, a la cultura mágica, la cual desacredita totalmente a la magia, que traía toda una creencia".
Los inquisidores de la época renacentista fueron personas que temían a sus propias fantasías y al escribir sobre las brujas les dieron un lugar que no les correspondía, de mujeres obscenas que mataban niños y envenenaban pozos. ''De lo que se sabe es que, en efecto, había una relación orgiástica; ellas pensaban que tenían relaciones con el diablo, degustaban sustancias alucinógenas, entonces había todo un ritual, pero todo era aceptado por la Iglesia hasta el siglo XV, después hay un reajuste de los saberes en el que la bruja queda fuera."
La autora también rescata en cierta forma al judío medieval, quien da la estafeta a la bruja, pues muchos de sus rasgos tienen que ver con los de aquél, así que ambos fueron acusados casi de lo mismo.
Con el diablo en el cuerpo se presenta hoy a las 19:30 horas en el Museo del Carmen, en avenida Revolución 4 y 6, colonia San Angel Inn.
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