México D.F. Miércoles 28 de mayo de 2003
Advierte el senador Joseph Biden a Bush "no morder más de lo que puede masticar"
Irán, en la mira por los atentados en Arabia Saudita, dice la Casa Blanca
Consultas de EU con el hijo del sha Reza Pahlevi sobre su posible papel en un golpe de Estado
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 27 de mayo. Altos funcionarios del gobierno del presidente George W. Bush, que cuentan con informes de que Al Qaeda tiene comandos en Irán, se reunirán esta semana para considerar si enfocan ahora contra Teherán sus políticas de "cambio de régimen" en la "guerra contra el terrorismo".
Derrocar al gobierno de Irán ha sido durante mucho tiempo un objetivo del mismo grupo de funcionarios civiles del Pentágono y otros halcones neoconservadores, que abogaron por derrocar a Saddam Hussein desde hace 10 años.
Pero los atentados en Arabia Saudita contra edificios donde tenían su residencia ciudadanos estadunidenses y los constantes ataques a soldados de Estados Unidos en Irak por musulmanes chiítas pro iraníes se han prestado para dar más peso a los argumentos de este grupo dentro de la cúpula política aquí.
"Aún estoy asombrado de qué tan rápido fue desde el sha a los clérigos", declaró este martes el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. "Tal vez quedaremos sorprendidos algun día si esto va de regreso".
Públicamente, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, insistió hoy en que no hay cambio en la política estadunidense hacia Irán y que el futuro de ese país islámico "será determinado por su propio pueblo".
Pero también advirtió que "continuamos teniendo preocupaciones sobre la presencia Al Qaeda" en el país asiático, y agregó que a pesar de las declaraciones de Teherán, de que está suprimiendo operaciones de la red, Washington cree que estos esfuerzos son todavía "insuficientes".
Maniobran los halcones
El diario The Washington Post reportó este fin de semana que funcionarios estadunidenses suspendieron contactos secretos con los iraníes y que el Pentágono está abogando en favor de una política agresiva de desestabilización en Irán para provocar un drástico cambio de gobierno.
Como suele ser el caso en la ca-pital estadunidense, la nota del Washington Post fue seguida por otras en el New York Times y el Wall Street Journal citando "fuentes no nombradas" que confirman el cambio de política hacia Irán.
"Se ha realizado una campaña pública durante un año con el mensaje de que después de Irak tenemos que ir por Irán", explicó Jim Lobe, reportero que ha registrado la consolidación en el poder de las fuerzas neoconservadoras, las mismas que fueron las principales promotoras de la guerra contra Irak.
Estos personajes neoconservadores, que trabajan con altos funcionarios del Pentágono, están ha-blando públicamente sobre cómo se podría utilizar al grupo rebelde iraní Mujahideen-e-Khalq, con sede en Irak, en una guerra contra el gobierno de Teherán.
Pero Lobe reportó esta semana que funcionarios estadunidenses también han establecido contacto con Reza Pahlevi, hijo del ex sha de Irán, quien fue derrocado en 1979, sobre un papel posible en un golpe de Estado en Irán.
Filtraciones interesadas
Los promotores de una acción encubierta o militar contra Irán han estado agresivamente filtrando sus argumentos a los medios de comunicación estadunidenses du-rante meses y, más recientemente, han afirmado que las agencias de inteligencia han interceptado conversaciones telefónicas en Irán entre comandos conocidos de Al Qaeda discutiendo los recientes atentados en Arabia Saudita.
"Claro que sí, tienen altos (oficiales) de Al Qaeda en Irán, eso es un hecho", afirmó Rumsfeld en una rueda de prensa en el Pentágono la semana pasada.
Igual que en el caso de Irak, parte de la justificación de lo que podría ser el próximo objetivo de la "guerra contra el terrorismo" es la su-puesta presencia de armas de destrucción masiva.
"Irán es uno de los países que están, desde nuestro punto de vis-ta, evaluados como desarrollando una capacidad nuclear, y eso es desafortunado", dijo Rumsfeld la semana pasada.
El vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, al responder hoy a preguntas de los reporteros, confirmó que los atentados recientes en Arabia Saudita han colocado a Irán "sobre la pantalla de radar", y agregó que la "interferencia" iraní en Irak así como también sus es-fuerzos para obtener armas nu-cleares estaban nutriendo las preocupaciones estadunidenses.
Pero, como también fue el caso con Irak, el Departamento de Es-tado parece estar en desacuerdo con la evaluación del Pentágono.
El jefe de esa dependencia, Colin Powell, insistió hoy en que Estados Unidos no tiene intención de suspender sus contactos diplomáticos con Irak y continuará sus esfuerzos para convencer a Teherán de suprimir la red Al Qaeda y abandonar su programa nuclear.
Un alto funcionario estadunidense que simpatiza con la posición de Powell comentó al Post esta semana que no cree que el gobierno iraní tenga mucho conocimiento de las operaciones de Al Qaeda en su territorio, la mayoría de las cuales se ubican en una región aislada y remota en el noreste del país.
Presión del Kremlin
Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Irán cuando cayó el sha y después de la crisis de los rehenes estadunidenses en 1979.
Pero funcionarios del Departamento de Estado señalaron hoy que una indicación del éxito de sus esfuerzos diplomáticos es que Rusia -principal suministrador de ma-terial nuclear a Irán- acordó presionar a Teherán para que ofrezca garantías de que no está desarrollando armas nucleares.
Pero en el caso de Irak, el De-partamento de Estado también abogó primero en favor de un esfuerzo multilateral y de trabajar mediante la Organización de Naciones Unidas para enfrentar la supuesta amenaza de armas de destrucción masiva en manos de Saddam Hussein.
Con ese precedente, después de unos cuantos meses la posición del Departamento de Estado fue desechada por Bush, quien se pronuncio en favor de la línea de los funcionarios del Pentágono de preparar la guerra a pesar de la falta de pruebas contundentes de que Bagdad contaba con armas químicas, biológicas o nucleares.
Aunque el Pentágono aún no ha encontrado pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, informes filtrados a los medios de comunicación esta se-mana sugieren que Rumsfeld po-dría ya estar preparándose para la próxima guerra, aunque ésta podría ser más encubierta que la anterior en el país vecino.
Todo esto ha provocado cierta alarma entre partes de la cúpula política. El senador Joseph Biden, entre otros, advirtió al gobierno de Bush esta semana que debería cuidarse de no "morder más de lo que puede masticar" si pretende promover otra guerra después de las campañas en Afganistán e Irak.
ƑQuién sigue?
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