México D.F. Miércoles 28 de mayo de 2003
Alertan Saxe-Fernández y Flores Olea sobre "dictadura civil" y represión en EU
Critican analistas "neofascismo" de Bush
Aumenta la visión "fundamentalista y supremacista" en la clase dirigente estadunidense
ROSA ELVIRA VARGAS
A partir de la invasión de Estados Unidos a Irak hay que modificar viejos apotegmas para afirmar que hoy la política es la continuación de la actividad militar, su realización por otros medios. La guerra, entonces, ya no es la ausencia de paz, sino que ésta, en la omnipresencia de la primera, se reduce a pequeños interludios en los que se preparan las condiciones de la próxima confrontación.
En esa consonancia versaron las intervenciones de Sergio Rodríguez Lascano, Víctor Flores Olea y John Saxe-Fernández al analizar, en la Casa Lamm, los escenarios que se perfilan después de la invasión a Irak por parte de las fuerzas que encabezó Estados Unidos.
Flores Olea planteó, alarmado, la vinculación existente entre la línea política y la empresarial, que tienen en sus manos las decisiones en el país del norte. "También por eso nos encontramos con el hecho abrumador y terrible de que no hay verdaderas alternativas en la política de Estados Unidos. Demócratas y republicanos, salvo algunos matices de circunstancia, son perfectamente coincidentes en sus intereses y objetivos."
De este modo, apuntó el analista, la crisis de la democracia que se vive en la actualidad resulta de un acaparamiento y condicionamiento de las decisiones políticas por quienes tienen la riqueza económica.
El académico coincidió con Saxe-Fernández en que para explicarse los procedimientos impunes de Estados Unidos en Irak debe también analizarse la situación interna de "franco neofascismo y represión" que ejerce el gobierno de George W. Bush contra los habitantes de su país.
Saxe-Fernández, orador vehemente pese a los malestares físicos que lo aquejan, comentó que hace poco a Mariano Aguirre, presidente del Centro de Investigación para la Paz de Madrid, le preguntaron sobre la guerra en Irak, y dijo que ésta responde, además de a imperativos externos, como el petróleo, a una dinámica interna, a lo que llamó una "dictadura civil'' en Estados Unidos.
El académico de la Universidad Nacional Autónoma de México ilustró cómo Bush ha solicitado formalmente al Congreso de su país derogar una ley de 1878 que representa la base formal para impedir que el aparato militar y de inteligencia de Estados Unidos intervenga en asuntos judiciales internos.
Esto representa, apuntó, "toda una invitación al impulso del autoritarismo militar y a una mayor erosión de los derechos humanos, constitucionales y de los procedimientos democráticos", y es apenas una de las medidas por las que busca incidir de manera más directa en las libertades constitucionales de los ciudadanos.
Rodríguez Lascano ilustró cómo aplica Estados Unidos su lógica de poder y dominación. Se delimitan dos campos: los amigos y los enemigos, nosotros y los otros; la democracia y el terrorismo. A partir de esa definición todo está permitido, lo que crea una permisividad nunca vista, todo es válido y el conflicto no tiene visos de solución en el terreno político.
Así, agregó el articulista de La Jornada, la guerra se convierte en el elemento clave para dirimir el conflicto, en la palanca para asegurar la hegemonía. "El mundo está siendo modernizado por un modelo económico, un pensamiento, una cultura, un idioma, en síntesis una forma de ver, sentir y actuar, un mundo no sólo bipolar, sino monocromático y monocorde."
La guerra también quiere un mapa y busca crear una nueva geografía. Más allá de la apreciación teórica sobre el mantenimiento del imperialismo, la visión que tiene de sí mismo el sector fundamental de la clase dirigente estadunidense guía a su clase política y a sus medios de comunicación, y es cada vez más fundamentalista, supremacista y unilateralista.
"La nueva guerra ha modificado su mira, no se trata como antes del enfrentamiento entre soldados, sino de quién causa más bajas civiles; aterrorizar a la población civil y masacrarla, con el objetivo de arrasar, es visto como la meta. Luego vendrá la reconstrucción, pero ésta se dará con una población traumada."
El unilateralismo agresivo de Estados Unidos, que quedó de manifiesto en la reciente invasión a Irak, tiene antecedentes claros en América Latina, como son los casos de Granada y Panamá. Representan antecedentes importantes del desarrollo de operativos similares que se desarrollan después del colapso de la Unión Soviética, en Europa, en los Balcanes y en Medio Oriente, recordó el articulista.
Al final, el mensaje común fue cómo potenciar y convertir en un gran dique a las pretensiones expansionistas, la gran fuerza opositora que surgió frente al caso Irak. En ello, ponentes y público que acudieron a la Casa Lamm pusieron no sólo atención, sino franco compromiso.
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