México D.F. Martes 27 de mayo de 2003
El hecho, durante la madrugada del lunes en
Santa María la Ribera; 5 detenidos
Frenan policías invasión de edificio
de departamentos por miembros del FPFV
Tarda MP 12 horas en levantar la denuncia Propietarios
temen por su seguridad
MIRNA SERVIN VEGA
Invadir un edificio que no les pertenece y ocuparlo ilegalmente
es una acción común de organizaciones que se reúnen
con distintos fines -desde "el político" hasta "el social"-. Tienen
un modus operandi perfectamente delineado: pagan hasta 500 pesos
a personas que llegan de noche al inmueble elegido, armadas con palos,
barretas y "dispuestas a todo".
Así
ocurrió en los primeros minutos del lunes, cuando más de
50 integrantes del Frente Popular Francisco Villa (FPFV) ingresaron en
el edificio ubicado en la calle Sor Juana Inés de la Cruz, esquina
Cedro, en la colonia Santa María la Ribera, delegación Cuauhtémoc.
Los invasores entraron sin forzar las puertas principales,
aun cuando estaban cerradas con pasadores de seguridad. Después
su tarea consistió en abrir los departamentos con la ayuda de un
cerrajero o perforando a golpes de barreta la pared y -siguiendo instrucciones
de un líder- pasar de inmediato al interior de cada departamento:
"nadie en los pasillos, todos adentro y de aquí nadie nos saca".
Pero esta vez una providencial llamada telefónica
por celular al número de emergencia 060, que se realizó desde
el interior del edificio, hizo la diferencia. En cuatro minutos llegaron
dos patrullas: los invasores no alcanzaron a apoderarse del inmueble,
lo que hubiera llevado a los legítimos propietarios años
de litigio para recuperar su patrimonio. Hombres y mujeres huían
en tropel ante la llegada de la policía. Hay cinco detenidos aún
sin consignar.
Pero la invasión aún no está
conjurada. El mismo lunes por la tarde, atraída por una manta con
la leyenda: "Este edificio se encuentra expropiado por el Frente Popular
Francisco Villa", colocada durante la madrugada en la parte superior externa
del inmueble, una mujer que dijo llamarse Sara Manjarez se acercó
a platicar con los legítimos dueños, creyendo que también
pertenecían al FPFV, y les contó: "el señor Arnulfo,
que tiene sus oficinas en la calle Donceles 57, colonia Centro, nos dijo
que si nos encerrábamos tres días en el edificio, entonces
él nos iba a vender los departamentos".
Actualmente el inmueble se encuentra vendido a cuatro
particulares, reconocidos ante la notaría pública número
seis, ninguno de los cuales tienen que ver con la agrupación que
promueve la invasión.
Las agencias inmobiliarias de la zona refieren que la
secuencia de hechos de este tipo llevados a cabo por "organizaciones sociales"
es siempre la misma: toman un edificio, a veces mediante violencia
física, ofrecen una cuarta parte del valor del inmueble "en caso
de que quieran recuperar algo" y consiguen pagar la cantidad a través
de programas del Instituto Nacional de Vivienda (Invi).
Vecinos del lugar vieron que en días anteriores
personas ajenas a la colonia rodeaban el edificio y se sentaban en las
contraesquinas a observarlo. "Sabemos que trabajan así." El mismo
tipo de invasión se ha llevado a cabo en otros edificios
de la colonia Santa María la Ribera como de la San Rafael.
Tras el intento de invasión del lunes, los
afectados procedieron a levantar una denuncia en la séptima agencia
del Ministerio Público, donde llegaron alrededor de la una de la
mañana. Una hora y media después los policías aún
no ponían a los detenidos a disposición de las autoridades.
Ante los reclamos de los afectados, el agente del Ministerio Público
en turno indicó que no se podía hace nada si no se presentaba
a los inculpados.
A las tres de la mañana, sin ninguna precaución
por la integridad física de los querellantes, éstos tuvieron
que compartir el mismo espacio físico con los detenidos, quienes
no sólo reconocían ya plenamente a sus denunciantes, sino
que debido a la invasión "hasta saben dónde vivimos".
Entre cambios de turno, que significaron por lo menos
dos horas de inactividad, se logró conformar -12 horas después-
cuatro averiguaciones previas, con las denuncias de los hechos.
A los propietarios, explican, sólo les resta hacer
una cosa: resguardar su propiedad aún a costa de su seguridad y
esperar a que termine la impunidad por este tipo de invasiones.
|